La Gerencia de Urbanismo aprobó ayer, con protestas de Izquierda Unida y PSOE, la recepción de un plan parcial (el O-1, en la zona de la Arruzafa) pese a los múltiples problemas detectados en la zona. La recepción es un paso clave que las empresas inmobiliarias intentan acelerar todo lo posible porque supone, por un lado, que el Consistorio se hace cargo de la limpieza y mantenimiento de la zona y, además, que se pueden empezar a emitir licencias de primera ocupación en los edificios levantados durante la urbanización del sector.

El informe municipal explica, por ejemplo, que no se podrán abrir las calles y avenidas del barrio al tráfico ni a los peatones hasta tanto el barrio disponga de alumbrado público, del que en estos momentos carece. Además, el informe elevado al consejo rector asegura que el saneamiento de la zona es provisional aunque no explica las razones. En tercera instancia, asegura que no se devolverán los avales a la junta de compensación hasta tanto no se resuelvan cuestiones establecidas en los informes de los distintos servicios municipales que han visitado la zona y que se han encontrado con problemas. Por último, se advierte de determinadas inversiones, como una línea de alta tensión que se tiene que soterrar, que no se han llevado a cabo y que se tendrá que establecer una caución para responder a futuros incumplimientos.

El caso más polémico de aprobar la recepción de las obras de forma adelantada a la culminación de las obras fue el de la urbanización de Mirabueno, donde el anterior gobierno municipal tuvo que enfrentarse con un verdadero problemón judicial por haber permitido que se habitasen las viviendas.

El consejo rector de la Gerencia de Urbanismo aprobó ayer la obtención de los terrenos para la construcción del carril bici que unirá la ciudad con el campus de Rabanales. Se trata de una obra licitada en la anterior corporación que no se ha adjudicado. Los terrenos corresponden a los distintos propietarios de suelo de la zona de Levante por la que discurre el carril bici.