Ya se intentó hace cinco años pero entonces pareció demasiado complicado y trabajoso. En el largo camino por prestigiar el olivar y el aceite de oliva español se ha vuelto a retomar la iniciativa para conseguir que el paisaje del olivar sea reconocido y reconocible en el mundo entero con el respaldo de una institución como la Unesco.

Hace unos días, la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, transmitió el apoyo de la Junta de Andalucía a la iniciativa de la Diputación Provincial de Jaén de tramitar el expediente para que el paisaje del olivar sea declarado por la Unesco Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad. Este apoyo que deberá ser secundado por más instituciones y particulares para conseguir que la iniciativa tenga éxito.

En todo caso, Elena Víboras, una consejera que se ha criado en un paisaje de olivar casi infinito, anunciaba así este respaldo institucional tras un encuentro con el presidente de la Diputación jiennense, Francisco Reyes, al que también asistieron el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, el presidente del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, Francisco Casero, y Juan Ramón Guillén, presidente de la Fundación que lleva su nombre, estos dos últimos impulsores también de la iniciativa desde que ésta empezó a gestarse.

Tal y como explicaba a los asistentes a este encuentro la titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, "desde la Junta de Andalucía queremos adherirnos a esta idea certera de convertir nuestro bosque humanizado y nuestro mar de olivos en Patrimonio de la Humanidad, y creemos que es el momento idóneo para iniciar este proceso".

Asimismo, Elena Víboras se mostró confiada en que, además de la Junta de Andalucía, se adhieran a esta iniciativa otras diputaciones, los ayuntamientos y la sociedad en general.

"Vamos a trabajar para que este tesoro formado por 180 millones de olivos consiga tener esa consideración especial por parte de la Unesco y sea declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad porque nuestro olivar se lo merece", reiteró la consejera durante el encuentro.

Por su parte, Francisco Reyes recordó que esta iniciativa resurgió hace algunos meses en la provincia, y que ya cuenta con la colaboración de la Universidad de Jaén, el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica y la Fundación Juan Ramón Guillén, que desde sus inicios tuvo como objetivo alanzar este reconocimiento mundial gracias al empeño del presidente del grupo Acesur,

"Somos conscientes de la importancia que el olivar tiene en Andalucía, no sólo desde el punto de vista económico. Hablar de olivar es hablar de economía, de cultura y de una manera de ser", explicó el presidente de la Diputación, con unos argumentos que intentaban alejar la idea de algunos de que el olivar es sólo el paisaje de un cultivo industrial.

Por ello, añadió Reyes, "creemos que esta declaración por parte de la Unesco puede poner aún más en valor, desde el punto de vista turístico, una parte de Andalucía en la que se localiza ese inmenso mar de olivos repartidos entre las provincias de Jaén, Granada, Málaga, Córdoba y Sevilla".

El siguiente paso en este arduo proceso será crear una comisión técnica que se encargará de elaborar el expediente para que el olivar andaluz sea declarado Patrimonio de la Humanidad.

En dicho expediente se harán valer no sólo los valores paisajísticos del olivar sino también el hecho de que Andalucía es líder mundial en producción de aceite, cuenta con 1,53 millones de hectáreas y cerca de 170.000 explotaciones de olivar.

Además, el aceite de oliva es el alimento con mayor valor exportado de Andalucía, con cifras que alcanzan los 1.412 millones de euros en el sector del aceite y 455 millones de euros en la aceituna, lo que evidencia la importancia económica y social del olivar para los habitantes de las zonas productoras además de su valor cultural y turístico.

Desde la Fundación Guillén se considera que la declaración de la Unesco resultaría la culminación de este trabajo de reivindicación y continua puesta en valor del olivar y el aceite de oliva. "El camino es largo, pero al menos ya se ha iniciado. Con la Diputación de Jaén o la Consejería de Agricultura, entre otras instituciones, Acesur ya ha iniciado los trámites ante el Gobierno, que a su vez deberá hacer llegar la propuesta a la Unión Europea. Estoy convencido de que al final se logrará y eso nos dará fuerza para defender el olivar andaluz en algunas provincias, donde está en riesgo de exclusión", explicaba recientemente Álvaro Guillén, director de la fundación.

Por su parte Francisco Casero, presidente de Ecovalia, insistía en que "un mar de 180 millones de árboles ha ido moldeando el paisaje a lo largo de la historia y la personalidad de este territorio, cuya belleza no deja impasibles a los que lo contemplan por primera vez". "Es un reto de justicia hacia algo que es referente en el ámbito mundial, pero que nunca ha tenido ese reconocimiento en defensa de algo esencial en nuestra cultura", concluye Casero.

En la actualidad, España cuenta con distintos paisajes declarados Patrimonio Mundial, como es el caso del Paisaje Cultural de Aranjuez, el de la Sierra de Tramontana, Las Médulas (León), el Monte Perdido (Pirineos) o el Palmeral de Elche. También se pueden encontrar algunos ejemplos de colectivos que trabajan en la misma dirección que el olivar andaluz, como la iniciativa emprendida por La Rioja y el País Vasco para que el paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa obtenga este reconocimiento de la Unesco en 2015. En este caso se unirían, igual que en el olivar, paisaje y producción agraria.

La iniciativa más reciente que ha contado con el amplio apoyo del sector agroalimentario español y el reconocimiento de la Unesco fue la declaración de la Dieta Mediterránea cono Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

En el caso de la Dieta Mediterránea también se pasó por un largo proceso para recabar apoyos institucionales y privados. Otra cosa es valorar lo que supone el reconocimientos de la Unesco. Para muchos no supone gran cosa, apenas algo más que una breve definición en los listados de la web del organismo internacional. Eso sí, la promoción previa e inmediatamente posterior es notable.

En todo caso también se plantea que si la Unesco declara al paisaje del olivar Patrimonio de la Humanidad puede dar el espaldarazo definitivo a algunas actividades ligadas a este paisaje y la actividad aceitera, como por ejemplo el auge del oleoturismo, un negocio vinculado al ocio no suficientemente explotado en Andalucía pese a ser el escenario perfecto para ello.

Como no podía ser de otra manera, en Italia también llevan la delantera respecto a sacar provecho turístico del olivar y del aceite de oliva. Es el ejemplo del oleoturismo de la región de la Toscana, donde se pueden visitar algunas almazaras que llevan funcionando desde hace más de 500 años.

Una de las más antiguas es el Antico Frantoio Ravagni, cerca de Anghiari, en Arezzo. Para la promoción y protección del aceite toscano fueron creadas unas Rutas del Aceite de Oliva, que incluyen la de Monti Pisani y la de Montalbano. De esta manera, se intenta promover en su conjunto toda la cultura olivarera y las visitas incluyen no sólo la contemplación de los olivares en terrazas o de las almazaras centenarias, sino también la posibilidad de admirar las iglesias, pueblos y monumentos de la zona.

En estas rutas, similares a las que en su día se pudieron en marcha en Andalucía pero que en general ha resultado deficientemente explotadas, también se incluyen los tratamientos de belleza y curas a base de aceite de oliva virgen para limpiar, hidratar y nutrir la piel, así como tratamientos para combatir el envejecimiento.