El Juzgado de Instrucción número 1 ha dado carpetazo a la denuncia presentada por un agente de la Policía Local por supuesto acoso laboral de un mando en la Jefatura. Fuentes judiciales informaron ayer de que el magistrado ha decidido archivar este caso por falta de pruebas para considerarlo una causa con consecuencias penales, aunque esto no implica que el agente pueda llevar su denuncia a los juzgados de lo contencioso-administrativo.

La querella criminal iba dirigida contra un alto mando y recogía unos hechos que, según hizo públicos a principios de febrero el sindicato CSI-CISF, arrancan hace tres años. En la actualidad, el agente todavía se encuentra de baja. El policía estaba destinado en la policía montada y, tras un problema con uno de los responsables de la sección, fue relegado "por la fuerza" a otra área "donde no quería estar", según informó el sindicato. Ahí empezó, supuestamente, su calvario: problemas para coger días libres, servicios penosos, prohibición de ponerse al volante de los vehículos patrulla, denegación sistemática de permisos... "El agente fue repudiado no sólo por los mandos, sino por muchos compañeros", insistió en su momento un portavoz sindical, quien anunció la posibilidad de ampliar la denuncia contra quienes consintieron que estos hechos no se atajaran.

A principios de febrero, el CSI-CSIF también anunció que presentaría una segunda denuncia por supuesto mobbing. Este caso no fue "tan participativo, aunque no por esto menos grave". Eso sí, siguió el mismo esquema: en primer lugar, el agente fue retirado de su servicio y mandado a otra sección en la que no había pedido plaza. Y, a continuación, "empezaron a machacarlo". El portavoz sindical subrayó que la situación "está fatal" dentro del cuerpo, hasta el punto de que "no deja de haber conflicto tras conflicto y el malestar se ha extendido ante la negativa a conceder permisos o asuntos como la dotación de vestuario". "La gente está sufriendo un desasosiego tremendo", agregó.

Otro de los asuntos sobre los que el sindicato puso el dedo en la llaga se refiere a los supuestos expedientes de información reservada abiertos por la Jefatura. En 2008 fueron, como mínimo, cinco, aunque ninguno dio lugar a expedientes disciplinarios. El CSI-CSIF advirtió que estudia presentar otra querella por supuesta prevaricación por estos asuntos.