La campaña de donación de órganos del Reina Sofía sumó ayer un nuevo rostro, el de la actriz cordobesa Macarena Gómez, que a través de su posición en el mundo de la televisión y el cine podrá difundir este mensaje solidario. La intérprete, que participa en la serie La que se avecina y estuvo nominada como mejor actriz protagonista a los Goya por su papel en Musarañas, captó la atención de decenas de personas que pasaban junto al monumento al donante. Fue allí donde se hizo la tradicional foto con la camiseta y el carné de donante junto a responsables del Reina Sofía y representantes de asociaciones de trasplantados. Y también con los curiosos y fans que se acercaron hasta ella.

Macarena Gómez animó "a la población, especialmente a los andaluces y a los cordobeses, a que colaboren con la donación de órganos" y dio las gracias al hospital, "que sé que hace una labor impresionante". Aunque la actriz no ha vivido de cerca ningún caso de trasplante, reconoció que está concienciada con el tema porque "se trata de salvar una vida, y una vez que ya has fallecido qué mejor que ofrecer tus órganos para salvar a otro".

La protagonista de Las brujasde Zugarramurdi reconoció que tenía dudas sobre cómo se podía hacer donante: "no sabía si tenía que tener una tarjeta para que el médico, en caso de fallecimiento, supiera qué hacer con mis órganos, pero me han explicado que si la familia conoce que tú quieres hacerlo, con su 'sí' se puede llevar a cabo la donación". "Por eso, yo desde aquí digo que, en el caso de que algo me sucediera desde luego voy a donar mis órganos y lo tengo clarísimo", aseveró.

Entre las personas que se acercaron a Macarena Gómez destacó Ana Moreno, para la que este encuentro fue muy especial ya que ella recibió un trasplante de riñón y páncreas hace siete meses y medio. A raíz de ello, sus hijos se hicieron donantes. Esta mujer, del municipio jiennense de Jabalquinto, explicó que se encuentra "estupendamente, he nacido de nuevo" porque antes de la operación "no podía andar, no podía ir sola a ningún sitio, prácticamente me tenían que acostar y vestir", y ahora, aunque aún tiene que tener precaución y seguir los consejos médicos, como no coger peso, "lo hago todo, incluso ya cocino, y estoy estupendamente".

Cuando Ana tenía 19 años le diagnosticaron diabetes y a raíz de ello todos los órganos se le deterioraron poco a poco, desde los ojos hasta los riñones, que se le paralizaron a la vez y tuvo que empezar con diálisis. Estuvo 15 meses con ese tratamiento y "una noche me llamaron para decirme que era candidata a un posible trasplante". Era la primera vez que la citaban desde el Reina Sofía y las pruebas certificaron que era compatible para recibir los órganos.

El marido de Ana ya era donante y, debido a la experiencia que ha vivido, sus hijos se hicieron donantes "al día siguiente" de su operación. "Ahora estamos muy contentos, tanto yo como toda la familia", aseguró.