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El cansancio desdibuja un buen planteamiento

  • Los blanquiverdes acabaron espesos por la fatiga un choque que iniciaron con tensión, velocidad y verticalidad

Le sobraron 20 minutos al Córdoba para completar un buen partido y haberse apuntado una victoria que habría metido a los de Djukic en la zona templada de la clasificación. El cansancio final desdibujó la buena imagen que ofreció el equipo, sobre todo en una primera parte en la que pasaron por encima del rival por intensidad y acciones verticales que dejaron, eso sí, poco fruto.

Poco tardó en dar réditos la intensidad con la que salió el conjunto blanquiverde al césped. Apenas diez segundos bastaron para abrir el marcador, aunque el Córdoba mantuvo el despliegue durante todo el primer tiempo. Con Bebé y Ghilas escorados a las bandas, el equipo de Djukic aprovechó la movilidad de Fede Cartabia entre líneas y la potencia de sus dos delanteros para generar muchos problemas a un Eibar que arrancó el choque dormido.

Pero el fruto fue escaso y el gol de Florin se antojaba insuficiente para lo visto en los primeros 45 minutos. Tras el descanso, los blanquiverdes trataron de enfriar el choque pero la expulsión de Campabadal, en un lance evitable pero propio de un jugador joven como él, castigó mucho al equipo. El esfuerzo extra al que se tuvo que someter el equipo fue ya demasiado, teniendo en cuenta que el caprichoso calendario obligó al CCF a cerrar la jornada 18 y abrir la 19.

Con el bajón de intensidad llegó el empate visitante y entonces el Córdoba intentó un arreón final con más corazón que cabeza, ante un rival que se replegó sabedor de que el punto era un botín más que suficiente para los méritos exhibidos. En esos últimos ataques se echó en falta un cerebro que pusiera orden pero las piernas pesaban demasiado. La sensación final es que de El Arcángel volvieron a volar dos puntos porque el CCF fue mejor que un Eibar con el cartel de revelación de la competición.

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