La amenaza del terrorismo yihadista sobre Occidente no es algo nuevo. Pero los atentados perpetrados por radicales islámicos en París han vuelto a activar todas las alarmas, puesto que, como ocurriese por ejemplo en 2001 tras los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, hay zonas más sensibles a sufrir un ataque terrorista. El Ministerio del Interior activó el pasado 8 de enero los protocolos de seguridad correspondientes al nivel 3 del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista. Esto, sin embargo, no evita que se genere una sensación de cierto miedo y recelo entre la población. Por ejemplo en ciudades como Córdoba en la que, por su pasado musulmán, es habitual oír y hablar del sueño de Al Qaeda de recuperar Al Andalus. Pero, ¿hay realmente argumentos o motivos para dicho recelo?

La comunidad musulmana en Córdoba da una respuesta clara, tajante y contundente ante esta pregunta: no. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en la actualidad, de los 320.700 personas censadas en la capital, en torno a 4.000 -aunque no hay datos oficiales al respecto- son musulmanes de distintas nacionalidades, sobre todo marroquíes. Es decir, representan poco más del 1% del total de censados. Un porcentaje bajo y que hace más complicado que se arraiguen o surjan grupos religiosos extremistas en la capital cordobesa.

Quienes mejor saben y conocen la realidad del mundo musulmán en Córdoba y si hay motivos de peso para temer a posibles ataques terroristas son sus propios miembros. La cabeza más visible de este colectivo es la presidenta de la Junta Islámica en Córdoba, Isabel Romero. Para ella existe un "fuerte desconocimiento y un prejuicio construido a partir del 11S de lo que somos los musulmanes, lo que dice el Corán, lo que es nuestra fe y esto da lugar a sacar conclusiones que no son veraces" y a que los cordobeses vean en este momento al colectivo islámico "con miedo, desconfianza y con recelo". Sin embargo asegura que el yihadismo "no tiene nada que ver con el islam ni con los musulmanes", puesto que "la gente que usa la violencia de este modo no pueden llamarse musulmanes". Por ello, defiende sin ningún atisbo de duda que no hay motivo alguno para la alarma en Córdoba, aunque reconoce que "ningún territorio está libre de que se presente un chalado y haga estropicio, pero esto no tiene nada que ver con el islam o con nuestra comunidad local".

La Junta Islámica colabora, según asegura su presidenta, de forma habitual con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado; concretamente, con los servicios que se encargan de la prevención del extremismo terrorista. En la actualidad en España hay más de 1.200 comunidades islámicas censadas de modo que, tal y como asegura Romero, es un número importante por lo que "si el yihadismo fuese un fenómeno generalizado habría motivo para alerta social, pero no lo hay". "El islam es muy diverso pero la gente que puede estar en posiciones más radicales es muy minoritaria y no se puede pensar en alerta realmente", defiende. En el caso de Córdoba asegura que el colectivo musulmán es casi "insignificante" puesto que está formado por unas 4.000 personas. "Nos conocemos todos y puedo asegurar que aquí no hay caldo de cultivo del yihadismo. Esto surge sobre todo en lugares donde residen jóvenes desarraigados, que vienen de entornos marginales y que han tenido problemas con el tráfico de drogas", puntualiza.

Es más, según Romero, en estos momentos en Córdoba el colectivo musulmán está dedicando todos los esfuerzos en la potenciación de la cultura Halal y en la puesta en marcha de proyectos institucionales centrados en la difusión del turismo islámico. Asimismo, asegura que tanto para ella como para el resto de los musulmanes que residen en la provincia, hechos como los ocurridos hace unos días en París son actos "terribles", al igual que "los atentados cometidos por los militantes de Boko Haram en África".

Desde la Junta Islámica recalcan que son los propios musulmanes las principales víctimas del yihadismo y los que más sufren las consecuencias de los ataques cometidos por estos grupos terroristas. "Atentados como el de París incitan a la islamofobia. Una compañera ha tenido que poner una denuncia por amenazas de muerte. Esto solo alimenta intolerancia, intransigencia y racismo", lamenta.

El presidente de la Asociación de Musulmanes en Córdoba y el que fuera imán del morabito de la plaza de Colón, Kamel Mekhelef, sabe muy bien que es eso de sufrir las consecuencias de los actos terroristas. Con sus propios ojos ha visto como, tras los atentados perpetrados en Nueva York o los de Londres, la mezquita situada en el centro de la ciudad, y a la que cada día acude un notable número de musulmanes a rezar, ha sido objeto de pintadas "de odio" contra la comunidad musulmana. Pero para él son sólo actos "puntuales" perpetrados por "personas con prejuicios islamofóbicos que aprovechan la circunstancia para expresar ese odio. Esa misma gente equipara los actos terroristas con el mundo musulmán, por su propia ignorancia, si bien las principales víctimas del terrorismo en el mundo son los propios musulmanes en países como Irak, Pakistán, Afganistán, lo que se podría comprobar estadísticamente". Mekhelef va más allá y no duda en afirmar que las personas que forman parte de los grupos radicales "han sido fomentadas por potencias occidentales, con EEUU a la cabeza, creados para intereses propios, que una vez han cumplido su misión son demonizados".

Pero, a pesar de la existencia de esta minoría radical, para el presidente de la Asociación de Musulmanes en Córdoba no existen motivos para temer a un ataque terrorista en la capital cordobesa o en la provincia. "Son tonterías, son ganas de infundir miedo a la población por parte de los grandes poderes y crear tensión y odio entre la población. Son rumores sin fundamento alguno, que dan lugar a potenciar la islamofobia", dice. Por ello defiende que en estos momentos, días después de que se generase una falsa alarma por un posible ataque a la Mezquita-Catedral por un coche mal estacionado frente al Obispado, es "importante mandar un mensaje de tranquilidad, para que de una vez por todas impere el sentido común y la población no se deje llevar sólo por los mensajes que transmiten los medios sino que es necesario que cada persona se forme su opinión propia, hablando con personas cercanas a la religión islámica, o amigos, informándose de primera mano de las fuentes reales".

Otro de los centros de oración con el que cuentan los musulmanes para el rezo en la capital se encuentra en el Sector Sur, en la zona del Cordel de Écija, que se inauguró a finales de 2011. El presidente del Centro Cultural Islámico de Córdoba Mezquita Al-Tawhid es Mustafah Bani. Con gesto de tristeza, asegura que la comunidad musulmana está muy afectada por los atentados cometidos en París. "Este acto no es propio del Islam. Nuestra religión nos impide matar incluso animales", dice. Por ello, insiste en que los dibujos realizados por los trabajadores de Charlie Hebdo, a pesar de caricaturizar a Mahoma -algo prohibido por el Islam-, "no pueden ser un argumento para justificar unos actos terroristas". "La libertad de expresión debe tener unos límites y siempre se deben hacer las cosas con respeto, pero esto no quita a que se pueda llegar a justificar por ello un ataque terrorista", reitera.

Otro de los referentes del mundo musulmán en la provincia se encuentra en la localidad de Pedro Abad. En 1982 la comunidad islámica Ahmadía construyó la Mezquita Basharat, que se convirtió en la primer templo que se ponía en pie en España después de siete siglos. Al frente está el imán Abdul Saboor, quien defiende que Córdoba debe servir de ejemplo de convivencia entre culturas. En primer lugar para los propios musulmanes, quienes, según asegura, deben valorar que "esta ciudad fue considerada en un tiempo como la capital del mundo civilizado, de la educación, de la tolerancia, de la cultura". "Éste es el verdadero espíritu del Islam y no el que están dando a entender los yihadistas", asegura. Pero, también insiste en que los cordobeses "tiene que ser conscientes de ello, y recuerden este ejemplo como algo peculiar y simbólico". "Los comportamientos yihadistas que están produciéndose en todo el mundo no tienen nada que ver con las enseñanzas islámicas. Esto no es Islam. Islam significa paz", destaca Abdul.