Toros

Rafael Serna, que corta la única oreja, triunfa en la México

séptimo festejo de la temporada en la méxico Ganadería: Se lidiaron seis novillos de San Marcos, bien presentados y de juego desigual. TOREROS: Rafael Serna, silencio y oreja. Gerardo Rivera, silencio y palmas. Manolo Gaona, que debutaba en esta plaza, silencio y silencio tras aviso. INCIDENCIAS: Plaza de toros Monumental de México. Más de 3000 espectadores de entrada. Tercera novillada con picadores y séptimo festejo de la temporada.

Llegó a México y todos salieron hablando de él. El sevillano Rafael Serna dejó constancia de su toreo de clase y buen gusto en su debut en Insurgentes. Además de la buena crítica, se llevó una oreja como reconocimiento a una actuación con la que, a buen seguro, le permitirá volver a trenzar el paseíllo en la plaza más grande del mundo.

También llamó la atención Gerardo Rivera en su despedida como novillero, pero la condición de sus oponentes hizo restar lucidez a todo lo bueno que intentó dentro de un muy bien presentado encierro de San Marcos.

La oreja de Serna llegó tras una faena muy personal ante un noble astado que le permitió acoplarse desde el primer momento. Lo mejor llegó sobre la mano derecha, con profundidad y encaje. Gustó mucho el sevillano a la afición capitalina. La estocada fue la rúbrica perfecta antes de pasear el trofeo.

Con su primer novillo, Rafael Serna estuvo muy metido en la faena, pero la condición del astado hizo imposible cualquier lucimiento.

Gerardo Rivera dio por finalizado este pasado domingo su paso por el escalafón novilleril. La alternativa la tomará el próximo 2 de noviembre en la plaza de toros de Tlaxcala, comenzando una nueva etapa. Antes del acontecimiento, dejó buenos detalles en la Plaza México aunque el lote no imprimió en las embestidas lo que el mexicano necesitaba. Destacó el variado uso del capote, con sendos quites por chicuelinas y saltilleras.

Debutó en Insurgentes Manolo Gaona, con poco bagaje en su haber. La condición de los dos novillos no fue la idónea para que se viera lo mejor de Gaona, pero aún así intentó agradar a los tendidos.

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