Córdoba

La DGT vigila 400 kilómetros de carreteras por su alta peligrosidad

  • La provincia cuenta con 14 tramos donde se unen los excesos de velocidad con la siniestralidad Córdoba es el territorio andaluz con más zonas de riesgo para la circulación

La aplicación del carné por puntos y la intensificación de la vigilancia propiciaron un descenso de los accidentes de tráfico que, a principios de siglo, eran una de las principales causas de mortalidad no natural en España. Sin embargo, aún hoy en día mueren más de 300 personas al año en la carretera, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). La velocidad es uno de los principales factores de riesgo y causa de muchos de estos sucesos y, por ello, el organismo perteneciente al Ministerio del Interior ha lanzado una campaña que se sucederá a lo largo de esta semana para concienciar y reducir la accidentalidad viaria. La DGT ofreció ayer los datos sobre los tramos considerados más peligrosos -debido a que aglutinan varios factores como el exceso de velocidad de los conductores y la siniestralidad- y que en Córdoba suman 400 kilómetros. Esta cifra supone que la provincia cordobesa es la que cuenta con más zonas de conflicto de Andalucía y la quinta de España. Tráfico califica estas vías como de intensificación de la vigilancia de la velocidad (invive), ya que levantar el pie del acelerador podría contribuir a reducir el número de siniestros.

Los 403,46 kilómetros que conforman esta red peligrosa en Córdoba están formados por hasta 14 puntos que discurren alrededor de toda la provincia. En este caso, sólo Badajoz con 24 tramos, Toledo con 16 y Soria y Zaragoza con 15 superan a Córdoba. No se trata de puntos negros, es decir, los tramos invive no se caracterizan por aglutinar más víctimas mortales, sino por una relación directa entre la velocidad de los pilotos y la siniestralidad producida. Por lo tanto, tampoco existe una relación directa entre el estado de la carretera y los percances registrados, a pesar de que en muchas de ellas sí existan reclamos para que se acometan los arreglos necesarios. Varios de esos tramos, según datos facilitados por la DGT, se concentran en la N-432, que une Badajoz y Granada y que sirve como alternativa más directa para desplazarse entre la provincia granadina y Almería hasta Córdoba y viceversa. Hasta cinco de los tramos invive de los 14 que hay en la provincia se corresponden con algún punto de esta carretera nacional, lo que arroja un total de 124 kilómetros. Se trata de puntos situados tanto en la capital como en la provincia. En el primer caso, la salida de Córdoba por el estadio de El Arcángel y, el resto, a su paso por Villanueva del Rey, Espiel o Castro del Río. Por los puntos kilométricos de inicio y los de fin la N-432 estaría considerada, en todo su tramado, una de las carreteras más peligrosas en cuanto a velocidad se refiere.

Otra de las vías registradas por Interior por aglutinar más de siniestralidad a raíz de excesos de velocidad es la N-502, que discurre entre La Serrada (Ávila) y Espiel, donde ya enlaza con la N-432. Aquí son más de 63 kilómetros en los que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil incrementará la custodia para evitar los accidentes.

La N-420, por su parte, concentra más de 44 kilómetros considerados tramos invive. Esta vía, que parte de Montoro para acabar en Tarragona, ha copado numerosas reivindicaciones que han exigido, entre otras cuestiones, el desdoblamiento para su prolongación entre la provincia y Puertollano (Ciudad Real).

Todo el discurrir entre Cabra y Alcalá la Real (Jaén) a través de la autonómica A-339 también forma parte de este entramado de carreteras peligrosas. Se trata de 44,42 kilómetros donde la siniestralidad está presente a raíz del incumplimiento de las normas de límite de velocidad por parte de los conductores. Lo mismo ocurre con la A-318 que va desde Estepa (Sevilla) hasta Lucena y Doña Mencía donde ya aparece, de nuevo, la N-432. El tramo, en este caso ocupa 23,59 kilómetros en los que hay que estar atentos. Dentro de la capital habría que contabilizar además más de 15 kilómetros pertenecientes a la antigua N-IV, ahora reconvertida en parte su tramado en autonómica y que va desde Madrid a Cádiz pasando por Córdoba. El tramo peligroso está situado entre los kilómetros 382,71 y 398,25, lo que se corresponde con su paso por la barriada periférica de Alcolea.

El resto de kilometraje con tramos invive estarían situados exclusivamente en la provincia, sin entrar en la capital, y todos se corresponden con carreteras autonómicas. La A-304, la A-309, la A-386 y la A-424 son las otras cuatro vías que presentan un índice de siniestralidad mayor si se compara con los excesos de velocidad. Montoro, Castro del Río, Aguilar de la Frontera, Puente Genil, La Rambla, Cardeña, Pozoblanco y ya, fuera de Córdoba, Cerro Perea (Écija, Sevilla) son los municipios por los que discurren estas carreteras.

De esta forma, Córdoba se convierte en la provincia andaluza con más tramos invive y muy lejana de las siguientes, Jaén y Sevilla, que tienen seis cada una. Después se situarían Granada y Cádiz con cinco, Huelva y Málaga con cuatro tramos de este tipo y por último Almería, con sólo uno.

Por todo ello, la DGT realiza desde ayer y hasta el próximo 28 de agosto una campaña de intensificación de los controles de vigilancia sobre la velocidad con el fin de concienciar a los conductores sobre este factor de riesgo. Esta campaña se realizará además de manera simultánea en 25 países a través de la Organización Internacional de Policías de Tráfico.

Los estudios de medición de la velocidad ejecutados por la DGT arrojaron que las vías convencionales limitadas a 90 kilómetros por hora son las carreteras donde más se incumplen los límites. Cuatro de cada diez pilotos, en este caso, circulan más rápido de lo que deberían, un 25% diez kilómetros por hora por encima de la norma y 12% hasta 20 kilómetros. En el caso de las vías limitadas a 100 kilómetros por hora, el porcentaje de vehículos que superan la velocidad establecida es algo menor. Este tipo de carreteras presentan un mayor riesgo vial ya que registran ocho de cada diez fallecidos.

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