Toros

El debutante Daniel Sotillo, el más destacado en la novillada nocturna

  • Una presidencia carente de criterio dejó sin premiar la mejor faena en una noche en la que se lidió una novillada de Camacho mansa y justa de casta, que sustituyó a los utreros titulares de Torrestrella,

Novillada nocturna sin más historia que aparecer -si algún día llega a ser figura del toreo- en los anales de la lidia como la del debut con picadores de Daniel Sotillo, ganador del certamen "El Puerto busca un torero 2007" y que remató lo más destacado de la novillada nocturna sabatina.

Y eso que lo que mejor hizo se quedó sin premiar, porque la presidenta Alonso, con la proverbial falta de criterio que la caracteriza, le negó la oreja por la primera faena con el tercero, que fue la mejor y sin embargo se la dio con la más enganchada labor con el más difícil sexto, tal vez para evitar el agravio comparativo con Sánchez, premiado en el quinto con los mismos pañuelos.

Ni los siete sabios de Grecia ni el departamento de claves de la CIA serían capaces de descifrar los criterios de Alonso. Mucho menos un cronista de pueblo como yo, perplejo ante su desconocimiento del reglamento. Ejemplo: en El Puerto ni llovía ni estaba impracticable el piso, presupuestos para que el palco -artículo 56.1 del reglamento- autorice el cambio en banderillas con menos pares de los tres reglamentarios, norma que ha de cumplir imperativamente según el artículo 18.1.

Ni caso. Ayer en los cuatro primeros tercios de banderillas escamoteó el tercer par cambiando el tercio. Y miren ustedes por donde en el sexto novillo, con esos antecedentes, pide el novillero el cambio al segundo par y esta vez no accede. Misterio. Las banderillas forman parte del espectáculo al que tiene derecho el espectador. Con tan rara actitud, ajena a las reglas de la ciencia, no dudamos de que la presidencia, en estas manos, es un fenómeno, pero paranormal. Por eso renunciamos a comprender por qué mantuvo en el ruedo al inválido tercero.

Abrió plaza Martín Gallo que no pudo ocultar que torea muy poco, un verdadero obstáculo. La falta de contratos se aprecia mucho más en un torero de su concepto, de líneas clásicas. Tampoco tiene actuaciones Miguel Ángel Sánchez, pero su ideario es más bullidor y peleón, atacando más y esperando a porta gayola, maneras que tapan el handicap de torear de higos a brevas.

Martín Gallo pudo mostrar su barniz en los lances de recibo a su primero, pero fue novillo castigado en un puyazo delantero y bajo que lo dejó acobardado y para el arrastre y nada hubo. Con su segundo, en el toreo en redondo templó y planchó la muleta, pero le faltaron argumentos para reunirse, macizar, profundizar, y eslabonar una actuación que remató pésimamente con la espada, en el novillo más potable de la noche.

Miguel Ángel Sánchez echó ganas y predisposición en una faena a su manso primero al que atacó en todos los terrenos sin resultado, y en un trasteo largo y con altibajos en su segundo, en el que se premió su voluntad y la eficaz estocada. Se le notó verde pero le echó ganas y esperó a sus novillos en chiqueros.

Sotillo remató lo mejor de la noche. Mantuvo en pie con suavidad a su inválido primero, de pastueñas arrancadas por ambos lados en un faena corta y con brillo tanto en el inicio por la derecha como al natural, en la que se rajó el novillo pero que remató con recursos el novillero ecijano. Bien de técnica y recursos para resolver la papeleta de modo notable.

Con el sexto, más toro, labor tenaz y decidida, aunque enganchando más los engaños a las arrancadas del brusco novillo, y con buen remate por ayudados. Se apreció algo distinto en el ecijano, que es de lo que se trata, siendo premiado con la oreja de cierre de una novillada que supo a poco a los aficionados.

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