Córdoba

El colegio de la Trinidad rejuvenece a los 50 años

  • El centro se traslada a un edificio totalmente nuevo y equipado y oferta por primera vez el estudio del bachillerato, para el que aún quedan plazas vacantes

Alumnos, padres y docentes del tradicional colegio de la Trinidad han recibido un esperado presente medio siglo después de que comenzase la labor educativa del centro. El colegio, que fue inaugurado por el párroco Antonio Gómez Aguilar en 1964 y hasta el pasado año se encontraba dividido en dos edificios, estrena hogar en el curso que comenzará en apenas una semana; un edificio totalmente nuevo y equipado, situado en las inmediaciones del Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre.

El tiempo no pasó en balde por los edificios que, en el barrio de la Trinidad, constituían anteriormente el colegio. Las limitaciones que imponía la vejez de estos muros se han desvanecido con la construcción del nuevo colegio, que ya presenta un aspecto inmejorable; totalmente equipado, con las nuevas tecnologías por bandera y con amplios espacios al aire libre para el disfrute y educación de los alumnos y una pista deportiva cubierta. Este nuevo edificio, que comenzó a construirse hace aproximadamente tres años, se ha alzado casi en su totalidad en los últimos meses, tras superar escollos administrativos y diversos problemas en la realización de las obras por los parámetros de cimentación. El traslado al nuevo edificio representa además una ampliación de la oferta educativa del centro. Por primera vez, el colegio de la Trinidad ofrecerá dos líneas de bachillerato y dos cursos de formación profesional. Además, seguirá contando con las mismas plazas que ostentaba el pasado año en educación Infantil, Primaria y Secundaria. La suma de todo ello asciende a más de 900 alumnos, que cursarán sus estudios con el apoyo de alrededor de 60 profesores, una docena más que el curso anterior por la inclusión de los estudios de Bachillerato y los ciclos superiores de Formación Profesional.

La directora del colegio de la Trinidad desde hace 11 años, María del Carmen Bujalance, apunta que el traslado permitirá, además de adecuar la educación del centro a las necesidades tecnológicas de los tiempos que corren, que los profesores del centro no tengan que "ir de un edificio a otro" y por tanto no lleguen tarde a sus correspondientes lecciones. La culminación del proyecto, que la propia Bujalance cataloga como "la tierra prometida", ha supuesto un coste total de alrededor de un millón de euros, después de "más de diez años intentando" cambiar de edificio para salvar las deficiencias que imponían los anteriores.

La inclusión de un importante potencial tecnológico representa uno de los principales cambios que experimentará el colegio de la Trinidad con el traslado hasta el barrio de Vista Alegre. Tal y como afirma la directora, el centro es "casi con total seguridad el único de Córdoba que cuenta con pizarras digitales en todas sus aulas. Para sacar el máximo rendimiento de ellas y preparar material educativo válido para su empleo en dichas pizarras, el centro organizó a los profesores un curso de formación en el pasado de mes de julio, y harán lo propio en septiembre.

El centro contará también con una escuela deportiva diocesana, en la que parte de los inscritos serán federados para poder competir a diferentes niveles en varios deportes, como baloncesto, voleibol, balonmano, fútbol sala o bádminton. Del mismo modo, el colegio oferta una escuela de música en la que los alumnos, desde infantil hasta bachillerato, podrán aprender a tocar varios instrumentos con el propósito de organizar un grupo que actúa en diferentes fiestas. Además, se formará a los miembros de la escuela que así lo deseen para que superen la prueba de acceso al conservatorio. Entre los servicios que dispone el colegio en manos de sus alumno se encuentra también el comedor y una importante gama de actividades extraescolares, como talleres de magia o iniciación al ajedrez.

Bujalance señala el bilingüismo como uno de los más importantes objetivos del centro, y adelanta que ya han contactado con el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre para que los alumnos, en una de sus horas semanales de la asignatura de Educación Física, puedan disfrutar de la piscina de este polideportivo y desarrollar sus aptitudes en natación. "Nos ha costado mucho trabajo, pero afrontamos el curso con mucha ilusión y con un objetivo que puede resumirse en dos palabras: enseñar y evangelizar", detalla la directora del centro, que concluye que pretenden "la excelencia educativa y sacar adelante los cursos de Bachillerato y los nuevos ciclos formativos".

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