¿A qué jugar con los niños?

Los juegos que siempre ganan

  • Las vacaciones y la posibilidad de pasar más tiempo con los niños hacen que esta sea una época para recordar que para divertirse sólo hacen falta ganas

Niños jugando a la comba.

Niños jugando a la comba. / Paco Guerrero

Si hay un modo de acercar generaciones, ese es el juego. Enseñar a los niños juegos al aire libre de toda la vida es  un clásico del verano.

Más horas de sol, tiempo libre y ganas de diversión. Es la época en la que la calle gana terreno frente a consolas, tablets y móviles. El escondite, la comba o el tejo son sólo algunas de las actividades al aire libre que, como juegos que son,  mejoran tanto la capacidad física como la de interacción con los demás.

Además de la diversión, el juego es un elemento imprescindible para el correcto desarrollo físico y psíquico de los niños porque le permite ampliar sus conocimientos y experiencias. El aprendizaje por imitación y el hecho de tener que afrontar situaciones en equipo les prepara para tener mejores habilidades sociales y más herramientas para solucionar situaciones de conflicto.

Pero no es sólo un beneficio para la maduración de la persona, sino una forma de afianzar los vínculos entre diferentes generaciones. Los niños aprenden que sus abuelos y padres tuvieron infancia y que algunos de esos juegos son tan divertidos como el Fortnite.

La comba

Hay juegos que nunca se olvidan, canciones que se enseñan a hijos y nietos, como el de la comba. Un pedazo de cuerda, ganas de saltar con algo de ritmo, y la banda sonora de muchas calles y plazas vuelve años atrás. La comba trae a la memoria canciones como Al pasar la barca o aquél capitán sevillano que tenía siete hijas y una fue soldado.

Polis y ladros

Todo un clásico de los juegos de persecución es la versión del pillar polis y ladros. No se necesita ningún objeto ni accesorio especial, tan solo unas buenas zapatillas para correr unos detrás de otros. El juego consiste en hacer dos grupos, unos serán los policías y otros los ladrones, siendo estos últimos los que deberán huir corriendo de los polis para no ser atrapados y encarcelados.

El pañuelo

El siguiente de los juegos, aunque se llama el pañuelo, se puede jugar con un trapo o una camiseta. El objetivo de este juego es ser rápido, tener estrategia y aprender los números. Se hacen dos equipos de mínimo 3 jugadores. Cada uno de ellos tendrá asignado un número, que será gritado por el que sostiene el pañuelo a la misma distancia entre los dos equipos. Una vez que están formados los grupos, uno de los jugadores de cada equipo saldrá corriendo a coger el pañuelo, pero sin que el otro le atrape, en este caso, será secuestrado por el equipo contrario hasta que le rescaten.

Balón prisionero

Pero si hay algo irresistible tanto para niños como para niñas, eso es un balón. Además, del fútbol o el clásico matar, el balón prisionero es un éxito sea cual sea la generación de los que juegan. El objetivo es ser ágil y rápido con el balón y tener estrategia para ganar. Se divide el terreno en dos campos, se hacen dos equipos con el número de personas igualado y se utiliza una pelota. El juego consiste en eliminar a los del equipo contrario tocándoles con el balón.

Rayuela, tejo o lancha

Por último, otro clásico que, como los grandes éxitos, tiene su versión dependiendo de cada zona. Rayuela, tejo o lancha. Con una tiza se pinta en el suelo el diagrama con cajas del 1 al 10 y una piedra plana que será lanzada a una casilla. El objetivo es pasar la piedra de cuadrado en cuadrado hasta llegar al 10 y volver a la casilla de salida, teniendo siempre en cuenta que la casilla donde esté la piedra no podrá pisarse, ya que perdería el turno. Algunos consideran que que este juego se desarrolló en la Europa renacentista y que la temática está basada en el libro La divina comedia de Dante Alighieri, obra en la cual el personaje, cuando sale del Purgatorio y quiere alcanzar el Paraíso, tiene que atravesar una serie de nueve mundos hasta lograrlo.

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