Córdoba

"¿Yo por qué he nacido niño?"

  • Chrysallis es una asociación que pone en contacto a familias de menores transexuales para orientarles en estos casos, en los que aún existe un acusado desconocimiento social

Samuel ya no es Samuel. Samuel es Paula y, en realidad, siempre lo ha sido. Cuando Paula tenía 4 años rebuscaba entre la ropa de su madre, Carmen, para ponérsela y se refería a sí misma en femenino. En casa, cuenta Carmen, nunca se vistió como un niño, pero sabía que para salir a la calle tenía que cambiar la falda por los pantalones. Al principio su familia se pensaba que era gay, pero un día todo cambió. Con sólo 8 años, su madre le escuchó decir: "¿Yo por qué he nacido niño?". Y ahí sus padres se dieron cuenta de lo que podía estar pasando.

Su madre relata el camino que, sin duda, ha sido duro. Al principio, reconoce, "no me atrevía a dar el paso". Acudieron al pediatra, que les iba llamando a medida que iba acumulando información, ya que cabe decir que la formación de profesionales en estos casos abunda por su ausencia. No por la falta de interés, sino por la ausencia de planes de estudio que incluyan cómo tratar la transexualidad en menores.

Después de acudir al pediatra, se puso en contacto con la Fundación Chrysallis, que está formada por familias de niños y adolescentes transexuales. Paula ya mismo cumplirá 10 años y su madre sentencia: "Es muy feliz".

Ese camino que han tenido que recorrer Paula y su familia se inicia con lo que se conoce como tránsito social. Este tránsito consiste en dar explicaciones a los más allegados, a los profesores, a los amigos de lo que está pasando. La madre de Paula explica que es cierto que la gente no lo comprende, igual que ella tampoco lo hacía antes de todo este proceso. Pero cuenta que en el colegio de Paula todo el mundo lo aceptó de maravilla y no hubo muchos problemas. Quizá alguno, pero nunca con los compañeros ni los profesores, por lo que tan siquiera merece la pena nombrarlo.

Algo que ocurre siempre en estos casos es el cambio de carácter de las niñas y niños. Carmen relata que al principio su hija era muy retraída. Pero a partir del día en el que comenzaron a referirse a ella como una niña, en femenino, cambió "de la noche a la mañana". Ahora a Paula se le nota mucho más feliz. Su madre recuerda como antes le compraba algún que otro regalo para el día de los Reyes Magos de los que se supone que son para niñas, pero lo hacía casi en secreto. Ahora ya no hay nada que esconder.

El siguiente paso será recibir un tratamiento hormonal que suele iniciarse antes del desarrollo. A finales de este mismo mes Paula tiene que ir al endocrino para que determine en qué nivel de crecimiento está, ya que depende de cada niño. "Hay que estar al loro porque no se puede retrasar", comenta Carmen. En Andalucía este tratamiento corre a cargo económicamente del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

También tienen que ir ya mismo para cambiar el DNI de Paula, algo que requiere informes y opiniones y que quizá es el paso más complicado a la hora de poder cambiar el nombre. Sin embargo, en las notas del colegio pone Paula y también en el carné del club al que pertenece la familia.

La vicepresidenta de Chrysallis Andalucía, María Orellana, cuenta que la asociación se creó hace tres años ante la necesidad que había. Ella misma es madre de una niña que ha pasado por todo el proceso. María describe la asociación como "un rayo de luz dentro de un pozo oscuro" porque cuando empezó a informarse "me creía que era la única". Ahora, con la experiencia a la espalda y tras tratar con muchas familias, lo ve todo de otra manera. Pero reconoce, eso sí, que al principio "lloraba mucho".

Son los mismos padres y madres de la asociación los que forman a los profesionales en la materia y se centran en algo: "Es todo más fácil de lo que parece". "Ves un camino lleno de espinas pero después te encuentras con muchas personas que no dejan que te pinches", dice.

Sobre el posible rechazo que pueda existir, la vicepresidente de Chrysallis apunta a que es normal por el desconocimiento del tema. Cuando se entiende de verdad, no existe problema. Es curioso, por ejemplo, como son los niños más pequeños los que captan más rápido el mensaje y en ese tránsito en el ámbito escolar se les dice sobre su compañero: "Lo único que pasa aquí es que cuando nació el médico se equivocó al decirnos el género", y todo tan normal. Entenderlo sólo es el primer paso, el siguiente está en manos de todos.

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