Javier Jiménez. Matador de toros

"El éxito llega con la confianza en uno mismo y la máxima entrega"

  • El espartinero salió a hombros en Las Ventas este domingo en su cuarta corrida de la temporada 2016 Podría volver a torear en la plaza de Madrid en la próxima Feria de Otoño.

El torero sevillano Javier Jiménez consiguió abrir la Puerta Grande de la Monumental de Las Ventas el pasado domingo tras una actuación soberbia, en la que cortó una oreja a cada uno de los toros de su lote, de Bañuelos. Suponía su cuarta corrida en la presente temporada. El torero había sumado un triunfo en Sevilla, sufrió un serio percance en Pamplona, con fractura de apófisis de tres vértebras y toreó bien en Málaga, aunque no rubricó una buena faena por errar con el verduguillo.

-Javier, en primer lugar, ¿está totalmente recuperado de la lesión de cervicales en Pamplona?

-Todavía tengo secuelas. Los médicos no querían que reapareciera, pero la ilusión lo puede todo. El ligamento está un poquillo tocaíto. Estoy al 90 o 95%. El problema viene después de torear. Ahora tengo tensionada la espalda y molestias en el cuello.

-Es que aquella cogida fue brutal; cayó para romperse la crisma...

-Sí. Tras la cogida no me acordaba de nada. Estuve sin conocimiento mucho tiempo. Pero todo va bien.

-¿Cómo vivió la reaparición, precipitada, en Málaga?

-Fue una tarde importante. Después de una buena faena, di un espadazo, vino el descabello y el toro al corral. Eso me vino bien para lo de Madrid, donde todo ha salido redondo.

-¿Cómo ha sido la actuación en Madrid?

-Más que hablar de faenas y de aspectos técnicos, tengo la sensación de tranquilidad. Fue una tarde intensa, que no quería que se acabara. Al final, la vuelta al ruedo con las orejas no era tan importante como la sensación interior de haber cuajado los toros. Y si encima es en la plaza más importante del mundo, pues es el día soñado. Las dos faenas me llenaron sobre todo por el lado izquierdo, con remates como trincheras y también cambios de mano. Enhorabuena al ganadero. Emocionar a la gente es lo más grande.

-¿Cuál es la clave para llegar a este éxito?

-El éxito llega con la confianza en uno mismo y la máxima entrega. Siempre hay que tener constancia. Y además, contar con quienes confían en uno, como José Luis Peralta, mi familia, mi cuadrilla.

-¿Le han llamado ya para torear en otras plazas?

-No estoy demasiado preocupado por eso. Mi papel es triunfar en la plaza y lo estoy cumpliendo. Esa otra parte corresponde a los empresarios. Yo lo que quiero es seguir disfrutando y creciendo.

-¿Le contratarán para la Feria de Otoño?

-Se está hablando. Como también me gustaría estar en San Miguel en Sevilla.

-Ha ido puliendo mucho su toreo en las dos últimas temporadas ¿Cómo ha vivido interiormente ese proceso?

-He madurado como persona y como torero. Hace cuatro o cinco años no sabía el camino y gracias a José Luis Peralta ha salido lo que lleva dentro. Hay que trabajar mucho. Son muchas horas, con broncas... que si la mano, que si el pie, que si el tobillo... Toreando mucho de salón, con mis banderilleros Lipi y Alejandro Sobrino embistiendo y el esfuerzo de toda la cuadrilla. Merece la pena. El toreo me ha cambiado la mentalidad. Soy más feliz, disfruto más. Esto es un proceso de superación, de inconformismo. Cómo será la cosa que por la noche, en el hotel, José Luis me dijo: "¡Y todavía tienes que torear mejor!"

-¿Cómo celebró el triunfo?

-Cenando con mis padres, mi hermano y la cuadrilla.

-Su proyección ha dado un giro en cuatro tardes. Dígame que ha supuesto cada una de ellas.

-Sevilla fue el abrir los ojos a la gente de que sabía torear; Pamplona de que soy el tío de raza que conocían; Málaga fue una actuación marcada por la inteligencia y Madrid ha reunido las tres cosas.

-¿Qué espera para lo que resta de temporada?

-Seguir por este camino. Dar cada tarde un toque de atención y no bajar el ritmo.

-¿Y su meta?

-Continuar disfrutando.

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