Córdoba

Cae una red que traficaba con oro y obras de arte expoliadas

  • Las fuerzas de seguridad detienen a 12 personas en la provincia, imputan a otras seis e intervienen nueve kilogramos de oro y piezas arqueológicas en Córdoba.

Un total de 12 personas detenidas en la provincia, otros seis imputados y nueve kilos de oro intervenidos son algunos de los resultados de una operación llevada a cabo en toda España por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil contra el expolio de yacimientos arqueológicos, el blanqueo de capitales y el tráfico ilícito de oro.  Además de en Córdoba, la operación se ha desarrollado en las provincias de Madrid, Sevilla, Jaén, Málaga, Granada y Valencia, con el resultado de 85 personas arrestadas y la incautación de miles de piezas, principalmente de la época romana, aunque también objetos prehistóricos y del periodo medieval e islámico.

El Ministerio del Interior informó ayer de que la red operaba principalmente en Andalucía, si bien los sospechosos se desplazaban también a otras comunidades autónomas para esquilmar yacimientos. Las fuerzas de seguridad tienen constancia de que algunas de las piezas expoliadas proceden de los yacimientos de Cástulo, cercano a Linares (Jaén); Los Villares, en Andújar, también en la provincia de Jaén, y Calatrava la Vieja, en Ciudad Real. Entre las piezas localizadas en los más de 115 registros practicados -16 de ellos en Córdoba-, destacan más de 6.000 monedas romanas y medievales, puntas de flecha, fíbulas de origen romano, pendientes y hebillas visigodas, hachas de piedra pulimentada, estelas con inscripciones en árabe, columnas y exvotos.

Los registros practicados en Córdoba se realizaron en la capital, Palma del Río, Almodóvar del Río, Cañete de las Torres y Villanueva de Córdoba. Entre los efectos intervenidos en la provincia, Interior enumeró nueve kilos de oro -repartidos en 15 lingotes y numerosas joyas-, 25 esmeraldas, 197.000 euros en efectivo, detectores de metales y una pistola Star. También requisaron diversos objetos de alto valor histórico-artístico, entre ellos mil monedas antiguas, tres hachas de diorita, un dado de hueso, un molino de piedra, dos pistolas antiguas, una punta de lanza, un sable, dos jarrones y numerosos fósiles. A los arrestados en Córdoba se les imputa delitos de defraudación a la Hacienda Pública, blanqueo de capitales, estafa, receptación, delitos contra el patrimonio histórico y tenencia ilícita de armas.

El grupo, asentado principalmente en Andalucía, pero que también actuaba en otras comunidades autónomas, estaba perfectamente organizado, con personas que señalaban los yacimientos y vendían las piezas, y otras que actuaban in situ utilizando detectores de metales. "Los expoliadores actuaban en comisión de servicio. Se les asignaba un yacimiento y se les pagaban dietas y gastos de transporte", ironizó ayer el teniente Vivas, del Seprona de la Guardia Civil, quien explicó que la red contaba con clientes en Estados Unidos, el Reino Unido o Alemania.

De forma paralela, el Cuerpo Nacional de Policía ha vinculado al máximo responsable de la organización desmantelada con una trama de blanqueo de capitales por medio de la venta ilegal de metales preciosos, como plata y oro. La investigación arrancó al detectarse que el líder de la organización compraba numerosas joyas a un clan familiar asentado en La Carolina (Jaén).

Los agentes se han intervenido de más de 120 kilos de oro y plata, 900.000 euros en efectivo -la mayoría en billetes de 500 euros-, maquinaria para la fundición de metal, siete armas de fuego y se han bloqueado un centenar de cuentas bancarias en 20 entidades, una de ellas en Suiza. Además, se han decomisado libros de contabilidad paralela de las empresas investigadas y se han inmovilizado nueve propiedades y numerosos vehículos de alta gama.

En Puente del Obispo (Jaén), los agentes hallaron un sofisticado taller en el que se restauraban y se falsificaban con gran destreza piezas arqueológicas que vendían como auténticas. Los detenidos copiaban una pieza original con máquinas de alta precisión y la envejecían mediante procesos químicos, de forma que dificultaban incluso a un experto determinar si era auténtica. Después, ofertaban las piezas en portales de subastas de internet, o las vendían directamente a compradores habituales. En ocasiones realizaban autopujas para subir artificialmente su valor.

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