Isisdoro Rodríguez

"En el Camino Mozárabe hacen falta seguridad y más alojamientos"

  • Presidente de la asociación de Amigos del Camino Mozárabe de Santiago y profesor de Historia del instituto Trassierra, desgrana las claves de este itinerario, que surgió a finales de la Edad Media

LLEVA 34 años dando clases de Historia en el instituto Trassierra y dirige la asociación de Amigos del Camino Mozárabe, una ruta que el año pasado hicieron más de 2.000 personas y que está cobrando mucho auge en toda Europa.

-¿Quién fue Bernardo José Alderete?

-Es un canónigo cordobés de origen malagueño que en 1612, el 26 de enero justamente, realizó una peregrinación desde Córdoba hasta Santiago de Compostela. Iba acompañado de un grupo, unas cuatro personas, otros clérigos, y escribe un diario de aquel viaje a pie hasta Compostela que se conserva en el archivo de la catedral de Granada. El diario no está firmado pero hay una tesis doctoral sobre el tema y está perfectamente identificado que pertenece a Alderete.

-¿Lo hace en 1612, es decir que ya entonces se hacía ese camino?

-Desgraciadamente no se ha conservado ningún otro documento que testifique una peregrinación a la manera de cómo la hace este hombre. Cuando se descubre el sepulcro de Santiago, en torno al año 813, es justamente un momento en el que hay gran convulsión entre las relaciones de los mozárabes con la corte de Córdoba y entonces, justamente poco después, comienza una marcha lenta pero gradual de mozárabes, sobre todo, de monasterios cordobeses, que se van desplazando al norte y repueblan las tierras del Duero, muy cerca de lo que luego fue el Camino de Santiago. Es lógico suponer que cuando llega la noticia del descubrimiento a las tierras del sur, de Al-Ándalus, que era otro territorio distinto, surgen los primeros peregrinos que lo visitan. Santiago se convierte en una especie de referente para estos mozárabes. Con el tiempo, a finales de la Edad Media, se habla ya del camino de los mozárabes. No es un camino que surja de facto para la peregrinación, como ocurre con el camino francés, pero sí hay evidencias que hay un flujo de peregrinación para los mozárabes.

-¿Cuándo se retoma este camino?

-En los tiempos modernos, se puede decir que en el siglo XVII, curiosamente en un tiempo de peregrinación de declive; se utiliza combinándolo con la gran arteria que era la vía de la Plata. A comienzos de los años 90 del siglo XX, cuando vuelve el boom de las peregrinaciones, comienzan a surgir asociaciones que se interesan por peregrinar y buscar la vía más lógica, desde el punto de vista histórico para llegar a Santiago desde el Sur.

-¿Llegaremos algún día a ver que este camino tenga el éxito del camino francés?

-Yo no lo quisiera, así de claro. Precisamente el éxito de este camino es que el peregrino cuando viene aquí viene buscando algo que ya se ha perdido en el camino francés. El camino francés está muriendo de éxito y se ha perdido mucho la esencia de lo que es el Camino de Santiago, no ya sólo su vertiente espiritual, sino en su vertiente más puramente personal, de introspección, de aislamiento, de retirarse un poco del mundanal ruido. Hoy día, sobre todo en años jacobeos, transitar por el camino francés a medida que te acercas a Santiago de Compostela es como ir por la feria de gente que hay. Yo espero que nunca lleguemos a ese extremo, pero es cierto que se está recuperando mucho y a pasos agigantados. Puedo decirte que hace dos años pasaron entre 3.500 y 4.000 peregrinos y el año pasado, que ya no era jacobeo, aún pasaron unos 2.000 peregrinos. Es más o menos la cifra que en 1982 tenía el camino francés, que ahora recorren unos 270.000 al año, según los recuentos.

-De todos modos, ¿conviene a nivel económico apostar por el camino para que sea factible, tal y como ya parecen hacerlo pueblos de la provincia como Villanueva del Duque, en el desarrollo de albergues e infraestructuras?

-En el camino lógicamente hacen falta infraestructuras, principalmente dos: seguridad y alojamiento. En cuanto a la seguridad se necesita que el camino esté bien marcado y el mozárabe está perfectamente señalizado. En cuanto al alojamiento, evidentemente, no podemos compararlo con el camino francés en cuanto a albergues, pero ya están surgiendo algunos y no hay ningún problema para alojarse en todo el camino. En algún caso se están recuperando viejas pensiones que iban a cerrar y que gracias al camino vuelven a ver posibilidades de subsistir, como ha ocurrido en Castro del Río. Estos lugares hacen un precio especial a los peregrinos acreditados y dan desayunos. Están surgiendo nuevos albergues en Baena, el municipal de Villanueva del Duque o el que estamos a la espera de abrirse en Hinojosa del Duque. Se está creando infraestructura a medida de lo que se va demandando.

-¿Qué dicen en Santiago de Compostela de todo esto?

-Están encantados porque ven que el camino está floreciendo con mucha fuerza. Existe una institución pública en Santiago que es el Xacobeo, que organiza y se preocupa todo el año por los diferentes caminos, y la semana que viene viene la directora general del Xacobeo y un consejero de la Xunta gallega a Baena para conocer los caminos de la zona Sur; estamos muy satisfechos de que esto esté funcionando. Evidentemente no encontramos todo el apoyo económico ni logístico que querríamos porque la cosa está delicada, pero sí que están dispuestos a ayudarnos en todo.

-¿Qué relación tiene usted con Galicia más allá del camino?

-Yo me vinculé a la asociación gracias a mi relación con la Casa de Galicia en Córdoba, nosotros somos oficialmente los amigos del camino mozárabe de Santiago de la Casa de Galicia, aunque somos totalmente autónomos dentro de la citada casa. Yo anteriormente ya tenía contacto con la Casa de Galicia porque tengo amigos gallegos y me fui vinculando a esta institución, aunque hoy la mayoría de los socios día ya no son gallegos.

-¿La Casa de Galicia nunca ha pensado en trasladarse a la Puerta de Gallegos?

-La Casa de Galicia está en un sitio muy bueno, en la plaza de San Pedro y el local es suyo, aunque se sabe la vinculación de los gallegos con Córdoba, que vinieron a trabajar a la ciudad.

-La mayor parte del recorrido andaluz del camino mozárabe transcurre por Córdoba, por la parte norte, que ya tenía gran tradición de transhumancia. ¿Podría hablarse del camino como del retomar esas raíces históricas con el norte pero a la inversa?

-Es cierto, la parte de Los Pedroches tiene una tradición de caminantes, de transhumancia, ya desde las vías que traían mineral en época romana y, en cierto sentido hemos ido recuperando es a tradición. Cuando se intentó delimitar la ruta del camino se buscaron datos históricos y hay hechos clarísimos como son las cañadas reales que antiguamente fueron vías romanas en su mayoría, es decir, vamos por rutas históricas, por caminos que no han desparecido nunca y que ahora se están recuperando

-¿Qué se encuentra el que hace este camino?

-Se encuentra primero tranquilidad, porque es un camino sin mucha bulla; todos los días pasan peregrinos, pero nada que ver con el del Norte. Incluso entre noviembre y diciembre, cuando el camino francés está casi cerrado por la nieve, sabemos que pasa gente por el mozárabe. Además de tranquilidad y soledad, es un paisaje espectacular y variado: la Subbética, la Campiña, la Vega del Guadalquivir, Los Pedroches, la Serena, paisajes distintos que sorprenden porque están casi vírgenes. Ahora mismo hay miles de grullas en Los Pedroches que son dignas de admirar. Y te encuentras también a la gente, gente que está asimilando que pasan peregrinos por su pueblo y que los reciben encantados, gentes de gran acogida y eso acaba enganchando.

-Se dice que hay que hacer el camino por motivos religiosos o espirituales, ¿en estos tiempos, desear el ascenso del Córdoba a Primera División vale como motivo espiritual?

-Sería un motivo espléndido, y además el que crea y tenga fe se lo puede pedir a Santiago, aunque no es un santo muy milagrero.

-¿Cuántas veces ha hecho usted el camino?

-No soy de los socios más veteranos en cuanto al camino. Somos unos 11 y de los nueve que formamos la directiva hay algunos que tienen más de 10.000 kilómetros en sus botas. En mi caso, he llegado más tarde al camino y el trabajo no me deja mucho tiempo. He hecho completo el camino Mozárabe, pero muy pocos tramos del camino francés.

-Es profesor de Historia en el instituto Trassierra ¿sus alumnos saben quienes eran los mozárabes?

-Sí, lo saben aunque procuro no cargar mucho sobre el tema. Ellos sí saben lo que es el Camino de Santiago porque incluso como actividad didáctica da mucho juego, desde el aspecto histórico al geográfico; te enseña todos los relieves. En un par de ocasiones me he llevado a alumnos de Secundaria a hacer tramos del camino y han disfrutado mucho con un trabajo previo de investigación. Tenemos planeado llevarlos a hacer el camino desde Orense hasta Santiago.

-En los tiempos que corren y en su condición de profesor que aguanta a los adolescentes todos los días, ¿no le dan ganas de llevárselos al camino y dejarlos allí solos para que se pierdan un poco?

-Me dan ganas de llevármelos y volverme, sí; pero no, depende de cómo lo enfoques. Llevo dando clase 34 años y todo ha cambiado mucho, pero es normal. Creo que es cierto que han cambiado, pero lo que más ha cambiado, y a peor -es causa de las quejas que tenemos hacia los alumnos-, es el concepto social que tienen las familias y la sociedad de los profesores. Eso a la larga es la pescadilla que se muerde la cola; si el alumno ve que al profesor se le trata sin respeto en la sociedad, él hace lo mismo. Llevo muchos años en el mismo instituto, que antes era de clase social media-baja y los compañeros estamos curados de espanto. Jamás hubo problemas graves de indisciplina porque o te las ingenias para sobrevivir o fracasas. No te queda más remedio que acercarte al alumno y ganártelo y en el momento que el alumno ve que estás pendiente de él, acaba abriéndose y entregándose. Sí es cierto que hay un cambio tremendo en la relación profesor-alumno. Somos funcionarios, sí, pero un poco diferentes, y eso debería verlo la sociedad y la Administración.

-¿Le interesa a la Administración cambiar los planes de estudio en vez de otras cosas que quizá sean más importantes a la larga?

-Sí, parece que eso es para ellos más importante que lo otro, la estructura que la relación. A nivel personal creo que es un error considerar que los alumnos de Bachillerato o los de la Logse saben poco. Esos alumnos son los mismos que están ahora en las facultades dando clase. Ésa es la mejor generación que se dice que hemos tenido nunca, se habla de sobradamente preparados y la que peor suerte va a tener ¿entonces en qué quedamos, es mala la Logse o no?

-¿Cree que está formando alumnos que se acordarán de usted y algún día harán el Camino Mozárabe de Santiago -aunque esperemos que no todos- para que no muera de éxito?

-Mis alumnos creo que sí se acuerdan de mí y de todos los profesores del centro. Voy a cualquier sitio y me conocen y los conozco y te cuentan su vida. Eso lo da el tipo de enseñanza y de eso estoy orgulloso. En cuanto al Camino de Santiago, seguro que si algún día lo hacen se acordarán de un profesor un poco chalado que les hablaba del Camino y de Santiago y de sus bondades.

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