A sus 37 años, José Antonio Ferrer volverá a sentir el cosquilleo de ponerse las botas ocho meses después de su último partido oficial. Será en Cáceres (12:00), donde el CBC pondrá en la experiencia y calidad del alero buena parte de sus esperanzas de alcanzar al fin la estabilidad perdida en la liga.

Porque el conjunto de Júnior se está comportando como los malos padres, perdiendo en casa lo que gana fuera. Su balance 2-3 se explica con tres derrotas como local y dos sólidos triunfos como visitante, una irregular trayectoria que debe enderezar cuanto antes si aún quiere tener opciones de jugar las eliminatorias de ascenso.

Lo primero que debe hacer es encontrar una línea de juego, a ser posible, lo más alejada posible del triste espectáculo que ofreció la semana pasada en Vista Alegre, cuando rozó el esperpento en la derrota frente al ABP Badajoz (54-70). Puede que ahí tenga mucho que decir Ferrer, ansioso por volver a sentirse util y que en esta devaluada EBA debe ser un factor determinante. El año pasado, con el Movimientos y Nivelaciones, firmó más de 15 puntos de promedio sin estar a su mejor nivel, cifras que le convertirían en el referente de un CBC huérfano de manos que guíen su camino.

Además, el Cáceres -filial del equipo de LEB Plata- es colista con un único triunfo en cuatro partidos, un rival idóneo para empezar a enderezar el rumbo ahora que todavía hay tiempo.