Parece que fue ayer cuando Córdoba pasó a ser una de los principales ejes del panorama militar de España a través de la creación de la Brigada de Infantería Mecanizada (Brimz) X Guzmán el Bueno. Así lo entiende, al menos, una mayoría de los cordobeses que vivieron aquel momento y que ayer se acercaron a la explanada de la Diputación para asistir a la celebración de los actos del XXV aniversario del nacimiento de la base de Cerro Muriano. En su memoria aún guardan con cierto cariño el recuerdo de los años en los que el centro militar era simplemente un lugar para la instrucción de reclutas. Ayer, después de 25 años, el general, Teodoro Baños, se situó tras el atril instalado en el citad espacio para enumerar algunos de los episodios más dorados de la brigada "de los cordobeses", como así lo exaltó para resaltar el "acercamiento" a la provincia impulsado por sus predecesores en el cargo.

El general Baños no quiso olvidarse de nada ni de nadie en este peculiar y sencillo homenaje que la brigada quiso celebrar en pleno centro de la ciudad, lo más cerca posible de aquéllos de quienes presumen sentirse "muy apoyados". En primer lugar se ocupó de los integrantes que han pasado en todos estos años por la base: "Nos sentimos herederos y depositarios del trabajo, esfuerzo y sacrificios de todos aquéllos que nos precedieron y que han conseguido situar a nuestra unidad en la vanguardia de la eficacia", destacó. También tributó a los "héroes anónimos" y recordó a quienes "dieron su vida en el cumplimiento del deber".

No faltaron, como es lógico, las referencias a las misiones internacionales realizadas en los últimos 15 años. La primera fue en Bosnia, en 1994, y años después desplegó sus fuerzas nuevamente en el citado país balcánico, así como en Kosovo y más recientemente en Líbano. En este repaso a la trayectoria de la Brimz X incluyó algunas de las intervenciones en territorio nacional. Aludió a las situaciones de emergencia a las que acudieron los soldados de la base de Cerro Muriano y, más en concreto, se detuvo en los despliegues de protección de las vías del AVE o la limpieza de chapapote como consecuencia del "desastre" del Prestige.

Sus palabras, en las que tuvieron cabida los 3.000 profesionales que forman parte de la brigada, estuvieron además acompañadas por la presencia de armamento y útiles en general que los efectivos de Cerro Muriano utilizan tanto en las misiones del extranjero como en sus intervenciones en territorio nacional. Llamó especialmente la atención, tanto a niños como a adultos, los carros de combate y vehículos blindados aparcados en la parte central de la explanada. Y, entre ellos, el Leopardo fue el que se ganó la admiración de la mayoría. "Es el último que ha llegado, está fabricado en España y sustituye al Leopard", explicó un oficial a un ciudadano que se acercó a curiosear el tanque.

Mientras tanto, a sólo unos metros, otro oficial resaltaba algunas de las ventajas del Nyala, un vehículo de transporte de personal que llegó a Cerro Muriano el pasado septiembre y que sustituye a los antiguos BMR. "Hay ocho en la base y se emplean para cursos de conductores", detalló este militar, quien señaló que el lanzamiento de los proyectiles se dirige a través de un monitor instalado en el habitáculo.

De forma paralela a la visita de los ciudadanos se desarrolló un recorrido oficial en el que el teniente coronel Antonio Castilla dio a conocer todo lo que se había desplazado a la muestra. Citó cada uno de los vehículos y carros de combate, explicó el funcionamiento de las minas antipersona en los stands situados en los laterales y destacó el papel de los zapadores en las misiones de la brigada. El acto tuvo además el acompañamiento musical de la banda de la Brimz Guzmán el Bueno y la entrega de la bandera nacional. No faltó, por tanto, lo estrictamente protocolario de las ceremonias castrenses.