Córdoba

Un homenaje al hostelero de toda la vida en la fiesta de Santa Marta

  • Hostecor distingue a cuatro profesionales recién jubilados y reconoce el trabajo de los que "apoyan" al turismo en Córdoba l ausencia Manuel Díaz El Cordobés faltó a su cita con los hosteleros en la celebración de la fiesta de Santa Marta a pesar de que él era uno de las personas que iban a recibir una distinción al considerarlo embajador de la ciudad en el exterior.

Florencio López, Antonio Mesa, Ana Teno y Segundo Dueñas tienen en común que se han pasado toda su vida detrás la barra de un bar, atendiendo a sus clientes más fieles y preparándoles platos propios de Córdoba. Ellos cuatro, algunos acompañados de sus parejas, acudieron ayer a la Hacienda de la Albaida para recibir un caluroso homenaje de sus compañeros de profesión y la distinción del colectivo provincial de este sector (Hostecor), un acto que se convoca cada año con motivo de la festividad de Santa Marta -onomástica que se celebra el 29 de julio, pero que los hosteleros cordobeses optan por conmemorar en noviembre para "ajustar" su calendario, como así lo explican sus representantes-.

Había motivos de sobra para reconocer el trabajo realizado por estos cuatro hosteleros. Ana Teno y Críspulo Alegre, de Alcaracejos, fueron los primeros en pasar por el escenario instalado en el salón de la Hacienda de la Albaida. Valieron su "hospitalidad" y el sabor de sus recetas -lomo, lechón y caracoles- para reconocer su labor al frente del Bar El Control, en esta misma localidad. Tras ellos le tocó el turno a Segundo Dueñas, de Pozoblanco -Bar Tropical y Hotel Rural Dueñas, entre otros de los establecimientos que integran su trayectoria profesional-, Antonio Mesa, de la capital -Bar Casa Antonio-, y Florencio López -Restaurante Maxi, el Casino Militar y el Hotel Selu, entre algunos otros centros de la ciudad-.

Aunque son muchos los recuerdos que se les pudieron venir a la memoria en un día de aplausos y reconocimientos como el que tuvo lugar ayer en plena falda de la Sierra de Córdoba, apenas si articularon palabra alguna. Tan sólo un aislado "gracias" o un cariñoso mensaje a aquellos familiares que los apoyaron durante su vida profesional compusieron el habitual discurso que se suele pronunciar tras recibir el premio -"inmerecido", según Florencio López, el último de los hosteleros en recibir el galardón-.

Pero ellos no fueron los únicos que acapararon las ovaciones en una jornada que arrancó al mediodía con un desayuno molinero y que continuó con la celebración de una misa -oficiada por Agustín Bravo- y la degustación tanto de productos propios de la tierra, como queso, aceite, vino y jamón, como otros fuera de España, como el ron que la firma Barceló ha introducido recientemente en España (Columbus, comercializado a través de Piedra). Entre ellos se encontraban los promotores de la Noche Blanca del Flamenco -la teniente de alcalde de Presidencia, Rosa Candelario, se refirió a Joaquín Zurita como el "alma mater"-, el programa Vive Viana de la Fundación Cajasur, el árbitro de pádel Francisco Rodríguez Sicilia y el ya ex relaciones públicas del grupo Heineken España Baldomero Ortega. Faltó, sin embargo, el torero Manuel Díaz El Cordobés, que iba a ser homenajeado. Nadie supo decir el motivo de su ausencia.

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