San Bartolomé de nuevo venció al diablo. Más concretamente a la diablilla, ya que así es como se conoce en Montoro a la encarnación del diablo, que desde ayer sábado, y durante 24 horas deambula por esta población del Alto Guadalquivir y que se lleva a todo aquel que no porte en el cuello una medalla con la imagen del santo -que han sido repartidas y bendecidas por el párroco Antonio Jesús Morales antes de que salga a tirar de los pelos a todo aquel que se le cruce por su camino-. Pero no hay que asustarse, porque el día de su onomástica San Bartolomé sale de la parroquia que lleva su nombre y captura al diabólico personaje que, según la iconografía, vuelve a estar bajo su pie hasta el año siguiente. Esta representación de la lucha entre el bien el mal es una tradición que se pierde en el tiempo y desde pequeño recuerdan los montoreños, pues la semana antes a la suelta de la diablilla los mayores preguntan si se tiene ya preparada la medalla para que no se la lleva, acompañando siempre la cuestión con alguna historia inventada de algún niño que ha sido raptado por el ser diabólico que deja en el rostro del pequeño y en su memoria grabado el susto que se puede llevar si no obtiene rápidamente la medalla.

Montoro realiza esta escenificación del bien y el mal en honor a su patrón, San Bartolomé, que es su protector desde aquel 24 de agosto de 1240 en el que el rey Fernando III el Santo conquistase definitivamente la ciudad. Niños y mayores disfrutan con las maldades que realiza este personaje repartiendo caramelos y sustos a partes iguales y que hace su entrada de forma estelar ya que se lanza en tirolina desde el balcón de la casa consistorial montoreña hasta la Plaza de España, donde lo esperan cientos de personas para continuar la fiesta con juegos de agua y castillos hinchables.

La diablilla tiene su momento de gloria cuando acompaña hoy domingo, bien temprano, a la banda de música de la Asociación Músico-Cultural Juan Mohedo por las calles de la localidad repartiendo caramelos a los niños que, con cara de sueño, salen a balcones y ventanas a ver pasar la comitiva. La diablilla se recoge a mediodía ypor la tarde sale en procesión la imagen de San Bartolomé por las calles montoreñas y al que se le ha rendido culto durante la semana anterior en su parroquia. El Consistorio montoreño también prepara actos lúdicos y de esparcimiento para grandes y pequeños como son verbenas, teatro, concursos de pesca, la entrega de los premios Montoro es deporte 2014 y para los más pequeños fiestas del agua, castillos hinchables, degustación de churros y concursos de pintura.