Bebé y Koke son dos referencias en sus respectivos equipos. El luso llegó en el mercado invernal como una pieza básica para mejorar el ataque sin pólvora de un equipo al que le cuesta un mundo marcar. Desde su llegada, no hay ninguna mejoría en ese aspecto y el Córdoba sigue peleado en ese aspecto. Además, salvo en sus dos primeras citas, donde se ganó al Granada y al Rayo, el portugués ha ido bajando su buena apariencia nada más desembarcar en El Arcángel. Pelea y lo intenta, pero de cara a puerta no hay nada que hacer. Peleado y desquiciado consigo mismo, al intentar jugadas que no van a ningún lado. No siempre hay que chutar cuando al lado tienes un pase seguro y que mejora la ocasión de gol, algo que hace a las mil maravillas Koke.

El centrocampista del Atlético no marca muchos goles tampoco, pero todas las jugadas pasan por sus pies. Toque y toque, patrón de sobra conocido en un jugador que está en todas partes. Lo mismo te lo encuentras escorado a la izquierda, que lo intenta por la zona central o te saca un balón desde la defensa. Un multiusos muy necesario y que a cualquiera le gustaría tener en su equipo, ya que sin darte cuenta te da lo que necesitas en todo momento.

Eso es lo que intenta hacer Bebé, pero que no está teniendo nada de suerte. El luso lo busca y lo intenta, pero jornada a jornada pasa lo mismo. Muchas ganas y mucha brega, pero de cara a puerta nada de nada. Tímidos disparos lejanos y sin peligro que no asustan ni a un gato y cuando ven puerta siempre encuentran el camino de la madera, como sucedió ante la Real Sociedad o ayer ante el Atlético de Madrid.

En el debut de Romero en El Arcángel, Bebé tuvo un sitio fijo en los esquemas del técnico sevillano. En su 4-1-4-1, el portugués jugó escorado a la derecha, aunque varió su posición conforme avanzaban los minutos. Pronto lo intentó con uno de sus disparos lejanos que sacó la defensa rojiblanca. Acto seguido, llegó el primer mazazo. Cinco minutos de juego y gol del Atlético.

Esto amilanó a los locales, que no estuvieron muy espesos y no crearon peligro al área de Oblak. Ante el descontrol de los blanquiverdes, emergió la figura de Koke, que tocaba y tocaba para desasosiego cordobesista. Es un jugador que marca mucho las diferencias y ayer se notó en El Arcángel. El centrocampista madrileño es un todoterreno y tiene en sus pies un guante. Cuidadoso en todos los aspectos, debe ser el buque insignia de la selección nacional si sigue todo su curso. Con clase y estilo, ve huecos donde nos los hay. Algo necesario para un Atlético que quiere luchar por todo y al que si das facilidades...

También es cierto es que al Córdoba lo ha mirado un tuerto. No le sale nada y cuando tiene sus ocasiones, pues aparece la madera o grandes intervenciones de los porteros. Bebé lo intentó en la segunda parte con un par de disparos lejanos. El primero lo paró Oblak y el segundo lo repelió el larguero de la portería rojiblanca. Incluso lo intentó de falta, pero nada de nada. El toque de Koke le ganó la partida a la pegada de Bebé, que sigue con la pólvora mojada.