Córdoba

La luz de la Paz guía a las multitudes

  • La hermandad celebra el 75 aniversario de la bendición de la virgen con una salida extraordinaria que congrega a un gran número de cofrades

Sin riesgo de lluvia, sin presión de tiempo y sin más artificios que su belleza, la Virgen de la Paz y Esperanza se paseó ayer por las calles de la ciudad en una jornada histórica para conmemorar el 75 aniversario de la bendición de esta imagen, una de las más conocidas de la Semana Santa cordobesa. La Paz salió puntual de la iglesia de la Merced, donde fue trasladada el viernes por la noche. La salida de un lugar distinto a la plaza de Capuchinos fue uno de los principales atractivos del cortejo de ayer, al igual que su paso por el Ayuntamiento, la llegada a la Mezquita-Catedral o el recorrido por las calles de la Judería. La imagen, obra de Martínez Cerrillo, lució ayer con más luz que nunca, debido tanto al día soleado como al espectacular manto marfil que vestía. El verde también fue protagonista de manera sutil y el exorno floral, muy cuidado, dejó una estampa llena de belleza.

El cortejo salió puntual a las 15:15 de la Merced, con un sol de justicia y un calor propio del verano. Pronto avanzó entre la gente y a su paso se fue encontrando balcones engalanados y guirnaldas de flores atravesando las calles en un ambiente cofrade en pleno mes de octubre. Sobre las 16:30 la procesión llegó al Ayuntamiento, donde esperaban el alcalde, José Antonio Nieto, la teniente de alcalde de Movilidad, Ana Tamayo, y los ediles de Unión Cordobesa Rafael Gómez y Juan Miguel Alburquerque. Allí Nieto le entregó al hermano mayor de la hermandad, Enrique Aguilar, la Medalla de Oro de la Ciudad y la cofradía le respondió con un cuadro conmemorativo.

La Paz, que estuvo acompañada musicalmente durante todo el recorrido por la Sociedad Filarmónica de Pilas (Sevilla) encaró entonces su camino hasta la Mezquita-Catedral por las calles San Fernando y Magistral González Francés y entró en el templo sobre las 18:00. Esta parte del camino, junto con la entrada de la virgen en el Patio de los Naranjos fue una de las más multitudinarias, ya que a los cofrades se unieron los turistas nacionales e internacionales que frecuentan el monumento y alrededores, sobre todo lo fines de semana. El bullicio, no obstante, contrastó con el recogimiento en el interior de la Mezquita-Catedral, donde el obispo de Bangassou, Juan José Aguirre, ofició una emotiva misa.

Tras la Eucaristía, la Virgen inició el regreso a su casa de Capuchinos tras un largo recorrido por la Judería que dejó estampas espectaculares. No fue hasta pasada la medianoche cuando la imagen, llevada por las dos cuadrillas de costaleros de la virgen y la del Cristo, llegó al templo tras un largo día que quedará para el recuerdo de todos los hermanos, cofrades y cordobeses.

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