Entrevista. Alfonso Cadaval, novillero

“Llego a la alternativa con madurez y quiero estar arriba”

  • El diestro sevillano será doctorado el próximo domingo en La Maestranza por Morante de la Puebla y con Manzanares de testigo

Alfonso Cadaval, con uno de los trofeos conseguidos el año pasado en la plaza de toros de Sevilla.

Alfonso Cadaval, con uno de los trofeos conseguidos el año pasado en la plaza de toros de Sevilla. / Víctor Rodríguez

El novillero Alfonso Cadaval (Sevilla, 1994) tomará el próximo domingo su alternativa en un cartel de lujo, de manos de Morante de la Puebla y con Manzanares de testigo, con toros de Juan Pedro Domecq en La Maestranza. El diestro se adentra en sus sentimientos ante el doctorado, sus comienzos y sus aspiraciones profesionales.

–Alfonso, ¿qué siente cuando falta tan poco tiempo para su alternativa?

–Tengo mucha ilusión y la acometo con muchísima responsabilidad. Me tomo la alternativa como algo soñado. Para mí el día 30 es un examen personal y profesional. Entro en otra etapa y lucharé por otras cosas distintas. Será un examen para saber si puedo llegar a figura, si puedo jugar en la Champions. Uno mismo se puede responder a muchas preguntas ese día.

–¿Lo afronta con una presión superior a otras citas?

–Lo llevo más cómodamente que en otras ocasiones. Lo que soy consciente es que ese día marca un proyecto de futuro.

–¿Está preparado para ello?

–Llega en el momento oportuno, llego a ella con madurez tanto personal como en mi toreo y quiero estar arriba. En Ronda me encontré conmigo mismo.

–¿Dio una dimensión más grande?

–Distinta. He ido creciendo poquito a poco, paso a paso y cada tarde me he visto un poco mejor, buscando esa cosa que uno lleva dentro.

–Un detalle, el traje de luces.

–Tomaré la alternativa con un vestido diseñado por el utrerano Julián Ortiz, inspirado en la túnica del Cristo del Soberano Poder de San Gonzalo.

"Como novillero, la paciencia me ha hecho madurar... Mi avance ha sido más mental que toreando"

–Analice el cartel.

–Morante es distinto a todos, con todo el respeto a todos mis compañeros;es único. Manzanares es muy especial y le tengo que estar muy agradecido y hay una amistad especial. De Juan Pedro únicamente toreé dos o tres novilladas en mi etapa sin picadores.

–Califique en una frase su etapa de novillero con picadores.

–La paciencia me ha hecho madurar.

–¿Cuántas ha toreado?

–Veintiséis, una más de las que exige el Reglamento. Son pocas, pero las circunstancias están así para los novilleros.

–¿Qué debería cambiar el sistema para que llegaran con más bagaje al doctorado?

–Nadie se sienta a tomar decisiones al respecto. Los novilleros pagamos tributos como si estuviéramos ganando mucho dinero. Habría que fomentar más las novilladas. Incluso nosotros mismos deberíamos captar a la gente joven para que acudiera a la plaza.

–¿De qué manera ha influido en su carrera ser hijo de César Cadaval?

–Los privilegios los tengo en el campo. Si no funciono, aunque me apoyen, acabaré en el sofá o en la Universidad.

–Por cierto, ¿cómo van sus estudios de Periodismo?

–Tengo dos años aprobados y me quedan otros dos. Es algo que no dejaré porque es bueno cultivarse.

"Humildemente busco la pureza. Otra cosa es que sea capaz de hacerlo en la plaza y todos los días"

–¿Cuándo comenzó su afición?

–Yo nací con ella, es una afición que aumentó con la afición que también tiene mi padre y mi familia. Lo he vivido desde niño en mi casa.

–¿Y cuándo se puso por primera vez delante de una becerra?

–Tendría diez o doce años en la casa de Ignacio González, en Montellano.

–¿Qué sintió?

–Algo especial. No se puede expresar ese sentimiento.

–A punto de dar el salto de escalafón, ¿suele recordar sus comienzos?

–Sobre todo me gusta analizar todo. Mi avance ha sido más mental que toreando porque como hemos hablado antes son tan sólo veintiséis novilladas.

–¿En qué ha cambiado su tauromaquia desde entonces?

–En adaptarme más a lo que quiero hacer. Sacar lo que siento. Avanzar en la técnica y en el punto de sentimiento que tengo.

–¿Qué busca?

–Humildemente busco la pureza, torear lo más puro posible, con la muleta cogida por el centro del estaquillador, con los vuelos suaves y toreando siempre con gusto. Otra cosa es que sea capaz de hacerlo en la plaza y todos los días.

–Su objetivo tras la alternativa.

–Únicamente pienso en alternativa, alternativa y alternativa.

–¿Y su meta?

–Llegar lo más alto posible, midiendo siempre los pasos.

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