Córdoba

Patrimonio universal, gestión a debate

  • Herminio Trigo, Víctor Fernández y María del Mar Villafranca conversan sobre el futuro de la Mezquita-Catedral en un foro organizado por la plataforma que pide su titularidad pública

Para muchos resulta incomprensible que el Ayuntamiento de Córdoba no haya organizado ningún tipo de evento para celebrar el 30 aniversario de la declaración de la Mezquita-Catedral como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Entre ellos se encuentra, por ejemplo, el secretario general del Icomos en España, Víctor Fernández, aunque reconoce que las iniciativas que parten de las instituciones "no dejan de ser un protocolo frío". A merced de esto, y como acto ciudadano, la plataforma Mezquita-Catedral Patrimonio de Todos sí ha querido conmemorar esta declaración y para ello inició ayer un ciclo de debates en el que participó, precisamente, Víctor Fernández, además del exalcalde de Córdoba Herminio Trigo y la directora del patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca. Conducidos por la periodista Marta Jiménez, los expertos centraron las conversaciones en uno de los aspectos en los que la Unesco hace hincapié al otorgarle a un monumento la categoría de bien universal, su gestión.

Bajo el título Córdoba, 30 años después, y rodeados por la polémica surgida a raíz de la inmatriculación por parte de la Iglesia del inmueble -que explota y gestiona-, los expertos reconocieron la necesidad de virar la nave hacia otros modelos en los que la presencia ciudadana sea aún mayor. Víctor Fernández aseveró que "la declaración de la Unesco no sirve para nada", ya que la labor que busca la organización internacional destacando un monumento no es "poner un título", sino "responsabilidad". El también profesor de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla recordó en este ámbito que el debate no se centra en la titularidad del inmueble más famoso de Córdoba, ni siquiera en el nombre que debe llevar, a lo que apostilló que hay que tener en cuenta que la "Unesco sólo entiende de Mezquita", que es como tiene registrado el monumento desde que el 1984 lo nombrara patrimonio de todos. Sobre esto mismo añadió que el hecho de querer denominarla Catedral y hacer desaparecer la condición de Mezquita es "tergiversar" el nombre, dado que "la Mezquita son los cordobeses, nada más". Fernández reconoció que precisamente la convivencia de culturas es lo que más destaca, y apuntó que "compartir espacios siempre suma".

Por su parte, María del Mar Villafranca también incidió en el hecho de la interculturalidad que le da, precisamente, "ese valor universal". Sobre la gestión, la directora de la Alhambra llamó a tener un plan "definido" a la vez que señaló los compromisos que se adquieren cuando un monumento es nombrado Patrimonio de la Humanidad.

El apunte histórico lo dio el exalcalde de la ciudad, Herminio Trigo. Quien fuese el máximo responsable político de Córdoba entre 1986 y 1995, comentó todas las peticiones que se hicieron a la Unesco para la declaración, que finalmente llegó en 1984 y de la que todos pensaban "traería un pan bajo el brazo", pero "no trajo nada de financiación". Trigo fue duro con el Cabildo, y recordó que hubo muchos problemas para usar la Mezquita-Catedral con fines de cara a la sociedad como algún concierto o la apertura nocturna del Patio de los Naranjos, ninguna se permitió.

El exalcalde acusó a la Iglesia de tomar una "postura radical" aun cuando "nadie cuestiona que gestione la Mezquita, que se inviertan fondos públicos en la misma" o cuando se aceptan y acatan los horarios. Trigo aseveró que el objetivo no es que la Iglesia deje de gestionar la Mezquita-Catedral, por lo que afirmó que no entiende el acto de querer cambiarle el nombre, con lo que se "rompe un consenso unilateral".

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