Toros

Sobresale, con dos orejas, la torería auténtica de Juan Ortega

  • El diestro sevillano destacó por su torería auténtica y la sinceridad de sus planteamientos

  • El Juli y Roca Rey, también obtuvieron un apéndice

Juan Ortega con el capote en la plaza de toros de Jerez.

Juan Ortega con el capote en la plaza de toros de Jerez. / @TorosJerez

El diestro sevillano Juan Ortega, que cortó sendas orejas, destacó por su torería auténtica y la sinceridad de sus planteamientos en la corrida de hoy de la aplazada feria taurina de Jerez de la Frontera, en la que sus compañeros, El Juli y Roca Rey, también obtuvieron un apéndice. En corrida de figuras y con un lote de "jandillas" que dio juego para mucho más de lo que se vio, Ortega hizo no solo lo más destacado y artístico sino también lo más auténtico y sincero, a pesar de contar con los dos toros más deslucidos, en contraste con la falta de concrección de las faenas de sus alternantes. Juan Ortega levantó ya los primeros olés fuertes de la tarde al recibir a su primero a la verónica, con entrega y el pecho por delante para después abrir la faena de muleta con unos ayudados por bajo de mucho y largo mando.

Tuvo clase el toro pero no terminó de remantar sus embestidas, perdiendo fondo y recorrido a medida que avanzaba el trasteo, por lo que el sevillano no pudo rematar ni los pases ni las tandas, pero dejó, eso sí, muletazos sueltos de mucha calidad y buen gusto. Se valoró sobre todo la colocación y la pureza en los cites, igual que con el sobrero que se jugó en quinto lugar, al que le faltó entrega y recorrido, pero con el que Ortega logró también momentos de mucha brillantez, tanto en el toreo fundamental como en los adornos. Un airoso quite por chicuelinas, rematado con una redondeada media verónica, un preciosista inicio de faena con ayudados por alto y varios muletazos hondos por ambas manos, que no pudo ligar pero sí templar y alargar lo suficiente, mostraron la vocación de pureza de Ortega, que incluso se recreó en un remate de molinetes encadenados con morosidad. En suma, lo mejor y más auténtico de la corrida.

El Juli y Roca Rey también cortaron orejas, a una por coleta, pero en su haber solo cabe anotar fogonazos aislados que justificaron in extremis el trofeo, pero sin llegar apenas a generar en el tendido mayores emociones. El Juli toreó con injustificadas ventajas al noble y dulce primero y se mostró poco ambicioso con la clase de un cuarto que fue perdiendo celo pero no profundidad, en un trasteo de muy dispar estrcutura pero que remató con una espectacular espadazo a capón que provocó que asomaran los pañuelos. Roca Rey, por su parte, se pasó a mucha distancia la noble y alegre embestida de su primero, en un trasteo anodino, y le puso más fibra al sexto, un toro también de mayor trasmisión con el que se ajustó más en muletazos cortos para amarrar el trofeo con un final de apuradas manoletinas sin espada y, eso sí, una gran estocada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios