Córdoba

La voz amiga al otro lado de la línea telefónica

  • El Teléfono de la Esperanza busca colaboradores para su sede en Córdoba, que aspira a que pueda funcionar después del próximo verano

Escuchan de manera paciente a quienes llaman para pedir ayuda o simplemente para que alguien les escuche. Son los voluntarios del Teléfono de la Esperanza, una organización que se presentó ayer de manera oficial en el centro cultural San Hipólito y que busca a voluntarios para poder comenzar a trabajar en Córdoba. "Necesitamos voluntarios y personas que estén en disposición de ayudar", insiste en varias ocasiones el presidente del Teléfono de la Esperanza, Juan Sánchez Porras, quien confía en el espíritu solidario de Córdoba y que "la gente esté dispuesta a prestar su tiempo". Añade que la presentación responde a la intención de "motivar a la gente para poder presentar más servicios".

La formación de los voluntarios es una de las claves del modo de trabajo de esta organización. Prueba de ello es que en Córdoba llevan ya cuatro años centrados en este aspecto para que la atención que presten sea la más adecuada al otro lado de la línea telefónica. Según Sánchez, para que un voluntario preste un servicio completo necesita, como mínimo, un año de formación. La atención en crisis, la prevención para trabajar la salud emocional y el desarrollo personal para mejorar la autoestima, aprender a ayudar y la cooperación al desarrollo son los pilares de esta formación. La crisis, continúa, ha provocado que las llamadas al Teléfono de la Esperanza, en las que nunca se pregunta la identidad de la persona que llama, aumenten un 15%.

Durante los últimos cuatro años, esta organización ha ido formando a los voluntarios que se encargarán de responder a cuántas llamadas reciban. Según explica el vicedelegado del Teléfono de la Esperanza en Córdoba, Tirso Miguel Sanz, son ya 25 los voluntarios con los que cuenta y que han recibido la formación precisa para la puesta en marcha del servicio de orientación telefónica, mientras que otros 18 futuros colaboradores están en proceso de formación.

En todo este tiempo, la organización no disponía de una sede física en la capital, aunque el Teléfono de la Esperanza ha conseguido hace apenas un par de semanas el uso gratuito de un piso en la calle Concepción. Las previsiones que maneja Miguel Sanz es que el Teléfono de la Esperanza comience a funcionar en Córdoba después del verano, aunque muestra su confianza en que se pueda adelantar. Indica que el perfil para ser voluntario de esta organización es el de una persona "con habilidades sociales". Por el momento y, antes de que comience a prestar servicio en Córdoba, la entidad dispone ya de una treintena de socios que pagan una cuota anual de 60 euros, aunque también ha recibido pequeñas ayudas económicas con carácter puntual.

El Teléfono de la Esperanza nació en 1971 y tiene sedes en 13 países de la Latinoamérica, además de en Reino Unido, Suiza, Francia y Portugal, a las que se suman los centros de 30 provincias de España.

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