El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Montilla ha condenado a la Caja Rural de Córdoba a devolver 150.000 euros a un cliente que contrató por una "flagrante falta de correcta información" participaciones preferentes del Royal Bank of Scotland en noviembre de 2006 -80.000 euros- y julio de 2007 -70.000 euros-. El cliente habría tenido que "vivir 110 años para poder ver rentabilizada su inversión", argumenta la sentencia, que expone que la entidad financiera "no le explicó todo lo concerniente a la naturaleza del produzco".

Según la resolución judicial, la Caja Rural "incumplió el imperativo corpus normativo regulador del Mercado de Valores", pues ofreció a un usuario de perfil inversionista conservador un producto complejo. Cuando el hombre, residente en Santaella, intentó recuperar su inversión en diciembre de 2009, descubrió que lo que años atrás había firmado confiado en que era un producto similar a un plazo fijo eran preferentes, reembolsables en el año 2049, cuando de lejos habría superado ya el siglo de vida.

La sentencia, no obstante, argumenta que "no hubo actuación maliciosa" por parte del trabajador de la caja que le ofreció el producto, quien durante la vista oral explicó que también él desconocía en ese momento los riesgos de invertir en participaciones preferentes.

Esto no evita, sin embargo, que el juez concluya que el cliente no recibió información "adecuada y suficiente sobre la operativa del producto, en general, ni sobre las perspectivas de evolución de su valor en el mercado". Tampoco consta que se entregara al usuario algún folleto explicativo de la emisión de las participaciones, ni que se le explicara el coste y las posibilidades de deshacer la inversión realizada de precisar liquidez y querer recuperar el capital invertido. De forma que, en definitiva, el cliente "no pudo evaluar adecuadamente el riesgo que corría al suscribir" el contrato.