El Ayuntamiento ha cerrado el primer trimestre del año con un periodo medio de pago a proveedores de 99 días, según los últimos datos de tesorería conocidos, un dato que desde el gobierno municipal lo toman como positivo ya que el año 2013 se cerró con una media de 120 días para abonar las facturas pendientes. Así lo apuntó ayer el teniente de alcalde de Hacienda, José María Bellido, quien recordó la evolución que se ha tenido desde que el PP llegó a Capitulares. En esa época, en julio de 2011, las facturas se pagan en un plazo de unos 240 días, mientras que ahora por primera vez se sitúa por debajo de los 100, concretamente en 99.

Aunque el recorte evidentemente es positivo, todavía está lejos de la cifra máxima legalmente permitida, que es de 30 días. Esta era una de las exigencias del Ministerio de Hacienda para los ayuntamientos que se acogieran de nuevo al plan de pago a proveedores, como ha sido el caso, y la Intervención ha advertido muchas veces al respecto del incumplimiento de este requisito. El servicio de fiscalización dijo a primeros de año que si el índice se mantenía durante dos meses seguidos tendrá que formular una "comunicación de alerta" a la administración que tenga la tutela financiera de las corporaciones locales. Esto podría derivar en la retención de los recursos derivados de los impuestos del Estado para destinarlos al pago de facturas. En el momento en que realizó esta advertencia el periodo de pago era de 129,8 días.

Bellido, no obstante, aseguró que el objetivo está "relativamente conseguido" porque en enero y febrero sí se ha llegado al mínimo establecido en los balances mensuales. Además explicó que próximamente se va a cambiar la manera de medir el tiempo en el que se abonan las facturas con un nuevo método que beneficia al Ayuntamiento. La propuesta es por el momento un borrador que ya ha sido transmitido a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y que actualiza las mediciones. En concreto, con este sistema se tendrá en cuenta todo el consolidado del Ayuntamiento y no sólo la entidad matriz. Además, se analizará por una parte lo que se ha pagado y, de manera separada, las cantidades pendientes de cobrar.

En el Ayuntamiento existe un plan de tesorería que ordena la prelación de pagos. En primer lugar se abona la deuda, después los salarios y en tercer lugar los proveedores. Dentro de éstos, unos cobran antes y otros después. Por ejemplo, se paga con mayor rapidez el material y los suministros que las reparaciones o los arrendamientos. Los que se abonan más tarde son las inversiones pese a que se trata de cantidades pequeñas.