La crisis, los desahucios, el estado de bienestar, el paro, la sanidad y la educación públicas marcaron ayer el acto de entrega de las distinciones del 28-F que cada año concede la Junta en el palacio de congresos. Y también la defensa de la autonomía de Andalucía y el trabajo que costó conseguirla hace ya 33 años. Ni en las intervenciones de los dirigentes políticos, ni tampoco en las de los premiados se obvió la actual situación económica que atraviesa España y, por ende, Andalucía. Como era previsible, el discurso de la delegada del Gobierno, Isabel Ambrosio, tuvo su parte institucional, en la que reconoció los méritos de los nueve galardonados de este año. Tampoco se olvidó en su intervención de hacer una defensa a ultranza de la autonomía conseguida hace ya más de tres décadas en Andalucía, si bien, reconoció que esta efeméride tiene que celebrarse "de manera reflexiva para no complacerse en el pasado". Desde aquel 28 de febrero de 1980, "todos hemos cambiado y hay una nueva generación que ha tomado el relevo, con nuevos problemas y con nuevos instrumentos para abordarlos", afirmó.

En este punto, Ambrosio viró su discurso y dio un giro político porque "no estamos dispuestos a renunciar al estado de bienestar". "No estamos dispuestos a dar ni un paso atrás. Han sido muchos los derechos que hemos ganado gracias a la autonomía y grandes, también, e importantes las transformaciones que ha vivido Andalucía", apuntó. Como ejemplo de estas conquistas, Ambrosio citó "dos ejemplos que están en la casa de todos, la sanidad y la educación públicas, fundamento de la igualdad". A su juicio, "disponer de esos servicios públicos garantiza a todos los ciudadanos las mismas oportunidades de futuro, superando obstáculos y diferencias".

La delegada también aludió al día de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, que se celebró ayer. A su parecer, "la autonomía andaluza ha contribuido a la equiparación entre hombres y mujeres, a la concienciación en la igualdad, la corresponsabilidad y la coeducación, y a la protección de las mujeres víctimas de violencia de género".

Tras la intervención de Ambrosio llegó el turno para los nueve premiados de este año, que subieron al escenario para recoger la distinción de manos de los delegados de la Junta. Sin duda, la mayor ovación fue para la plataforma Stop Desahucios, un colectivo al que la Junta ha premiado en esta ocasión porque "con acciones de resistencia, apoyo y asesoramiento, ha puesto en la agenda política la problemática de miles de familias que se han visto afectadas por procesos de desahucio de su vivienda habitual y permanente". La encargada de recoger la distinción fue María del Carmen Aranda, viuda de Francisco J. Lema, que se arrojó al vacío el pasado 8 de febrero desde el piso en el que vivía minutos después de recibir una orden de pago de la delegación de Hacienda y Patrimonio por la deuda que tenía contraída debido a los trámites originados tras una dación en pago de una vivienda. Entre los aplausos de los asistentes, una decena de miembros de la plataforma Stop Desahucios aprovechó el momento para lanzar una consigna que ya es un clásico en todos sus actos: "Sí, se puede, sí, se puede". Una frase que resonó en la calle Torrijos hasta que el conductor de la entrega de premios retomó el acto.

Para evitar que la gala se extendiera en el tiempo, los premiados decidieron que uno de ellos sería el que se encargara de ofrecer el discurso de agradecimiento. La elegida fue la actriz Marisol Membrillo. "Cuando recibes la llamada de la Junta te preguntas si eres merecedor", describió y añadió que tras cuestionarse los méritos de su trabajo, al final "piensas que es posible que hayamos hecho algo bien". A su juicio, el reconocimiento de la Junta "crea una gran responsabilidad". La actriz, que actualmente participa en la serie Cuéntame de TVE, también se refirió a la viuda de Francisco J. Lema, del que aseguró que "no pudo soportar tanta presión". De nuevo, al palacio de congresos llegaron los aplausos y la frase "sí se puede". Por ello, Membrillo se unió al mensaje y afirmó: "entre todos podemos".

Otro de los actos más emotivos de la cita fue el protagonizado por Rafael Sarazá, abogado y uno de los fundadores del Círculo Cultural Juan XXIII en 1962, quien tras recibir la distinción no dudó en pedir que subiera al estado a su mujer porque es, según reconoció, la merecedora verdadera del premio.

El consejero de Agricultura, Luis Planas, no faltó a la cita y en su intervención alabó "la excelencia de los galardonados". También él echó la vista atrás y tiró de recuerdos de aquel 28-F. "Fue tal empuje para nuestra tierra que hubo que modificar la Constitución", sentenció. Eso sí, Planas volvió al presente y reconoció que ahora "las circunstancias son difíciles". El drama social del paro, según el consejero, es la primera preocupación para la Junta, por lo que trabaja "en conseguir la recuperación económica". Planas subrayó que los responsables públicos deben "incitar una ilusión colectiva y ser capaces de definir un marco general de convivencia para que los ciudadanos puedan vivir con seguridad". Por ello, abogó por la existencia de un acuerdo "entre todos y también de los partidos políticos". Así, recordó que la Junta "trabaja en un pacto para Andalucía, un pacto que nos ayude a salir reforzados de la crisis donde el principal protagonista y actor sea la sociedad andaluza".

La Asociación para la Promoción de las Personas con Discapacidad (Prode); el ciclo de formación profesional agrario que imparte el instituto Aljanadic, en el municipio de Posadas; el director de la Unidad de Gestión Clínica de Laboratorios Clínicos del Área Sanitaria Norte de Córdoba, Félix Gascón; la investigadora Mercedes Gallego; los centros comerciales abiertos de Córdoba, y la Escuela Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba fueron el resto de premiados por la Junta.

Al acto acudieron representantes de la vida política municipal, como el alcalde, José Antonio Nieto, o la parlamentaria de IU Alba Doblas y del ámbito jurídico, como el presidente de la Audiencia, Eduardo Baena.