La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Ignatieff y las virtudes cotidianas

El Princesa de Asturias se honra honrando a un intelectual humanista que no desdeñó la acción política

Entre los méritos que el jurado ha reconocido en la obra de Michael Ignatieff al otorgarle el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales valora que a través del estudio de la historia y la filosofía, y el ejercicio del periodismo y la política, haya aplicado la reflexión crítica a los grandes conflictos políticos de nuestro tiempo. “En su obra –dice el acta–, el análisis de los problemas políticos concretos se hace siempre (…) desde una original mezcla de realismo político, humanismo e idealismo liberal, donde los valores de la libertad, los derechos humanos, la tolerancia y la salvaguarda de las instituciones son su preocupación fundamental”. Por ello, concluyen, “la aportación de este autor constituye una referencia imprescindible para orientarnos en un presente tan cargado de conflictos bélicos, polarización política y amenazas a la libertad”.

Pocos premios más justos y mejor fundamentados que este que honra a un intelectual fuertemente comprometido, también a través del ejercicio (en estos tiempos tan venidos a menos entre nosotros) de la política. Con unos poderosos cimientos humanistas. Si no lo han leído aún me permito recomendarles que empiecen por Las virtudes cotidianas. Orden moral en un mundo dividido (Taurus), del que, tomándolo del avance de lectura en la web, les ofrezco este aperitivo en el que presenta su edición española: “En un tiempo de fractura, ¿dónde podemos encontrar orden y estabilidad? Debemos dejar de lado la visión general y fijarnos en los pequeños detalles, pasar del amplio mundo de la política, los mercados y el sistema internacional al mundo más pequeño y más íntimo de la familia, el barrio y la esquina. Es ahí donde nos encontramos con el ámbito de las virtudes cotidianas –la tolerancia, la resiliencia, la confianza y el perdón– del que depende el sistema operativo moral de cada sociedad. Se trata de un mundo a pequeña escala de interacciones diarias y cara a cara por medio de las cuales, con el tiempo, los desconocidos llegan a confiar los unos en los otros y, en ocasiones, cuando sobreviene la desgracia, muestran su resiliencia uniéndose”.

Y tras él, les recomendaría En busca de consuelo. Vivir con esperanza en tiempos oscuros (Taurus). No es un libro de autoayuda, sino su opuesto. Un recorrido, desde Job hasta Primo Levi, pasando por Dante, Montesquieu o Mahler, sobre la palabra como fundadora de sentido.

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