Juan Pedro Galán. matador de toros de lidia y ganadero

"Tenemos que devolver al toro todo lo que nos ha dado"

  • El espada jerezano debuta como ganadero mañana en la plaza de la Escuela de Tauromaquia de Jerez con reses de encaste Núñez

-Nos ha sorprendido anunciándose como ganadero

-Es por afición. Los que hemos vivido en el mundo del toro tan apasionadamente debemos poner nuestro granito de arena para seguir cuidando al toro bravo y perpetuar esa afición. Devolverle al toro todo lo que nos ha dado. Así surgió lo de criar toros. José Luis Pereda y yo somos como hermanos y su padre es otro padre para mí. En esa casa estoy tentando desde los nueve años. Compramos una finquita cerca de ellos y me decían que por qué no me hacía con una punta de ganado. Le compré 120 vacas y sementales y ahí empecé.

-Le ha puesto 'La Galana'.

-Es núñez puro de Pereda y la tengo en la finca Herdade de Joao Villeiro en Adopinto, en El Alentejo, una zona ganadera como nuestra Ruta del Toro. A unos 10 kilómetros de la frontera de El Rosal. El hierro es un descabello con las iniciales J, P y G en la empuñadura, la marca que he usado siempre personalmente. La divisa, verde y grana.

-Tiempos difíciles, más de cerrar ganaderías que de abrirlas

-Es la afición. Hoy económicamente es muy poco viable. Pero los que amamos el toro debemos aportar, sin grandes pretensiones: tentaderos, escuelas, chavales que empiezan: sembrar. A nosotros nos ayudaron en nuestros comienzos y tenemos que aportar. Si no lo hacemos los de dentro, no lo va a hacer nadie de fuera.

-Usted es un enamorado de esto. Vive en torero. En forma.

-Soy un amante de mi profesión. El toro es una liturgia que enseña mucho: hay honestidad, verdad, sinceridad, esfuerzo y una serie de valores que no se deben perder. Cuando hablo de toros con personas ajenas a este mundo y que tienen sus reticencias, les pido que no vean solo la muerte del toro sino todos los valores que aporta el toreo, que es lo que tenemos que conservar.

-Se dice que los toreros son menos buenos ganaderos

-Ser ganadero es muy complicado. Hay que conseguir que el toro sirva y que a la vez cree espectáculo. Por tendencia profesional puede ser que los toreros busquemos un toro más fácil para el torero pero en una ganadería tienes que buscar el toro que transmita al público y que ponga emoción en la plaza.

-Hoy el toro es más para la muleta que para el caballo.

-Como torero no es cómodo torear una corrida exigente, que te apriete los machos, pero tienen que salir porque es donde está la verdad y se aprecia la dimensión del esfuerzo que hace un torero.

-Y el toreo no es solo estética.

-Tienes que emplear a técnica perfectamente, el toro no admite equivocaciones y eso aporta un valor añadido a la faena.

-¿Cómo ha sido ese trabajo en la vacada hasta este debut?

-Hace seis años que empezamos paso a paso. Para lidiar hace falta un mínimo de tres años. Hemos estado tentando las becerras y viendo el producto. Qué mejor primer paso en público que con la escuela de Jerez donde vamos a ver los erales. En la ganadería brava hay que ir con paso firme pero cauteloso. No es lo mismo la embestida del eral que la del utrero ni la del toro. Hay que analizarlo en su medida y ver un par de camadas de cada edad, sus resultados y, a partir de ahí, lidiar una novillada con caballos o una corrida .

-Hoy le hemos visto en el ruedo con su hijo

-Que a mi hijo le llame la atención el mundo del toro es una satisfacción. Ser torero o figura del toreo es más difícil que ser papa. Es una profesión muy dura y sacrificada, pero estos son los valores que quiero que tenga mi hijo: sacrifico, honestidad, tener la mente un paso por delante superando las dificultades... Esa es la grandeza del toro no solamente uno que se pone ahí y viene el toro y anda para acá o para allá. No. Esto es pedirle a la mente que pueda con el cuerpo y eso le va a servir en todas las facetas de la vida. Una faena es una vida en pequeñito, resumida: entra el estudio, la inteligencia, el valor y lo de jugársela a cara o cruz. Todo eso te lo pide la vida en algún momento y esos valores son importantísimos para ello.

-Pero está el riesgo.

-Es mejor una voltereta de un eral, que es lo que te puede pasar con 14 o 15 años, que una botellona en un parque. Prefiero correr ese riesgo que no el otro.

-Una vez nos ha sorprendido, está en forma ¿Se ve de luces?.

-A veces lo pienso pero cuando uno ama y respeta tanto esta profesión comprendes que esto no es para un cuarto de hora. La única vez que yo me pondría el traje de luces y haría el esfuerzo sería, si llegara el caso, para darle la alternativa a mi hijo.

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