Un total de seis personas pertenecientes al colectivo Acampada Dignidad declararon ayer ante el juez del Juzgado de Instrucción número 4 en calidad de imputados por la ocupación del colegio Rey Heredia. Según informaron los portavoces del colectivo, las declaraciones de los seis acusados se centraron en defender la labor social que en estos momentos realizan en el colegio. "Hay un montón de gente que no solo está comiendo o estudiando, o se le están solucionando problemas de tipo social y laboral, sino que hay muchas personas que han salido de depresiones al volver a sentirse útiles para la sociedad", dijeron. Por su parte, los abogados pidieron el archivo total del caso. El colectivo, que estuvo arropado por varios miembros de la asociación, entre ellos Julio Anguita, instaló hace unos meses un comedor en este centro del Campo de la Verdad que llevaba varios años en desuso y también lleva a cabo actividades tanto para niños como para mayores. "Ellos van allí, y aunque comen, también les está sirviendo para relacionarse con gente que está en su misma situación y les sirve para salir de ahí", afirmó uno de los seis imputados que se suman a los otros ocho que ya declararon hace unas semanas, todos ellos acusados por el Ayuntamiento de cometer un delito de usurpación de bienes inmuebles.

Los imputados también recalcaron el hecho de que cualquiera de las 500 personas que pasan por el centro cada día podrían haber sido llamados a declarar, pero que en este caso han acudido ellos seis porque "estábamos en el centro el día que fue la Policía Judicial a hacer el informe que le había pedido su señoría".

Durante el día de hoy o a lo largo de la semana los miembros de Acampada Dignidad esperan que el juez se pronuncie y dicte su sentencia en cuanto a las medidas cautelares exigidas por el Consistorio de que desalojen el centro, ya que el Gobierno municipal entiende que los ocupantes del colegio lo usurparon de forma indebida. Ante dicha acusación, los acusados siempre han defendido que el Rey Heredia estaba completamente en desuso y que no existe peligro de deterioro en el edificio, "sino todo lo contrario".

Uno de los portavoces de Acampada Dignidad también mostró su apoyo a las casi 40 familias que han sido desalojadas de la Corrala Utopía en Sevilla, un bloque de edificios abandonado que desde el 2012 habitaban más de un centenar de personas. "Desafortunadamente los compañeros de la Corrala lo están pasando muy mal e iremos en coche para apoyarlos y pasar la noche con ellos, pero no es el mismo caso ya que nuestro edificio es público y le damos una utilidad, además no vivimos allí", aclaró.