Juan Andrés de Gracia. PRESIDENTE DEL CONSEJO del movimiento ciudadano

"En esta ciudad se escucha poco y se mantienen muy poco los consensos"

  • Recién elegido en su nuevo cargo, atesora un extenso curriculum que le hace ser una de las personas que mejor conoce la vida política, económica y social de la ciudad

Juan Andrés de Gracia (Córdoba, 1962), maestro de profesión, es una de las personas que mejor conoce la vida política, económica y social de Córdoba. En su extenso curriculum destaca que a los 17 años se inició en el movimiento vecinal y que desde 2012 es miembro de la directiva de la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara; y también que fue concejal de la ciudad entre 1995 y 1999. Desde hace sólo unos días a ese bagaje hay que sumar que preside el Consejo del Movimiento Ciudadano, el mayor órgano de participación que tiene entre sus funciones principales las de debatir los planes de actuación, canalizar quejas y sugerencias, emitir informes, promover estudios y hacer propuestas en cualquier materia que afecte a la ciudad.

-Ha anunciado un mandato social, ¿eso en qué se traduce?

-Bueno, el mandato social viene derivado de mi trabajo en la Federación de Vecinos, donde hace ya cuatro años que ya dijimos que hacía falta cambiar las prioridades. Nuestra guerra fundamental en muchos barrios eran los temas urbanísticos, pero ahora han surgido nuevas necesidades sociales; por ejemplo, suministros energéticos, cuestiones de paro, de vivienda, de desigualdad. Necesitamos hacer debates sobre estas cuestiones y una de ellas es la situación nueva que estamos viviendo en el tema de las parcelaciones referente a la dotación de agua, porque el agua no es una cuestión urbanística, es una cuestión social.

-Parece que ahora con la modificación de la Ley Andaluza del Suelo (LOUA) va a ser más fácil dotar de servicios básicos a las parcelaciones, ¿o no?

-Esa modificación no va a abrir ninguna puerta especial. Es un avance, todos los avances son buenos y no niego que algunas casas se beneficiarán, pero no les va a resolver el problema a la gran cantidad de viviendas que hay en las zonas no legalizadas urbanísticamente. El agua es un derecho social y humano, y no puede estar en función o no de la legalidad del suelo donde vivas. La reflexión que voy a trasladar y que estamos trasladando es que al margen de la cuestión urbanística la gente necesita agua y agua potable. Es una obligación municipal suministrar agua potable a los domicilios. Si el Ayuntamiento tiene capacidad de cobrar a una vivienda el IBI o una tasa por el agua la reconoce como domicilio y a un domicilio tiene que buscar la fórmula de suministrarle agua potable.

-Usted ha participado activamente para resolver problemas como el de los veladores o el diseño del proyecto del Cercanías, podría llamársele el gran desatascador municipal

-(Risas). Bueno, si tengo alguna capacidad o virtud es que he aprendido a escuchar bastante y no tengo planteamientos previos, lo que me acerca a gente de distintas opiniones. Lo que intento siempre es que tengamos claro cual es el objetivo, si el objetivo es buscar lo mejor en un momento determinado, intento ser capaz de buscar eso que nos une. En el caso de veladores hemos escuchado, en el nombre de la Federación de Vecinos, a los empresarios, hemos entendido gran parte de lo que han dicho y hemos aceptado gran parte de sus propuestas. En el caso del cercanías, hemos escuchado las peticiones de unos y otros sectores; o sea, hemos escuchado las de Aucorsa, que era la máxima opositora al proyecto, y se han incluido unas garantías suficientes para que Aucorsa no sufra, porque es un transporte esencial para todos. Esa línea es la que he conseguido, por ejemplo, en el Consejo del Movimiento Ciudadano, que con gente muy diversa de distintas zonas se consiga un apoyo mayoritario, prácticamente unánime, y que ahora tengamos todo el aval y el consenso que se puede aglutinar. Pero para generar consenso hay que escuchar, si uno va con actitudes preconcebidas y no espera que el otro tenga nada que decirle, es imposible llegar al consenso.

-Habla de la importancia de escuchar, ¿cree que en esta ciudad se ha escuchado poco al movimiento ciudadano?

-Creo que, en general, en esta ciudad se escucha poco y se mantienen muy pocos los consensos. Esta ciudad, por ejemplo, tiene muchos documentos aprobados y acordados por consenso, como el Plan de Accesibilidad al Conjunto Histórico, el Plan Especial del Río... Bueno, pues da igual lo que tengamos aprobado, debatido y consensuado, que lo guardamos en un cajón para volver a abrir el debate. Es habitual en esta ciudad que llegues en una reunión a un acuerdo y cuando sales por la puerta dices que no vas a cumplirlo. Esto hay que romperlo, los acuerdos están para cumplirlos.

-Un ejemplo de lo que dice sería la próxima semipeatonalización de la calle Capitulares

-Por supuesto. Es el permanente debate sobre si lo que vamos a hacer está bien. No tendríamos que estar ahora debatiendo qué va a pasar con la calle Capitulares, porque ya estaba debatido. Sabíamos que antes o después llegaría el día de hacerla peatonal o semipeatonal y que eso iba a afectar radicalmente a todo el cierre del casco histórico. No es nuevo, lo hemos ido haciendo con la calle San Pablo, la Ribera, la calle Cruz Conde. Sabíamos que Capitulares era una pieza fundamental de este puzzle y no puede entrar ahora miedo a tomar las decisiones que ya hemos adoptado por consenso, pero es que queremos un casco histórico que no se cruce con los vehículos, que no sea un atasco constante para los vehículos, que el residente y el comerciante que tenga allí su negocio tenga su vida en condiciones, que sea amable para el turista, para los vecinos y para los empresarios, y eso necesita quitar vehículos, ruido y masa yendo de un lado a otro sin sentido. Eso se sabía, hubo una apuesta y se aprobó, ¿dónde están esos documentos?, ¿por qué no se los releen los que siguen con el debate?.

-¿Por qué se enquistan tantísimo los problemas, las demandas vecinales y los proyectos históricos en Córdoba?

-Porque creo que se escucha poco. Cada uno tenemos nuestra opinión y en vez de intentar pensar que el otro también puede tener cosas que aportar, pensamos que es una cuestión de ganar. A ver si yo impongo mi posición.

-Pero en ello juega un papel fundamental el juego político,

-Pero es por la misma razón. En mi trayectoria política llegué a acordar unos presupuestos con el PP y no me han caído los anillos por ello y participé en el consenso sobre el plan general y sobre el del casco. Lo que no puedes es enquistarte en posiciones numantinas y, sobre todo, que tu éxito sea que el otro no haga cosas. Esto es un mal general. El objetivo al parecer de la oposición es intentar poner a veces obstáculos para que el que está no realice éxitos. Creo que deberíamos buscar el trabajo conjunto para que se desarrollen las cosas.

-Cambiemos de registro, como el gran cinéfilo que es, ¿qué título de película asociaría con la Córdoba actual?

-Es complicado (risas). En busca del tiempo perdido. Hay una película como tal basada en una obra literaria. Esta ciudad ha tenido mucho tiempo perdido. Este debate se ha estado generando constantemente en una ciudad que, por ejemplo, iba a tener un gran palacio de congresos, con el traído y llevado durante más de una década proyecto del arquitecto [holandés Rem] Koolhaas. Nos hartamos de criticarlo, ordenarlo, hacer modificaciones urbanísticas, debates permanentes, venderlo, no venderlo, cambiar maquetas... gastamos diez millones de euros y ahora no tenemos palacio de congresos, ni ese ni el que teníamos, cuando esta ciudad iba a ser la gran ciudad de congresos. Y no sabemos qué es lo que vamos a hacer con el centro de convenciones, que no conocemos todavía qué es lo que va a ser ni se sabe cuándo se va a acabar. El partido que lo generó lo puso en marcha como alternativa a algo, pero no se acabó de definir finalmente su utilidad. Y el nuevo gobierno tiene otra idea. Se lo encuentra, va a acabarlo, pero la realidad es que no sabemos cuál es el objetivo final. Tenemos que buscar el tiempo perdido, hemos perdido mucho tiempo en esta ciudad. Nos quedamos pendientes del 2016 y ya estamos en 2016. Esta ciudad pensaba que su proyecto en general giraba en torno a la cultura, perdimos aquella oportunidad y desde entonces no se habla de cultura.

-Habla de Córdoba ciudad de turismo de congresos, tras la crisis ¿es que Córdoba sólo está llamada a vivir del turismo?

-No. El turismo es una resultante de lo que hagamos en la ciudad. Esta ciudad tiene que vivir necesariamente de su valor patrimonial, que no es sólo su valor de cara al turismo. Esta ciudad tiene un gran valor patrimonial, humano, además de medioambiental interesantísimo al tener el río y la sierra muy cerca, muy similar a lo que pasa en Granada, que tiene Sierra Nevada o el mar muy cerca y le sabe sacar jugo. Esta ciudad tiene un patrimonio arqueológico importante que lo tenemos bastante olvidado y un patrimonio histórico muy interesante. Lo que me asusta es que vamos siempre en huida hacia adelante. Queremos ser la ciudad con más declaraciones patrimonio de la humanidad, pero de ninguna sacamos el resultado oportuno. Tenemos un problema, quien llega al gobierno enseguida no quiere seguir con lo del anterior, porque parece que esa idea ha sido del anterior y se busca una nueva idea.

-¿Entonces no cree que hayan servido para nada las declaraciones de patrimonio de la humanidad que tiene Córdoba?

-Creo que sí. No obstante, primero tuvimos la Mezquita, luego gran parte del casco, más tarde los Patios y ahora de repente hemos decidido que también lo sea Medina Azahara, que me parece muy bien, pero luego ¿qué vamos a decidir? Por lo pronto ahora queremos también hacer patrimonio natural a la Sierra... ¿por qué no le sacamos todo el jugo necesario a las declaraciones que ya tenemos? Vamos a sacárselo a los Patios, vamos a sentarnos a hablar sobre ellos, a hacer una estrategia sobre ellos seria, o vamos a hablar del casco, vamos a hacer una estrategia seria sobre él. Dejemos de buscar siempre algo nuevo.

-Hablando de casco antiguo, ahora se está fraguando una federación andaluza al respecto que supongo que le vendrá muy bien a Córdoba

-Nos parece una gran idea. La coordinación de entidades vecinales a nivel de Andalucía está en crisis por razones económicas y no tenemos realmente referentes de encuentros vecinales con otras entidades. Que a nivel de casco se puedan unir nos parece bien e incluso se podría constituir una federación que nos una a todas las entidades asociativas. Que el motivo sea el casco nos parece una decisión necesaria porque esta ciudad, por ejemplo, no tiene problemas de cruces o de patios, tiene problemas de casco, que es donde se quiere hacer todo, y el casco no está preparado para ello.

-¿No está preparado en pleno siglo XXI? ¿Es Córdoba una ciudad del siglo XXI?

-Debería serlo. Está ahí siempre con su pasado, y en vez de convertir el pasado en elemento de futuro, nos pesa como una losa y nos cuesta avanzar con él. Córdoba tiene el reto de conseguir que su pasado histórico, sus monumentos, su patrimonio... se conviertan en su mayor inversión de futuro.

-¿Y la actual Ronda del Marrubial puede formar parte de una Córdoba del siglo XXI?

-Evidentemente, no. Es lo que he dicho antes, es uno de esos problemas enquistados sobre el que hemos visto ya varios proyectos. Está aprobado que sea parte del anillo que rodea al casco histórico, debe servir de ayuda para que los vecinos no crucemos el casco y debe estar complementada con aparcamientos en su entorno. Además, debe tener cuatro carriles por lo menos, más el carril bici, y de ellos hay que definir si uno o dos son de transporte público. Eso es lo que demandamos y así sí que sería una vía del siglo XXI.

-Antes ha hablado de la necesidad que hay en Córdoba de consenso, pero ¿no tiene la impresión de que se han creado demasiadas mesas y comisiones que no han servido de nada?

-Estoy de acuerdo. En el programa que he presentado con mi equipo abogamos por racionalizar la participación. En esta ciudad durante algún tiempo ha habido algún alcalde o alcaldesa que cada vez que había un problema creaba una comisión como forma de parar los temas. Yo que he llevado, por ejemplo, la comisión del Cercanías tenía muy claro que esa comisión no iba a estar funcionando toda la vida y que tendría que conseguir un resultado pronto. Creo que ha sorprendido, porque de todas las mesas que se han creado hasta ahora hay una que ha tenido un resultado. En Movilidad creo que tenemos creadas oficialmente seis mesas. Ya ha dicho la concejala, y me parece muy acertado, que va a intentar reducirlas a una. Esto tiene mucho que ver con protagonismo de concejales, con disputas diferentes según las responsabilidades que el concejal tiene y quiere asumir y llevar. Lo que es curioso es que la mayoría de las veces esas mesas llevan meses y años sin reunirse. La comisión de seguimiento del plan general, del casco y de accesibilidad se decidió desde hace ya siete años que no iban a ser útiles y aunque primero se convocaban con 15 minutos de tiempo y no servían para nada, en el mandato anterior no se convocaron y ahora vamos por el mismo camino. Lo mismo no son necesarias, pero ojalá hubiese muchas de las realmente necesarias funcionando.

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