Córdoba

"Gómez Sierra es el responsable del fracaso de la fusión con Unicaja"

  • Ojeda afirma que el ex presidente de la entidad "quería darle un navajazo a Medel y a Unicaja" y por eso rompió el proceso de fusion · Mantiene, sin embargo, que la Iglesia no asumirá su error "y por eso calla"

Unos días después de la intervención de Cajasur por el Banco de España, el que fue su vicepresidente tercero, Juan Ojeda, reflexiona sobre lo que pudo ser y no fue, sobre las garantías de la fusión y sobre las incógnitas del proceso actual. Ojeda culpa al Cabildo y ofrece matices acerca del vacío que deja la entidad en la economía y en la sociedad cordobesa. Cajasur se va, Ojeda lo explica.

-¿Cómo vive todo esto?

-Estoy preocupado, muy preocupado. He dedicado cinco años a la caja y era partidario de la fusión para salvarla porque era la única solución. La entidad que se iba a crear hubiera estado entre las diez primeras del país y la primera de Andalucía y ahora lo que tenemos es la preocupación por un futuro incierto. Porque no sabemos qué pasará con los trabajadores, con los empresarios y por la paralización que esto supone. Hay que tener en cuenta que muchas empresas tenían su respaldo en Cajasur y ahora hay incertidumbre.

-Y está el aspecto laboral...

-Claro, hay 3.000 familias pendientes de qué pasará, por eso debemos evitar dramas personales. Si se hubiese hecho la fusión eso no habría pasado porque los excedentes, según los preacuerdos planteados, se hubieran hecho sin medidas traumáticas, mediante prejubilaciones. Pero insisto en que hay incertidumbre pese a los mensajes manipulados que se puedan emitir.

-Todo esto ocurre además en una coyuntura muy complicada. ¿Cómo ve que el vacío llegue en plena enfermedad?

-Es el momento más difícil. Tengamos en cuenta que Cajasur, incluso en los últimos meses y en sus momentos más complicados, era el soporte de muchas empresas, porque Cajasur había hecho por ellas lo que había podido, refinanciando deudas, inyectando tesorería... Eso se ha terminado a cambio del agujero negro de la intervención.

-Después de todo esto, ¿cómo valora la actuación del Cabildo? Hay quien dice que es una traición calculada.

-No creo que calculada pero sí que ha sido una inconsciencia no haber admitido lo que esto supone. Por otra parte, creo que ha sido una decisión meditada por parte del Cabildo y especialmente por el presidente de la caja, Santiago Gómez Sierra. Teníamos indicios de que lo que le pedía el cuerpo era romper la fusión y darle un navajazo a Medel y a Unicaja aunque fuese la muerte lenta de Cajasur. Luego los impositores se dejaron llevar por el criterio del presidente.

-¿Son conscientes la Iglesia y los impositores de lo que supone la intervención y la pérdida del pulmón financiero que suponía la futura caja?

-Es muy difícil que el Cabildo y la Iglesia asuman sus errores y por eso dan la callada por respuesta. No van a decir que es un error y van a afirmar siempre que lo han hecho todo por el bien de Córdoba.

-¿Qué le parece que Gómez Sierra haya dicho que no se ha ido a la fusión por desconfianza?

-La Iglesia ha estado, en esto, metida en un mundo, el financiero, que no es el suyo y así ha ido la negociación. Ellos creen que siempre tienen la razón, pero en una negociación tiene que haber un tira y afloja y al final debe ganar el equilibrio. Aquí más que desconfianza lo que ha habido es un liderazgo negativo de quien no conoce el mundo financiero que se enfrenta a un liderazgo clarísimo y con experiencia en fusiones porque Unicaja es producto de varias operaciones anteriores . No sé los motivos personales que llevan a la desconfianza, pero sí tengo claro que Unicaja quería esta fusión. Braulio Medel estuvo con CCOO, que se mostraba reacio a las condiciones de Aspromonte porque Unicaja es una caja solvente que gana dinero, y Medel convenció a CCOO para que hiciera renuncias y aceptase las condiciones pactadas con Aspromonte. Luego, cuando se reunió el consejo de Cajasur, Unicaja ya tenía aprobada la fusión, lo que demuestra su buena voluntad, incluso había una semana más para el acuerdo laboral, porque el Banco de España lo autorizó. También estaban cerrados los acuerdos institucionales y la Iglesia se llevaba seis millones de euros para su obra social desde el primer año, sin carencia e independientemente de los beneficios, más los edificios de los que se ha hablado.

-Entonces hubo cambios a mejor para la Iglesia.

-Incluso se habían aprobado las desvinculaciones de personas cercanas al ex presidente de Cajasur, de altos cargos.

-¿Y cómo ve que estas desvinculaciones se negociaran en medio de todo un proceso tan importante para todo el mundo?

-Creo que no es lo más oportuno mientras se decidía el futuro de miles de trabajadores. No parecía el lugar más apropiado para negociar desvinculaciones millonarias. Lo que no sé son las cantidades ni quiénes se las hubieran llevado porque como no ha habido fusión, no ha trascendido.

-Pero, ¿qué peso han tenido estas desvinculaciones en el proceso?

-Sobre todo hay que pensar que alguno de los directivos con desvinculación estaba negociando la fusión [en referencia a Santiago Cabezas] y eso pudo condicionar el proceso. Pero claro, no puede ser que una negociación personal intervenga en el global de proceso. Por eso luego no se puede decir que había desconfianza con Unicaja porque cuando todo estaba aceptado se rompe la fusión. Eso refuerza la idea de que fue una decisión premeditada.

-Si Medel colabora, negocia, la Iglesia obtiene beneficios, los directivos pactan sus bajas, ¿por qué luego se rompe la fusión?

-Al final es la Iglesia Católica la que torpedea la línea de flotación del proceso. El que hunde el barco de la fusión es Gómez Sierra, eso está claro.

-El obispo dijo que la Iglesia lo había perdido todo a cambios de los empleos. ¿Qué le parece?

-Problablemente el obispo sepa más que yo. Lo que dice en su primera parte es verdad: la Iglesia lo ha perdido todo, pero lo de los empleos estará por ver cuando se produzca la venta o subasta de Cajasur, porque el que compre no adquiere compromisos laborales. Ojalá el obispo tenga otras claves, aunque el conocimiento de los prelados está en las iglesias no en materia laboral. Ahí no saben nada.

-¿Hablaron los representantes del Cabildo, los impositores o los directivos de la caja en algún momento de que la intervención era mejor que la fusión?

-En algún consejo de administración se había dicho, en plan pataleta, que era mejor la intervención pero lo valoro como una expresión en un momento determinado de mucha tensión.

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