programa PARA PERSONAS CON MOVILIDAD REDUCIDA

Un baño sin barreras en El Portil

  • Cien onubenses disfrutarán de un día de playa con la ayuda de 30 voluntarios de la Cruz Roja

Alicia Narciso, Juan José Blanco y Juan Manuel Llinares posan con los voluntarios de Cruz Roja y uno de los usuarios del programa.

Alicia Narciso, Juan José Blanco y Juan Manuel Llinares posan con los voluntarios de Cruz Roja y uno de los usuarios del programa. / FOTOGRAFÍAS: CANTERLA

Verano sin limitaciones. Las playas de El Portil vuelven a ser, un año más, referente para las personas con discapacidad. Cruz Roja, en colaboración con la Obra Social La Caixa, ha establecido nuevamente su dispositivo de ayuda a menores y adultos, de forma que tengan la posibilidad de disfrutar de las playas siempre que lo deseen. Este proyecto se enmarca dentro de la iniciativa Un baño sin fronteras, unido al curso de Ocio y Tiempo Libre en Personas con Movilidad Reducida, de Cruz Roja. Para llevarla a cabo se cuenta con vehículos especializados, así como con otros materiales acuáticos. Además, las jornadas están animadas con actividades de carácter lúdico, como paseos.

El programa se desarrollará durante los meses de julio y agosto, de martes a viernes y arrancó ayer en la playa de Caño de la Culata. En el acto estuvieron presentes Alicia Narciso, concejala de Políticas Sociales e Igualdad del Ayuntamiento de Huelva; Juan Manuel Llinares, director de Área de Negocio de CaixaBank en Huelva, y Juan José Blanco, presidente provincial de Cruz Roja.

El proyecto también incluye actividades como paseos, charlas y juegos con pelotas

En cuanto al dispositivo, las tareas relacionadas con este programa correrán a cargo de 30 voluntarios que podrán asistir a más de cien onubenses, a los que ofrecerán la posibilidad de bañarse en la playa. En este sentido, Eva Carrasco, voluntaria y auxiliar, destacó que "los transportes anfibios que utilizamos nos abren la posibilidad de bañarnos con las personas discapacitadas y estar pendientes de ellos en todo momento". Para la asistente, este proyecto significa "una puerta abierta para hacer disfrutar a todas las personas".

Su compañera, María de los Ángeles, apuntó que "todos llegan llenos de vida y esto se debe

a que muchos adultos no han podido disfrutar de la playa hasta ahora, y con los pequeños ocurre lo mismo, ya que se divierten e incluso repiten en varias ocasiones". Asimismo, las auxiliares de Cruz Roja manifestaron que "éste es un trabajo muy gratificante porque encontramos historias que nos llegan al corazón, como la de un chico que vino desde Extremadura para poder darse un baño en la playa por primera vez en su vida. Fue impresionante verlo disfrutar, y de hecho lo hemos podido ver andar recientemente".

Otro ejemplo es el de Antonio Ramos, cuya discapacidad le impide nadar desde hace veinte años. Ahora, y gracias a este servicio, el sevillano pasa su verano en estas playas, que le dan la oportunidad de volver al mar cada vez que lo desea.

En cuanto al marco de actuación, Alicia Narciso señaló la importancia de la dinámica de este trabajo, que "promueve la accesibilidad de las personas con movilidad reducida y ofrece una adaptación a las mismas, con una coordinación que comienza en su casa y que dura todo el tiempo que los usuarios quieran".

De igual forma, Juan Manuel Llinares afirmó que "estamos agradecidos a Cruz Roja por permitirnos aportar este grano de arena. Son voluntarios que aportan su grano de arena y que dan calidad de vida a las personas, ya que abren un abanico de posibilidades para todos, ya sean grandes o pequeños".

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