Fútbol Sala | Copa del Rey

El Betis Futsal, a la final de la Copa del Rey por obra de San Pablo (3-2)

  • Triunfo de fe verdiblanca que coloca al conjunto de Ramón Martínez en la primera final de su historia

  • El canterano Pablo Muñoz anotó el 3-2 definitivo que le sirvió para cerrar una actuación soberbia ante Peñíscola

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Pablo Muñoz, autor de dos goles, fue el jugador más destacado de la semifinal entre Betis Futsal y Peñíscola.

Pablo Muñoz, autor de dos goles, fue el jugador más destacado de la semifinal entre Betis Futsal y Peñíscola. / Betis Futsal

El deporte siempre da opciones de recomponerse. Normalmente estas oportunidades suelen demorarse en el tiempo, pero el Betis Futsal se ha topado en el Pabellón de San Pablo con una oportunidad formidable de darle una alegría al beticismo y nublar pocos días después, los sollozos del descenso a Segunda División. Gracias a los goles de Raúl Jiménez y Pablo Muñoz por partida doble, los anfitriones lograron imponerse en la semifinal ante Peñíscola y se meten en la final de la Copa del Rey.

Más de 400 seguidores de Peñíscola se adueñaron de los minutos previos de la primera semifinal haciendo suya una parcela de San Pablo. Detrás del banquillo de Santi Valladares, la afición azul del club peñiscolano trataba de contagiar a sus jugadores en el que sería el primer despliegue reseñable de aficionados de la tarde. Los primeros minutos estuvieron copados por el habitual tanteo de dos equipos que miraban de reojo la posibilidad de estar por primera vez en su historia en una final de la Copa del Rey. 

La barrera de los cautos fue sorteada primero por Peñíscola. En el minuto 3, Diego Sancho, sólo, aislado completamente en el área por un despiste defensivo de los verdiblancos, anotaba el primero de la tarde para abrir el conteo en esta fase final. El gol acongojó al Betis Futsal, quién se acordaba del vendaval que pasó por Amate a inicios de marzo y cuya firma era la del mismo equipo atrevido que vestía de azul y que acabó la temporada regular como el segundo más goleador.

Los futbolistas de la plantilla castellonense, más rápidos de piernas, estuvieron próximos de colocar el 0-2 en la siguiente jugada. El pívot Juanqui, sin frivolizar y practicando la jugada más sencilla y efectiva que tiene este deporte, aguantaba de espaldas a la portería aguardando el desmarque de ruptura de algún compañero. Acudía el ex bético Elías y aparecía Juan Molina sacando la mano con muchos reflejos. 

Empezaba a intuir el Betis que o espabilaba o no existiría ningún tipo de consuelo copero ante el desahucio provocado por el descenso. Gustavão amagaba con hacer daño en alguna acción desde el pívot, pero un error de comunicación con Lin (10’), hizo que los béticos desaprovecharan la más clara para la igualada hasta el momento.

Seguía insistiendo el equipo anfitrión y en una acción aislada Gus, portero del cuadro castellonense, detenía con la mano al borde del área un lanzamiento que iba directo a la portería. En primera instancia, los colegiados Mayo López y Panadero Díaz-Concha mostraron la tarjeta roja al guardameta rival tras creer que el contacto había sido fuera, pero la revisión en el VIR (Video Instant Replay) hizo que los colegiados se retractaran anulando la expulsión. 

En la siguiente jugada (14’), Pablo Muñoz atravesó la línea central y gracias a un golpeo tremendo, la pelota tocaba, ahora sí, el fondo de la red. El canterano se fue directo a abrazarse con Carrasco, uno de los descartes junto a Gonzalo Starna. El 1-1 luciría brillante al descanso con todo abierto para la segunda mitad, gracias a la intervención con la cara de Molina segundos antes.

Un Betis ambicioso en la segunda mitad

Tras el retorno de los vestuarios, el semblante del Betis era otro: mucho más animado y con intención de espantar a las hienas. De este modo, lograban adelantarse en el marcador por primera vez en la eliminatoria gracias a una acción personal de Raúl Jiménez. El sevillano fijó su marca, condujo hacia la derecha y cruzó la pelota con su pierna mala.

Un gesto precioso, como el que volvería a poner las tablas en el pabellón de San Pablo. Diego Sancho recortaba delante de su paisano Molina, y sin oposición dentro del área el zaragozano empujaba de manera sencilla la colorida redonda (28’).

Sin embargo, este Betis ya no se resquebraja, podrá haber caído en liga, pero la versión anímica tras encajar un gol es muy diferente a la de principio de temporada. Es capaz de responder y no diluirse. Hasta tal punto que se atreve a plantar cara a cualquier lógica, como hizo UMA Antequera hace dos ediciones. Pablo Muñoz, el hombre de la semifinal, cazó un rechace en la frontal y la mandó para dentro a falta de cinco minutos (35’).

Quemó las naves Santi Valladares con Elías Beltrán como portero jugador, pero el dueño de la primera eliminatoria estaba escrito sin que nadie nos diéramos cuenta. Los anfitriones aguantaron la defensa del 5v4 y el Betis Futsal se coló en la final de la copa sin que muchos confiaran en ello.

San Pablo Muñoz, haciendo el mejor homenaje a la sede de esta fase final de la Copa del Rey invita a soñar de nuevo al beticismo. Quedan citados este domingo a las 16h, el Betis Futsal espera rival en la primera final de su historia. 

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