Córdoba

Medallas policiales bajo el aguacero

  • El ministro de Interior interrumpe su discurso debido a la intensa lluvia · Agentes de la Unidad de Caballería se quedan fuera del desfile por pintarse el pelo en señal de protesta por la falta de recursos

Los helicópteros estuvieron a punto de no volar, los uniformes de los agentes se empaparon y las autoridades no tuvieron más remedio que aguantar el chaparrón y sacudirse el diluvio. La tormenta aguó los actos centrales del Día Nacional de la Policía, celebrado por primera vez en Córdoba. Después de semanas de ensayos y preparaciones ni el propio ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tuvo tiempo de pronunciar íntegro su discurso. Así que a contrarreloj y entre aguacero y aguacero los agentes desfilaron, recogieron las medallas al mérito y rindieron homenaje a los difuntos del cuerpo.

El acto estaba previsto para el mediodía. A esa hora no llovía: el ministro recorrió la avenida República Argentina pasando revista a los agentes y entre impresionantes medidas de seguridad -que incluían el precinto de las papeleras, las alcantarillas y los contenedores de los alrededores del recinto-. Tras los discursos de rigor de la alcaldesa, Rosa Aguilar, y del director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Velázquez, las autoridades procedieron a otorgar las medallas al mérito policial a varias decenas de agentes. Entonces rompió la tormenta, primero en forma de fina llovizna y luego como una cortina de agua de la que fue imposible zafarse. Fuera del palco y sin lugar para guarecerse, las autoridades y los agentes no pudieron evitar calarse.

Entre los policias que fueron destacados se encontraban Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, medalla de oro en piragüismo en la modalidad de K-2 en los Juegos Olímpicos de Pekín. Las bromas sobre las embarcaciones de los dos olímpicos, por supuesto, no faltaron: "Estamos orgullosos y contentos por la medalla", reconocieron los deportistas entre foto y foto con sus compañeros. Pertenecientes a las unidades de Seguridad Ciudadana y Extranjería, tras estos dos jóvenes policías no hay impresionantes historias de bandas organizadas ni alijos de récord. En su caso lo difícil es "compaginar el piragüismo con el servicio", relataron.

El actual jefe de la Policía Local, Rafael Foche, también recibió una medalla al mérito. "Lo importante es la colaboración que existe entre ambos cuerpos. Estoy muy agradecido a este reconocimiento, que servirá para seguir trabajando en la misma línea", dijo. En 1972, Foche -nacido en Palma del Río pero vecino de Córdoba capital desde los dos años- aprobó las oposiciones y accedió al cuerpo policial.

Más años aún de servicio a sus espaldas lleva Rafael Alcaide, un inspector del área de Coordinación de Servicio de la Comisaría de Córdoba que también fue condecorado con la cruz blanca. Su ingreso en el cuerpo se produjo con 22 años y ahora, con 54, puede hablar de sus experiencias en Badajoz, Barcelona, Logroño o Pamplona. En el Norte "vivió momentos difíciles", mientras que en Córdoba "la situación es más relajada". Su medalla reconoce, entre otras misiones, los dispositivos de seguridad puestos en marcha con ocasión de las visitas del Papa Juan Pablo II y de los Reyes de España a Córdoba.

Mientras el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, se recomponía el traje bajo el palco de autoridades y Rubalcaba se secaba la frente, la avenida República Argentina acogió un rápido desfile de vehículos policiales bajo la tormenta. Los seis helicópteros participantes estuvieron a punto de no despegar debido a las inclemencias meteorológicas, pero finalmente surcaron la ciudad mientras la unidad de caballería -la más antigua del Cuerpo- o los guías caninos recibían el aguacero. Fuera del desfile se quedaron varios agentes de la policía montada, que trataron de hacer públicas sus protestas por la falta de medidas de seguridad tiñéndose el pelo de colores.

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