Manuel Escribano. Matador de toros

"No podré torear en Lima, quiero reaparecer en 2017 y hacer la temporada completa"

El matador de toros sevillano Manuel Escribano, que tenía previsto reaparecer el próximo 13 de noviembre en la plaza de toros de Lima, no podrá hacerlo. El diestro todavía no está totalmente recuperado de la gravísima cornada sufrida el 25 de junio en Alicante, donde un toro le arrancó la safena y la femoral de la pierna derecha.

Manuel Escribano afirma: "Me resulta imposible estar preparado para ese día. He avanzado mucho físicamente, pero estoy lejos del cien por ciento para poder torear un toro".

-Manuel, tenía prevista otra corrida en Maracaibo, ¿tampoco estará recuperado para ello?

-No. No podré torear ni en Lima ni en América, como no sea más adelante, a partir de enero o febrero. Quiero reaparecer en España en 2017 y hacer la temporada completa, desde la primera hasta la última corrida.

-¿En qué momento se encuentra de la recuperación?

-Ya no se me cansa tanto la pierna; no siento tanta presión. Pero en el pie no tengo todavía la movilidad adecuada. Para torear vacas, me da igual, pero ante un toro... Sin llegar a caerme, pierdo muchas veces el equilibrio.

-¿Cuántas reses ha toreado en el campo?

-Unas quince vacas. Aguanto bien. Pero otra cosa es enfundarse el traje de luces y enfrentarte a un toro. Ahora, con las vacas, cuando pierdo pasos, me quedo descolocado. Con el pie todavía no tengo una seguridad total.

-¿Cómo es su preparación y su día a día?

-La preparación es muy intensa. Al final del día acabo con dolores. Pero ya no tengo aquel dolor del nervio, que me tenía machacado. Ahora toreo en los tentaderos y esa es la mejor terapia. Además de tentaderos dedico el tiempo al toreo de salón, al gimnasio y a la rehabilitación. He avanzado mucho en fuerza, en resistencia y ya puedo correr y subir cuestas.

-¿Cómo se encuentra moralmente?

-Muy bien. Hago mi vida normal y puedo torear un par de tentaderos por semana. Eso me da una alegría total. Cuando sufrí el percance, con esa cornada tan gorda, primero corrió peligro la vida, luego la pierna y finalmente todo quedó en unas secuelas muy graves, pero que estoy superando con mi forma de ser, con mi optimismo y con mi capacidad de sufrimiento.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios