Córdoba

La refundación de la química

  • El encuentro de Nanotecnología reúne a 170 científicos andaluces en el Campus de Rabanales para abordar las nuevas aplicaciones y métodos de la nanociencia

Se trata de una disciplina que estudia la materia con una precisión de la milmillonésima parte de un metro y que permite crear materiales con un valor añadido muy superior al que tienen actualmente. Es la nanociencia, de la que la Universidad de Córdoba (UCO) es referente en Andalucía gracias al trabajo del premio Nacional de Química Miguel Valcárcel y que desde ayer reúne en Rabanales a 170 científicos en el tercer encuentro regional que dirige el director del Departamento de Química Física Termodinámica Aplicada, Luis Camacho. Las jornadas, que concluyen hoy, analizan la aplicación de la nanociencia y "las nuevas posibilidades que se abren gracias a ella", apuntó Camacho.

La nanociencia tiene como objetivo la manipulación de los átomos y moléculas para producir dispositivos e incluso máquinas del tamaño de una mota de polvo. Según Camacho, "es una ciencia en la que usamos sistemas muy pequeños, como el nanómetro". La medicina es una de las áreas en las que se estudia la aplicación de la nanotecnología; en concreto, en el análisis químico y biológico para la "detección de sustancias en la sangre", señaló. La nanociencia, continuó, es "la refundación de la química, que permite el desarrollo de nuevos métodos para el control de sistemas con nanopartículas".

Las claves de este encuentro son las de potenciar la investigación en nanociencia y nanotecnología mediante la puesta en contacto de los diferentes grupos que desarrollan su actividad en estas áreas de conocimiento, favoreciendo la colaboración y el desarrollo de proyectos conjuntos. En la primera jornada se abordaron aspectos para la relación de estructuras de nanopartículas y su reacción en baterías y el uso de del sistema de nanoestructuras como sensores para detectar bacterias, explicó el profesor.

Según Camacho, en la UCO los nanomateriales se están utilizando con fines analíticos y bioanalíticos para la construcción de sistemas para el almacenamiento de energía, como catalizadores en síntesis orgánica o para la modificación de superficies. Además, se trabaja en la construcción de dispositivos nanoestructurados como pantallas y sensores.

El director del encuentro, que está promovido por nueve grupos de investigación de la institución académica, incidió en la importancia que tiene la UCO en la nanociencia. Buena prueba de ello, continuó, es la creación del Instituto Andaluz de Química Fina y Nanoquímica, que preside Miguel Valcárcel. Se trata de un centro cuyo objetivo, según Camacho, es el de "investigar más en la nanociencia y establecer líneas de investigación aplicadas".

Como curiosidad, la nanociencia surgió a finales de la década de los 80 del pasado siglo, cuando nació el primer instrumento científico que permitiría trabajar a escala nanométrica. Los investigadores Gerd Binning y Heinrich Rohrer descubrieron el Microscopio de Efecto Túnel, la revolución tecnológica del siglo XXI.

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