L La realidad del desempleo

El paro con rostro de mujer

  • El Ministerio de Trabajo revela que la mayoría de personas sin empleo son de sexo femenino con una edad comprendida entre 25 y 44 años

Las cifras del paro suben y suben. Cada mes las estadísticas reflejan unos datos pocos optimistas para aquellos que se encuentran inmersos en la ardua labor de conseguir un trabajo. Córdoba capital comenzó el año con 40.419 parados, una cifra que detrás de cada número esconde una historia humana que tiene que hacer frente a la vida diaria con ciertas dificultades. Pero esta realidad es más dura si cabe, tal y como muestran los últimos datos del Ministerio de Trabajo, para las mujeres con una edad comprendida entre los 22 y los 44 años, que marcan el perfil predominante de personas en paro en estos momentos en la ciudad. En concreto, una de cada cuatro cordobesas quiere trabajar, pero no puede.

La sangría de parados deja a la mujer en una situación muy delicada. Ya no importa la preparación académica o la experiencia laboral. Las oficinas de empleo no paran de recibir diariamente nuevos casos, desde amas de casa a jóvenes licenciadas o, incluso, mujeres mayores casi al borde de la jubilación. En estos momentos son 22.339 las mujeres en Córdoba que quieren trabajar, un derecho que se ha convertido en todo un lujo. De todas ellas las que peor lo tienen son las que comprenden el tramo de edad de 25 a 44 años, en el que la cifra de paradas asciende a 11.256 personas.

Muchas de ellas se encuentran percibiendo las prestaciones económicas, pero muchas otras ya han agotado esta vía y otras ni siquiera han llegado a recibir este tipo de ayudas, ya que no han cotizado a la Seguridad Social durante el tiempo suficiente. Pero la situación se vuelve aún más difícil por la mentalidad del empresariado en estos tiempos de crisis, que en algunos casos roza la ilegalidad, ya que disponen de personas durante un cierto tiempo, pero sin llegar a darles de alta.

Asimismo, disponer de una cualificación académica no es en estos momentos la clave para encontrar un empleo en condiciones, tal y como aseguran varias de las mujeres consultadas por este diario. Ser licenciada o diplomada ya no sirve para acceder al mercado laboral tras finalizar los estudios. Ahora la lucha es mucho más dura. La competitividad alcanza unos límites nunca vistos y más cuando sabes que hay miles de personas que se encuentran en tu misma situación y que tienen tus mismas aspiraciones.

Virginia Kimpe: "Ver cómo pasan los días sin hacer nada es desesperante"

Virginia Kimpe tiene 25 años y en estos momentos su único objetivo es encontrar un empleo con el que poder disfrutar de independencia económica. Esta joven ha estado empleada hasta hace seis meses en un estanco de la localidad malagueña de Marbella, pero tras su llegada a la capital cordobesa le está siendo imposible volver al mercado laboral. Cada semana se recorre las calles de la ciudad en busca de alguna oferta de empleo y visita cientos de veces las páginas de internet que ofrecen un listado de empresas que necesitan personal. Pero todo su esfuerzo "se queda en nada". Ver pasar los días casi sin salir de casa le está creando un fuerte sentimiento de "angustia" y "desesperación". En estos momentos vive con su pareja en un piso de alquiler y reconoce que gracias a él puede "tirar para adelante", ya que su prestación por desempleo se le queda corta debido a los gastos que surgen diariamente. Pero para ella es muy importante no agotar el año y medio que aún le queda de paro, aunque cada día ve "más difícil encontrar un trabajo en cualquier sector". Su experiencia laboral en la provincia de Málaga le ha hecho ver la situación "tan complicada" que hay en Córdoba a la hora de tener un trabajo. "Allí la cosa está mal, pero no hay tanto parón como aquí", confirma. En cualquier caso, esta joven no pierde la esperanza y sigue en su intensa e imparable búsqueda de un trabajo "con el que sentirme plenamente feliz".

Ana Espinosa: "No descarto marcharme fuera si aquí no encuentro pronto nada"

A sus 35 años, Ana Espinosa continúa viviendo con sus padres, ya que para ella es imposible poder independizarse al no tener un empleo estable y que económicamente le aporte el dinero necesario para poder vivir sin depender de nadie. Hace unos años terminó su diplomatura en Turismo y en estos momentos se encuentra terminando sus estudios de Escenografía. Pero su intachable curriculum académico aún no le ha dado frutos en el mercado laboral actual, marcado por la crisis económica. Hasta ahora tan sólo ha podido trabajar de forma esporádica y en empleos en los que las empresas no le han dado de alta para poder cotizar. Algunos de estos trabajos han sido, por ejemplo, camarera en una empresa de catering o cuidadora de niños. "Los empresarios están utilizando la crisis para beneficiarse, ya que tienen a personas trabajando sin estar dadas de alta porque saben que los jóvenes estamos ansiosos por encontrar algo que nos aporte algún tipo de beneficio económico", insiste Ana. Tan solo le quedan unos meses para terminar sus estudios y tiene muy claro que si no consigue un trabajo "en condiciones" se marchará de Córdoba para tener una oportunidad laboral. No obstante, no descarta el poner en marcha su propia empresa, aunque es consciente de que no cuenta con los recursos económicos suficientes y que las ayudas son "casi inexistentes". Además, Ana insiste en que la situación es mucho "más lamentable" para las mujeres, "que son las que están sufriendo de una forma más dura las consecuencias de la actual situación económica". Pero, Ana no pierde "la esperanza" y espera contar, dentro de poco tiempo, con una nómina a final de mes.

Dolores Luque: "En estos momentos es muy difícil conseguir un trabajo digno"

Dolores Luque responde al perfil de mujer luchadora que durante toda su vida ha trabajado para sacar a su familia adelante. Pero, en estos momentos se ve "obligada" a engrosar la lista del paro. Con 52 años esta cordobesa sabe que lo tiene más complicado que otras personas para volver a acceder al mercado laboral, a pesar de que cuenta con una amplia experiencia profesional en el sector servicios. Gracias a la ayuda de sus hijos y la prestación que recibe por parte del Servicio Andaluz de Empleo consigue llegar a fin de mes "sin problema", aunque recortando de todos lados. Pero ella aún no se da por vencida y sigue en su empeño de conseguir un empleo como cuidadora de personas mayores, pero "con unas condiciones salariales dignas y dada de alta". Para ella es difícil asimilar que cuando accedió al mercado de trabajo "me llovían los empleos" y que ahora se tenga que conformar con ir a las oficinas del SAE para poder recibir la ayuda económica que le pertenece por todos los años que ha cotizado a la Seguridad Social. Todo su tiempo libre lo dedica a ayudar a personas que están pasando por una difícil situación, ya que de esta forma "me siento útil y consigo sacar una sonrisa a personas que sé que lo están pasando peor que yo". Ahora su mayor esperanza es que la situación mejore dentro de poco para todos.

Elena García: "A pesar de mi formación académica, no consigo un empleo"

Elena García terminó en septiembre de 2009 sus estudios de Veterinaria en la Universidad de Córdoba y desde entonces no ha parado de buscar empleo. A pesar de que cuenta con una excelente formación académica, a esta joven cordobesa, de 27 años, le está siendo "bastante difícil" hacerse un hueco dentro de su área profesional. El principal problema para ella es que en estos momentos no hay ofertas de empleo, incluso asegura que "se pasan las semanas sin que salga algo que merezca la pena". Además, la experiencia profesional es uno de los requisitos principales que demanda la mayoría de empresas "y para los que acabamos de terminar los estudios universitarios es imposible que dispongamos de ella", por lo que la situación se complica aún más. Durante estos últimos meses ha dejado cientos de curriculum en todos los lugares que ella cree que se amoldan a su perfil laboral "demanden o no algún trabajador", pero hasta el momento no ha llegado su oportunidad para meter cabeza en el mercado de trabajo. Al igual que otros muchos jóvenes, Elena está aprovechando esta etapa para seguir con su formación académica a través de cursos, sobre todo on line, con los que conseguir especializarse dentro de su área académica. El objetivo es destacar entre la competencia que cada vez cuenta con unos recursos formativos más amplios para ser el elegido en estos tiempos de crisis. Pero lo más preocupante para ella es la sensación de angustia e impotencia  que se genera al ver que pasan los meses y no encuentras un empleo en la tierra en la que ha nacido y que la ha visto crecer. No obstante, es consciente de que en estos momentos su situación la están padeciendo miles de jóvenes que durante varios años se han estado preparando para poder desarrollar sus conocimientos y destrezas en el ámbito laboral.

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