A lo largo de las últimas semanas uno de los temas más candentes del panorama rosa es el supuesto distanciamiento, al menos físico, entre los príncipes de Asturias. Los rumores arrancaron incluso antes del verano, alimentados por unas cuantas salidas privadas de Doña Letizia en solitario con sus amigos y alguna que otra del Príncipe, como cuando acudió solo al cumpleaños de su primo, Beltrán Gómez-Acebo. Los viajes de ella, también por su cuenta, y su marcha de Mallorca tres días antes que su marido y sus hijas, han acabado de desatar todo tipo de especulaciones. Hay quienes afirman que se trata de algo normal y habitual en la vida diaria de la pareja. Pero las malas lenguas señalan la posibilidad de que exista una crisis matrimonial de fondo.

Pese a que arrecian los comentarios, los príncipes de Asturias acaban de iniciar estos días su segunda etapa de vacaciones que, según fuentes cercanas a la Familia Real, pasarán juntos y en la intimidad. Y en un destino desconocido, además, como es tradicional en ellos, al contrario que ocurre con el resto de familias reales europeas, que no dan un paso sin publicar en su agenda oficial qué están haciendo y dónde. Así, este verano, teniendo en cuenta la posibilidad de que exista realmente un enfriamiento de la relación, la foto de las vacaciones privadas de Don Felipe y Doña Letizia estaría aún más cotizada que de costumbre. Sería la confirmación de que no hay distanciamiento.

Lo que sí parece haber, y esto sí lo indican muchos medios, es un malestar por parte del príncipe Felipe acerca de la actitud de su mujer con respecto a su papel de princesa y consorte. Después de nueve años desempeñando a la perfección el trabajo institucional que asumió al casarse con el príncipe heredero de la Corona española, Doña Letizia parece estar mucho más apática y decidida a ejercer de princesa sólo "de ocho a tres". Su encaje en la Institución, lejos de estar perfectamente asumido ya, sigue siendo tema de discusión en el matrimonio pues ella continúa decidida a marcar un espacio propio fuera de la Familia Real. Al parecer, no ha renunciado todavía a eliminar la barrera que separa lo personal de lo profesional, a pesar de que, en una Monarquía, familia e institución, vida y oficio tienen que ser una misma cosa. De ahí sus salidas y escapadas en soledad. El príncipe, criado para ejercer como tal, intenta hacerla entender esto sin éxito desde que se casaron. Además, Letizia se muestra impermeable a consejos y sugerencias de su entorno.

La princesa reanudará su agenda, tras el verano, viajando a Buenos Aires el próximo 7 de septiembre con el príncipe Felipe para asistir a la presentación de la candidatura madrileña para los Juegos Olímpicos de 2020. Don Felipe viajará a Argentina un poco antes. Quizás estos días de descanso sirvan a la pareja para acercar posturas.