Respetar los límites de velocidad es una cuestión, sobre todo, de seguridad y prevención de accidentes, pero también económica. Superar los máximos fijados por las autoridades puede desencadenar en una desgracia o, en el mejor de los casos, en una multa que normalmente no sienta nada bien y viene peor para la economía familiar. Sin embargo -y a pesar de las múltiples campañas de concienciación que se ponen en marcha desde la Dirección General de Tráfico (DGT)- todavía hay quien sigue superando los límites permitidos hasta tal punto que las multas por exceso de velocidad suponen prácticamente la mitad de la recaudación por infracciones de tráfico. Así se desprende de los datos ofrecidos por el Gobierno central a la pregunta del diputado socialista Miguel Ángel Heredia, en los que se pone de manifiesto que entre enero y mayo de este año la recaudación por multas ascendió a 2,7 millones de euros, de los cuales 1,2 responden exclusivamente a denuncias interpuestas por los radares, tanto fijos como móviles y los de los helicópteros que vigilan las carreteras cordobesas (el 45% del total recaudado). Estos dispositivos pretenden tener una acción preventiva entre los conductores para evitar el exceso de velocidad, que se sitúa entre los principales motivos de los accidentes mortales de tráfico. En algunas ocasiones no consiguen ese efecto disuasorio y es cuando se produce la multa por haber superado el límite de velocidad.

En Andalucía se recaudó en el mismo periodo algo más de 13 millones de euros por este concepto y Málaga se sitúa a la cabeza del ranking con 4,6 millones por multas de radares. Junto con la capital de la Costa del Sol, Sevilla fue la que más dinero acumuló con 3,6 millones. En el puesto tercero y cuarto, aunque a muy poca diferencia, se sitúan Cádiz (con 1,27 millones) y Córdoba (con 1,22 millones). Por debajo del millón de euros están el resto de provincias -Granada, Jaén, Huelva y Almería-, ésta última con una recaudación muy baja: sólo 213.557 euros.

Si se tiene en cuenta el cómputo total en el que se incluyen el resto de denuncias por cuestiones distintas a la velocidad, la recaudación ascendió en la comunidad autónoma a 31 millones en los cinco primeros mees del año. Igualmente son Sevilla y Málaga las que acumulan una mayor cantidad de sanciones con más de ocho millones de euros. De hecho, la diferencia es muy significativa con respecto a la provincia que se sitúa en tercera posición, que es Cádiz con 3,5 millones.

Tráfico lleva a lo largo de todo el año diferentes campañas de concienciación para evitar infracciones al volante que van desde el uso del cinturón al consumo de alcohol y drogas o el exceso de velocidad. En verano se intensifican esos controles precisamente porque se concentra un gran número de desplazamientos y es la época donde la siniestralidad alcanza su pico más alto. La DGT inició la operación salida de este verano publicando la ubicación de los radares móviles que se han distribuido por la provincia con el objetivo de demostrar que los dispositivos no tienen un fin recaudador, sino de prevención. Son los tramos en los que se ha detectado una alta accidentalidad o infracciones de exceso de velocidad en porcentaje superior a la media. Esta fue la primera campaña especial que se puso en marcha en verano, aunque se han planificado otras.

Del 6 al 12 de julio se intensificaron los controles sobre las condiciones de los vehículos, no solo en los aspectos visibles de los coches, como los neumáticos, sino en la comprobación de la ITV. Esta última semana que finalizó ayer ha concentrado la segunda campaña de control de la velocidad, sobre todo en las carreteras secundarias, desde el aire, a pie y con radar móvil. Una tercera campaña pretende concienciar del peligro del consumo de alcohol y drogas al volante y se desarrollará en coincidencia con las fiestas que en casi toda España se celebran en torno al 15 de agosto. Pese a estos operativos especiales, Tráfico monta prácticamente todos los fines de semana del verano dispositivos especiales de vigilancia y control.