Ignacio Antonio Sáez. Escritor.

"Miquel Barceló dibuja la geometría oculta del toreo"

  • El autor de 'La tauromaquia en la obra de Miquel Barceló' desgrana la vertiente pictórica más desconocida del artista mallorquín

El joven arquitecto madrileño Antonio Ignacio Sáez, residente en Mallorca, aficionado taurino muy activo, ha sorprendido con un interesantísimo y exhaustivo tratado sobre la escasamente conocida vertiente taurina de Miquel Barceló, quien sin embargo cuenta con aproximadamente un centenar de obras sobre la tauromaquia.

El libro, La tauromaquia en la obra de Miquel Barceló, editado por la Fundación Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Editorial Universidad de Sevilla, extraordinariamente ilustrado, con un sólido prólogo de Fátima Halcón, tomó cuerpo tras una tesis del autor, dirigida por el profesor de Bellas Artes de la Universidad de Granada Santiago Vera Cañizares, en mayo de 2014. Un estudio que, según Ignacio Antonio Sáez, "nace con la intención de hablar de toros en Mallorca con un tema tangencial de un artista que es universal y local, el Rafa Nadal de la pintura. A través del arte se expone que la tauromaquia no tiene fronteras ni ideología. En mi obra he tratado de ser objetivo y respetuoso".

-Ignacio, ¿por qué apenas es conocida la temática taurina de Barceló?

-Por un lado, lo achacaría a que es un tema incómodo para determinados críticos de arte. Por otro, no encaja superficialmente en el perfil del pintor, vinculado a determinados movimientos.

-Sin embargo, usted recoge que tuvo la osadía de reivindicar la tauromaquia -una verónica- en un cartel que presentó para el torneo de tenis de Roland Garros de 1995.

-Sí, la reivindica. Es una de las obras más cotizadas. Es la primera ocasión en que el artista muestra interés por dotar de relevancia y protagonismo a toro y torero en su obra taurómaca.

Reivindicó los toros con un cartel para el Roland Garros de 1995, una de sus obras más cotizadas"El cartel de Sevilla es un guiño primitivista que enraíza la tauromaquia moderna con sus orígenes"

-¿Qué aporta a la pintura taurina?

-En una primera etapa aporta cómo se puede entender la tauromaquia por parte de un neófito a través del movimiento de lo que sucede en el ruedo. Eso le lleva a una segunda, con la aportación estética, por ejemplo en suertes, y con lo trágico, con cogidas. A esta sociedad aporta normalidad en el sentido de que traslada la tauromaquia como temática normalizada; no polémica. Él vivió en su niñez y juventud un ambiente taurino en Palma y Felanitx.

-¿Qué características técnicas tienen sus obras taurinas?

-Todo es técnica mixta y está muy presente la cartelería.

-Tiene una obsesión por el círculo y el toreo que usted recoge en una conversación entre el pintor y el torero Esplá, que supone un auténtico tratado de tauromaquia.

-Sí, sí. Y es que la tauromaquia moderna se basa en la curva, en el círculo. Esplá, en la conversación, tras haber toreado de salón se sienta y mira el suelo y se da cuenta de que los movimientos de la capa, del toro y de sus pies han formado círculos, una especie de cráter del que le ha hablado Barceló, quien lo refleja en sus obras. Digamos que Barceló dibuja la geometría oculta del toreo.

-¿Considera a Barceló un aficionado taurino?

-Ha dicho que sí lo es, que está en contra de las manifestaciones antitaurinas y tiene relación con Esplá y José Tomás.

-Incluso defiende la necesidad de la suerte suprema.

-Sí, claro que sí. Entiende el rito porque entiende otros ritos ancestrales, como los del pueblo dogón de Malí.

-¿Qué le parece el polémico cartel de la temporada 2008 de Sevilla?

-Dentro de su obra taurina es coherente. Entiendo las críticas, pero no se puede juzgar una obra de un artista contemporáneo en lo que supone un guiño primitivista, casi rupestre, que enraíza la tauromaquia moderna con sus más oscuros orígenes.

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