David de Miranda. Matador de toros

“Solamente llegar a hacer el paseíllo ha sido un triunfo”

  • Tras superar una gravísima lesión de cuello, ha retomado su carrera con una Puerta Grande y sumará una decena de corridas este verano

David de Miranda, en su triunfal reaparición en Las Colombinas.

David de Miranda, en su triunfal reaparición en Las Colombinas. / Alberto Domínguez Hernández.

David de Miranda (Trigueros, 1993) salió a hombros en Huelva, donde reaparecía tras casi un año que ha sido un auténtico calvario para el onubense, luchando titánicamente para recuperarse de fracturas de vértebras dorsales y gravísimas lesiones en el cuello, reventado al caer de bruces en una espeluznante volterera en la plaza de Toro el pasado 27 de agosto, donde se temió que pudiera terminar su carrera que comenzó como matador de toros el 5 de agosto de 2016 en Huelva, apadrinado por José Tomás, y saliendo a hombros.

–David, ¿cómo se siente tras triunfar después de ese infierno?

–He vivido muchas emociones. Lo mejor ha sido sentirme feliz por volver a torear.

–¿Cómo valora su actuación?

–El primer toro tuvo clase y nobleza, aunque duró poquito y pude demostrar que he vuelto con ganas y ante el otro, que no fue fácil, tuve que desarrollar un poco más de técnica. Me quedo con las sensaciones del primer toro para seguir creciendo poco a poco.

–¿Ha tenido un sabor especial este éxito?

–Sí. Fue una tarde bonita. Corté las orejas a mi primer toro y disfruté mucho la salida a hombros por la Puerta Grande. Solamente llegar a hacer el paseíllo ha sido un triunfo.

–¿Qué le emocionó más en la jornada del retorno?

–Los momentos de soledad en la habitación del hotel mirando el vestido. Hubo un diálogo. Miraba el vestido de torear y tenía la necesidad de ponérmelo. Le decía que quería ponermelo muchas veces.

–¿Se encontró recuperado en lo físico?

–Sí. Lógicamente las lesiones graves requieren mucho tiempo para superarlas. Todavía tengo contracturas en la espalda. Trabajé contrarreloj para la reaparición. Pero me vi bien.

–¿En cuanto al cuello?

–Ya puedo girarlo unos 75 grados.

–¿Y psíquicamente?

–No era fácil volver a la cara del toro junto a dos figuras del toreo –Morante de la Puebla y Manzanares– y en mi tierra. Estaba muy presionado y preocupado por si los nervios me podían.

–¿Fue una presión tan grande como el día de la alternativa?

–Han sido presiones similares y, a la vez, diferentes. En esta ocasión tuve miedo a que los nervios me jugaran una mala pasada.

–¿Cómo valora este punto de inflexión en su carrera?

–He cerrado el paréntesis de una etapa marcada por un percance grave, tengo que olvidar y seguir luchando por lo que más me gusta, que es el toreo.

–¿Ha madurado la interpretación de su tauromaquia en el tiempo de la rehabilitación?

–El paso del tiempo es fundamental para los toreros. He analizado muchos vídeos. En la reaparición apunté lo que busco: torear despacio y con temple, sin olvidar las ganas del torero nuevo.

–¿Cómo se presenta la temporada?

–Ahora mismo, entre agosto y septiembre tengo contratadas una decena de corridas. El próximo sábado, la primera, en Valverde. Yel día 28 vuelvo a Toro. Será un día especial que me marcará y espero dar una gran tarde toros.

–¿Ha pensado en Madrid y Sevilla?

–Es pronto. Es tiempo de rodaje y para coger el sitio. El próximo año, si todo va bien, me gustaría confirmar en Las Ventas y, por supuesto, ojalá pueda torear lo antes posible en la Feria de Abril.

–En La Maestranza no ha debutado como matador de toros...

–Así es. Como novillero, de 2014 a 2016, he tenido tres actuaciones y corté una oreja a un novillo de Rocío de la Cámara.

–David, lo que ha olvidado tras su calvario.

–Poco a poco voy olvidando todo. Todavía tengo el recuerdo de la lesión, pero ya cada vez más lejano.

–Lo que no olvidará jamás y le ha hecho más fuerte.

–No olvidaré jamás cuando me cogió el toro y, consciente, veía que mi cuerpo no reaccionaba. Ha sido la peor sensación de mi vida. Eso me ha hecho madurar.

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