Córdoba

Un hombre niega que intentara clavarle una daga en el cuello a su ex pareja

  • El individuo asegura que la mujer se cayó por las escaleras durante una discusión

J. G. G., un vecino de Pozoblanco de 39 años, negó ayer que intentara clavarle una daga en el cuello a su pareja durante una discusión y alegó que intentó "defenderse" de los "ataques de la víctima" porque se puso "muy histérica". La Fiscalía Provincial de Córdoba solicita para el individuo diez años de prisión por supuestos delitos de homicidio en grado de tentativa, malos tratos y atentado a los agentes, a quienes supuestamente se enfrentó en el momento de la detención.

El suceso se produjo el 20 de septiembre de 2008 en el domicilio que la pareja compartía desde hace siete años. "Recuerdo que discutí con ella, pero lo que hice es defenderme de sus ataques. El cuchillo se lo quité yo a ella y me lo guardé", se excusó. El arma supuestamente empleada en la agresión era una daga utilizada como adorno con la que, según la Fiscalía, le hirió en el cuello y el abdomen. En uno de los aspavientos, terminó en la calle. J. G. G. reconoció durante el juicio que lo recogió, se lo ocultó en un calcetín y se fue en un ciclomotor. Cuando los agentes lo detuvieron, todavía llevaba el cuchillo.

El encartado negó con rotundidad la agresión y descartó que su intención fuera acabar con la vida de su pareja, que resultó con múltiples moratones por todo el cuerpo. "Cuando estábamos discutiendo, se cayó por las escaleras. Pero yo no la empujé", dijo. El Ministerio Público también lo acusó de agredir a la hija de su pareja, menor de edad. Él también lo negó: "Sé que la niña andaba por allí, pero nunca le he puesto la mano encima. Por mis hijos doy la vida", dijo. J. G. G. alegó, además, que "bebía a diario" y que el día de los hechos había mezclado alcohol con tranquimazines.

Según el fiscal, el individuo cogió a su mujer por los pelos, le mordió en la nariz y la barbilla y tras coger una daga usada como adorno se la clavó supuestamente en el cuello "con intención de matarla". También la arañó en el abdomen y en la espalda.

La víctima recordó que la agresión comenzó en la cocina y siguió en la cocina e incluso en la calle. "Ese día él estaba muy nerviosos, muy mal, había bebido mucho", dijo. Recordó que se encontraban en la cocina cuando empezaron a discutir: "Me empujó y me caí por las escaleras". Luego salieron a la calle: "Me tiró y me dio con la cabeza en el suelo. Vi cómo le daba a mi hija y empezaba a sangrar por la nariz". La mujer negó que fuera ella quien cogiera la daga: "Me puso el cuchillo en el cuello y lo apretó. Temí por mi vida", aseguró la víctima, quien aseguró que se encuentra en tratamiento psicológico desde entonces.

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