Córdoba

"Ahora existe el riesgo de sentir la falsa sensación de que la crisis ha acabado"

  • Cuando llegó a Córdoba, en 2003, se vivía el 'boom' económico y ahora, sólo seis años después, nos encontramos en recesión; aún así, confía en que saldremos de la crisis, aunque nada será ya como antes

María Suárez llegó a Córdoba en 2003, cuando sólo contaba con 32 años, para hacerse cargo de la delegación que Renta 4 Sociedad de Valores tiene en Córdoba. Desde entonces hasta ahora mucho ha cambiado el entorno económico, que ha pasado de un boom casi sin antecedentes a una fuerte recesión, aunque ella mantiene los mismos criterios a la hora de aconsejar a sus clientes: cada uno debe definir bien su perfil como inversor y hacerse cargo de los riesgos que es capaz de asumir. Sobre el camino que hay que andar para salir de la crisis, Suárez, una mujer que piensa rápido y habla al mismo ritmo pero con claridad de ideas, no tiene dudas: España debe centrar buena parte de sus esfuerzos en aumentar su capacidad de exportación, para lo que debe ser más competitiva.

-Las bolsas llevan ya más de medio año de crecimiento y recuperación. ¿Cómo definiría la situación actual?

-Los mercados financieros alcanzaron mínimos en el mes de marzo, y desde esa fecha se ha conseguido una subida del 72%, que se une al crecimiento del 29% que se ha producido desde el mes de enero. Ahora mismo, los tipos de interés se mantienen, y las medidas que adoptó el Banco Central Europeo siguen vigentes, por lo que no hay cambios significativos sobre los meses previos. Sí es verdad sin embargo que el trasfondo sigue siendo el mismo: esta crisis ha sido de endeudamiento, principalmente de las entidades financieras, y eso sigue ahí, aunque ahora los deudores no son ya los bancos sino el Estado. En verdad, las reformas necesarias no se han hecho y esto puede dar lugar a una falsa sensación de salida de la crisis. Ese riesgo existe.

-¿Y cuáles son a su juicio esas reformas urgentes?

-Lo que está claro es que con el endeudamiento que ahora mismo tiene el Estado lo prioritario, lo urgente, es aumentar nuestras exportaciones. Y para eso hay algo absolutamente necesario: ser competitivos. ¿Cómo podemos serlo? Pues, entre otras cosas, innovando y también bajando los costes, que se pueden reducir de muchas maneras y no sólo con un recorte salarial, que es de lo que siempre se habla. La salida para España es exportar.

-Pero hablamos de cambios de fondo, estructurales, que se supone que requerirán de un proceso a medio o largo plazo...

-Bueno, la reforma se hará ya a partir de 2010. Cronológicamente, se puede decir que la crisis tuvo una primera fase que fue de entidades financieras, y que ahora, con las fusiones que estamos viendo y que se seguirán sucediendo, está llegando a su fin. Después hay una segunda fase de crisis fiscal, que estamos viviendo con la subida de impuestos, ya que tenemos que pagar la deuda que ha contraído el Estado. Una vez que esto haya concluido, en 2010, podremos ponernos a pensar en otras cosas, en esas reformas de las que hablaba.

-Los últimos indicadores señalan que Estados Unidos ha salido de la recesión y ya crea riqueza. ¿Ayudará este hecho a que otras economías menos poderosas como la española se puedan subir a ese tren?

-No es sólo EEUU, sino que el Fondo Monetario Internacional ya ha dado por terminada la crisis. Hay otros muchos países que ya crecen como Alemania, Francia, Japón o los países emergentes. Para España es muy importante, pues nosotros podemos beneficiarnos de eso en el sentido de que si tenemos que exportar y ellos están en crecimiento nos resultará más fácil. Por otra parte, nos resulta perjudicial en un aspecto: que conforme se vaya consolidando ese crecimiento habrá una subida de los tipos, y eso no beneficia a un país endeudado como el nuestro.

-¿Qué sectores cree que pueden liderar estos cambios?

-Pues mire, yo creo que no se trata de sectores concretos, sino de una visión mucho más amplia. Tenemos que exportar todo lo que tenemos, y lo que tenemos son personas, bienes y servicios. Y también capitales, pues las inversiones en el extranjero también le reportan al país dividendos.

-En líneas generales, ¿cuáles son las recomendaciones que les están dando ahora mismo en Renta 4 a sus clientes?

-Nosotros tenemos todo tipo de clientes, y por lo tanto depende del perfil de cada uno, como es natural. Desde los que invierten en bolsa, a diario, haciendo trading hasta otros más conservadores. No es lo mismo por tanto para una persona que para otra, y para nosotros es muy importante que cada uno invierta de acuerdo con su perfil de inversión. ¿Por qué motivo? Pues porque si viene una bajada fuerte como la que vivimos el año pasado y uno ha respetado su perfil de inversión no pierde los nervios y aguanta. Por contra, si alguien está por encima de los riesgos que puede soportar se acaba poniendo nervioso, vende y ya está fuera del mercado. Dentro de eso, nosotros creemos que la Bolsa, la renta variable, va a ser el activo más beneficiado en la próxima década, como ya lo ha sido en esta crisis. Ahora bien, hay que saber que la volatibilidad en los mercados ha aumentado mucho y por tanto hay que estar dispuesto a aguantar eso e incluso a saber aprovecharlo. Esa volatilidad es incluso muy positiva para las personas que hacen trading y están continuamente comprando y vendiendo, aunque esa es otra historia; eso es para personas que tienen una alta tolerancia al riesgo. Para la mayoría de las personas, lo interesante ahora mismo es aprovechar la caída para ir haciendo una cartera de inversiones interesante.

-¿Cree que la recuperación llegará también a esas promotoras inmobiliarias que se han visto tan afectadas por la recesión?

-Bueno, en el caso de las promotoras es muy difícil que compañías tan endeudadas puedan recuperarse, la verdad. Y me refiero no a compañías muy diversificadas como Ferrovial, sino a otras que no lo están tanto.

-Siempre se ha dicho que la salida de la crisis vendría precedida por subidas en la Bolsa...

-Sí, pues es cierto que los mercados siempre se adelantan y siempre hacen mínimos antes de que comience la recesión, como ha ocurrido ahora. La subida de la Bolsa que hemos vivido es consecuencia en gran parte de los estímulos del Banco Central Europeo, que ha inyectado mucho dinero al sistema. No obstante, lo cierto es que el dinero no está llegando a las empresas y ahora mismo estamos en un periodo de tránsito de una burbuja de crédito hacia una normalización del crédito. Tenemos que acostumbrar todos a que las cosas ya no serán igual: tendremos que hacer las cosas con más capital propio y con menos crédito, ya que esa burbuja no va a volver. Estamos en transición hacia la normalidad, porque lo que teníamos no era la normalidad.

-Hablemos de compañías concretas. ¿Cuáles son las más recomendables?

-En la Bolsa española a nosotros nos gustan empresas que no estén endeudadas, que estén diversificadas y que tengan un modelo de negocio definido. Por ejemplo, algunas del sector energético como Iberdrola, Repsol o Telefónica. En el Eurotop, que nos gusta más que España, estamos apostando por Nokia, que se aprovecha del crecimiento de los mercados emergentes, E.ON o la energética RWE AG.

-A los cordobeses se nos acusa de ser conservadores en exceso, poco arriesgados. ¿Somos así a la hora de invertir?

-Bueno, el comportamiento del inversor cordobés es muy similar al de cualquier otro inversor. Hay ciudades como Barcelona, Valencia o Bilbao en las que hubo Bolsa, y en ellas sí que hay más tradición bursátil y un interés especial por la renta variable. En el resto, no hay diferencias. El inversor cordobés es conservador, pero es que todos somos conservadores, ninguno queremos perder lo que tenemos; además, aquí los inversores se han comportado con total responsabilidad. Con mucha madurez.

-¿Ha vivido situaciones dramáticas con algunos clientes?

-Siempre hay algunos casos, pero son aislados. Se trata en todo caso de inversores de trading, gente que toma sus propias decisiones y que sabía perfectamente el riesgo que estaban asumiendo. No obstante, ahora que las tasas de ahorro de las familias se han elevado a máximos históricos, y que se supone que esos ahorradores querrán pasar a ser inversores, todos han de tener claro que los mercados de inversión ofrecen una complejidad cada vez más creciente. Y ahí es donde nosotros, Renta 4, podemos serles útiles, pues somos especialistas en inversión. Para que no haya sorpresas desagradables lo importante es que el inversor sepa lo que está haciendo en cada momento. Es decir, si esta comprando unas preferentes debe de saber lo que son unas preferentes y si está comprando unas convertibles debe de saber lo que son unas convertibles y si está comprando un fondo de inversión debe de saber que hay detrás de ese fondo de inversión. El inversor debe de informarse, y esa información que nosotros damos lo que genera es tranquilidad y confianza. Esa es la base para no equivocarse.

-¿Qué sectores cree que pueden liderar estos cambios?

-Sí, hay personas que se han asustado y han vendido, pero no ha sido la regla general. Lo habitual es quedarse y, de hecho, muchos inversores han aprovechado esta situación para ganar posiciones.

-Usted llegó a Córdoba hace ya seis años, por lo que ya conoce bien la ciudad. ¿Cree que es un valor de futuro?

-Córdoba tiene muchas cosas, muchas potencialidades. El aceite es un gran valor que hay que saber exportar y el turismo, gracias al rico patrimonio histórico con el que cuenta la ciudad, debe de ser una gran fuente para conseguir dinero del exterior, que es lo que estamos necesitando. Aún con todo, está claro que hay que abrirse a otros sectores y apostar por dos cuestiones que son fundamentales: la diversificación y la exportación.

-¿Qué le gusta de la ciudad y que le disgusta?

-Me gustan muchas cosas. Por ejemplo, que es una ciudad con una vida tranquila y que goza de una buena oferta cultural. El otro día estuve viendo ópera en el Gran Teatro, y fue un espectáculo estupendo. Lo que más me gusta sin embargo es la gente, que es muy generosa. Te abre las puertas de su casa, y eso significa que te ofrece todo lo que tiene. Por contra, hay una cosa que me molesta: que haya charcos en algunos pasos de peatones del centro de la ciudad (risas). Es algo que realmente no me puedo explicar.

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