Tecnología para todos

Los diferentes dispositivos de almacenamiento de ayer y hoy

  • De los disquetes de 3 1/2 a la memoria USB y los discos duros, los aparatos para guardar información desde los ordenadores han evolucionado a pasos agigantados

HACE unos días vi por internet una viñeta que me hizo bastante gracia. En ella se veía un padre con un disquete de 3 ½ y un niño mirando sorprendido. El niño señalaba el disco y le decía que era una imagen en 3D del símbolo de guardar. Muchos de los que lean este artículo no sabrán lo que es un disco de 5 ¼. Para ello no hay que ser muy joven, tan solo haber empezado a utilizar el ordenador en la época del CD. ¿Cómo se guardaba antes la información y como lo hará en el futuro?

No voy a entrar en los sistemas de almacenamiento en cintas magnéticas que los "jóvenes" de entorno a los 40 años recordarán de ordenadores como el Comodore o el Spectrum. Aquellas computadoras estaban más dedicadas al mundo de los juegos que a otra cosa. Hablemos mejor del ordenador como herramienta de ayuda y trabajo y sus dispositivos de almacenamiento.

A mediados y finales de los 80 empezaron a popularizarse los primeros ordenadores personales no destinados a juegos en España. Se utilizaban en las familias para hacer determinados trabajo y el WordPerfect era la herramienta estrella. Solían ir acompañados de una impresora de agujas que emitía un ruido agudo al imprimir y que por lo general tenía un tipo de papel con los laterales agujereados que tras la impresión se podían retirar. Dichos ordenadores con chips pertenecientes a la primera generación de venta popular de Intel (8086 y 8088 ) poseían 1 MB de memoria y 20 MB de disco duro. Eso era el disco duro propio de los ordenadores, pero para mover la información de un ordenador a otro se necesitaba un dispositivo físico que pudiese almacenar (la gente ni soñaba con internet) y aquí llegan los discos de 5 ¼ . Como su propio nombre indican medían 5,25 pulgadas y se les denominaba floppy disc (discos flexibles). Su capacidad normal era de 360KB, casi cien mil veces menos que un USB de memoria actual de 32 GB.

Posteriormente, llegaron los dispositivos de almacenamiento de disquete compacto. Eran los llamados discos de 3 ½, que ya no se utilizan en los ordenadores actuales debido a su poca capacidad de almacenamiento, pero las disqueteras se ven en muchos de los ordenadores que todavía andan por las casas. En dichos disquetes la capacidad normal era de 1,44 MB, unas 30.000 veces menos que un USB normal. Luego tras varios experimentos fallidos con diversos dispositivos de almacenamiento llegaron los CD, cuyo uso se extendió en los ordenadores personales en la época de finales de los 90. La capacidad de un CD ronda los 700 MB unas 50 veces menos que un USB.

No hace más de diez años se populariza el DVD, una unidad con una capacidad estándar de unos 5 GB. Es un formato que actualmente se utiliza y que el lector conocerá. La memoria USB se populariza pasado el año 2000. Los primeros no tienen más de 64 MB pero la amplia extensión de su uso lo ha llevado a ser una herramienta que cada día crece en capacidad y velocidad. Actualmente el tamaño de uso de los USB varía, pero está entre los 8 y los 64 GB.

Los discos duros portátiles, van de la mano de la tecnología USB y permiten capacidades bastante mayores. Hoy en día suelen almacenar 1 o 2 Terabytes (TB).

Lo que hoy cabe en un disco duro de bolsillo no cabría en una casa entera llena de los primeros discos de 5 ¼ en los que yo guardaba mis primeros archivos. Hay veces que me pongo a reflexionar cuando la gente me habla de Teras y Gigas , y del USB. Me acuerdo de mi primer ordenador, de cómo eran aquellos gráficos y aquellos comandos escritos en pantalla. Recuerdo perfectamente haber dicho de juegos "esto no se puede hacer más realista" y hoy en día los veo y me parecen hechos con piezas de lego. Entonces me doy cuenta de que, ni siquiera la gente que nos dedicamos o nos gusta el mundillo de los ordenadores nos podemos hacer una idea de dónde llegaremos en 20 años y comprendo por qué los treintañeros son unos ancianos en Silicon Valley, la meca de las empresas tecnológicas.

Desde luego, cuánta razón tenía Machado con aquello de "todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar".

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