Córdoba

La Fiscalía investiga la compra de fármacos con recetas robadas al SAS

  • El denunciado estuvo contratado como administrativo en el Reina Sofía entre 2009 y 2010 y se le atribuyen beneficios de entre 150.000 y 180.000 euros por las ventas

La Fiscalía investiga a un ex empleado del Hospital Reina Sofía por la presunta compra de fármacos valiéndose de unos talonarios de recetas que él mismo había robado en su estancia en el servicio en el que ejercía de administrativo. Según la información facilitada a El Día por el director-gerente del centro, José Manuel Aranda, la denuncia se produjo cuando se recopilaron datos suficientes como para inculpar al citado ciudadano y constatar así la existencia de "indicios" para elevar el caso al Ministerio Público. Las fuentes sanitarias consultadas detallaron que el presunto autor de los hechos trabajó en el Reina Sofía durante 2009 y el comienzo 2010 y que fue en este periodo de tiempo cuando pudo recopilar una cantidad muy importante de talonarios de recetas con el membrete del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Estas fuentes revelaron asimismo que el denunciado vendía los medicamentos y gracias a estas operaciones obtuvo unos beneficios que oscilan supuestamente entre 150.000 y 180.000 euros.

"El hospital vio que podía haber un problema, lo investigamos y optamos por trasladar al fiscal la información que teníamos para que actúe con lo que le aportamos". Así resumió el máximo responsable del Reina Sofía el papel que ha jugado la dirección del centro sanitario en un asunto que él mismo tildó de "complejo". Aranda concretó que, aunque los hechos tuvieron lugar hace algunos meses, la Fiscalía tomó conocimiento de los mismos el mes pasado. Desde esa fecha, puntualizó Aranda, el hospital espera una resolución al respecto, si bien evitó profundizar en el caso. Adelantó en ese sentido que en la investigación se han "comprobado fechas" tanto de las recetas como de la adquisición de los medicamentos en las distintas farmacias a las que acudió.

El personal sanitario consultado por este diario sí arrojó detalles alusivos al servicio hospitalario en el que se encontraba trabajando el inculpado, así como el tipo de medicamentos que compró en las farmacias y hasta los beneficios que le reportó la venta de estas sustancias. Según los datos que manejan estas fuentes hospitalarias, el presunto autor de los hechos tuvo un contrato de trabajo temporal en el Servicio de Cirugía del Hospital Reina Sofía que transcurrió entre algunos meses de 2009 y 2010.

Al abordar el proceso que presuntamente siguió el ya ex trabajador, el personal al que accedió este periódico explicó que el administrativo se fue "apropiando" progresivamente de estos talonarios de recetas y que estampó en ellas la firma de algunos facultativos del Reina Sofía. A este respecto, el director-gerente del hospital cordobés reconoció que las recetas incluidas en la investigación -y, por tanto, aportadas al fiscal- tienen el sello de varios médicos, si bien no precisó la cifra de facultativos de cuya firma se ha valido el denunciado. Aranda exculpó, en principio, a los doctores, y matizó que la autoría de los hechos correspondería sólo al ex empleado del centro sanitario.

Llama especialmente la atención el tipo de fármacos comprados supuestamente por el denunciado. Aunque el director-gerente del Reina Sofía no detalló los medicamentos vendidos de manera ilegal, las fuentes sanitarias que profundizaron en el contenido de la trama manifestaron que el inculpado compró un medicamento "propio de pacientes que tienen un tratamiento en la Unidad de Salud Mental que mezclado con otro tipo de sustancias se convierte en algo muy peligroso" para el organismo. Los amplios márgenes de beneficio que ha logrado el inculpado gracias a estas operaciones estriban precisamente en la complejidad de cualquier ciudadano de a pie para acceder a estos fármacos.

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