Córdoba

La hermandad cree que el Rocío de la Fe marca "un antes y un después"

  • Bernabé Jiménez agradece el esfuerzo de todos los rocieros y destaca que no se produjeron incidencias

"Todos los balances son positivos". Así de optimista se mostró ayer el hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Córdoba, Bernabé Jiménez, tras valorar el Rocío de la Fe, el acto religioso que tuvo lugar el sábado y que congregó a las cinco hermandades de la Diócesis cordobesa y a la Matriz de Almonte en un acontecimiento histórico. Jiménez valoró el "esfuerzo y el trabajo" de todos los que han colaborado en la organización del evento y que ha permitido que no sucediera ningún incidente relevante, a pesar de que en algunos momentos se concentraron "hasta 60.000 personas", aseguró el hermano mayor, para quien esta cita supone ya "un antes y un después" en la historia de la hermandad cordobesa.

El único punto en contra fue el retraso que acumuló el cortejo ya que la misa en la Catedral empezó una hora después de lo previsto y eso provocó que a las Tendillas se llegará ya dos horas después del horario establecido de antemano. No obstante, este contratiempo no impidió el lucimiento de las hermandades participantes y que la gente permaneciera en la calle hasta altas horas. Uno de los momentos que más se retrasó fue la bendición de un monumento en los Jardines Virgen del Rocío pero, incluso allí, "estuvimos arropados por muchos rocieros", aseguró Jiménez. El hermano mayor agradeció al obispo, Demetrio Fernández, que estuviera presente en el acto a pesar del retraso que se había acumulado. También quiso dar las gracias a las hermandades "que se volcaron en la instalación de los altares". Jiménez destacó el "hecho histórico" que supuso contar con el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte, quienes están "muy contentos" de haber participado en la celebración. El propio presidente de la hermandad almonteña reconoció el sábado que "nos llevamos un trozo de esta historia en nuestro corazón" y agradeció el trabajo de la filial de Córdoba "por hacer más grande la devoción rociera".

Miles de personas participaron el sábado en este acontecimiento que tuvo momentos muy emocionante como el traslado del Simpecado de la hermandad matriz de la iglesia de la Compañía, que se dirigió a las Tendillas para reunirse con las de Córdoba. Durante el camino, fueron muchos los que quisieron llevar el simpecado y se vivieron momentos emocionantes ya que el cortejo era interrumpido por sevillanas cantadas por coros rocieros y varias petaladas.

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