El diestro Paco Lama de Góngora, Sevilla, 1992) comienza su campaña mañana en Valdemorillo, donde alternará con Borja Jiménez y José Espada, lidiando toros de Ana Romero. El torero sevillano, que toreó tres corridas en su primer año como matador de toros -una de ellas su alternativa en la Maestranza- analiza su situación y las expectativas.

-¿Qué supone esta primera cita en 2016?

-Es una inyección de moral tremenda, tras haber toreado tan poco el año pasado. Una ilusión para demostrar que quiero ser torero de verdad. Debo morder la realidad y no se me puede escapar esta oportunidad. Es un cartel de tres jóvenes con una situación muy parecida. Admiro mucho a mis compañeros y en cuanto al ganado será mi primera corrida con encaste Santa Coloma, que me gusta mucho porque he toreado en el campo novillos de La Quinta y El Añadío y tienen una embestida muy sensible. También es cierto que te obliga a estar al cien por ciento. Estos días he estado en lo de mis amigos Martínez Conradi -La Quinta- y me han enseñado mucho de los grises -por el color cárdeno que caracteriza al santacoloma-, al igual que en casa de Joaquín Moreno Silva.

-¿Cómo se ha preparado?

-He pasado la mayor parte del invierno en México, en varias ganaderías y tras un festival me han contratado para dos corridas. En España también llevo varios tentaderos. Y lo importante es que estoy preparado mentalmente.

-En 2015 sumó únicamente tres corridas. ¿Qué pasó?

-Lama de Góngora echaba la culpa a todo y estaba en el espejo. Ha sido un parón normal, que sucede al 90% de los toreros en su primer año como matador. Soy un inconformista y espero que no me vuelva a pasar. Ahora pienso que los pasos deben ser cortos y firmes.

-¿Quedó tocado moralmente?

-Sí. Soy muy sensible y todo me afecta una barbaridad. Acabé reventado. No hubo un solo día en el que durmiera a gusto. Me faltaban horas para entrenar.

-La actuación de la alternativa.

-Creía que saldría catapultado de la alternativa y no fue así. Me gustaría volver lo antes posible a Sevilla; estoy agradecido a la empresa y quiero vivir de nuevo esa simbiosis con la afición.

-¿Qué conclusiones ha extraído de su primera temporada como matador de toros?

-En la vida como en el toro el tiempo es fundamental. Por mucho que quieras acelerar es imposible. La conclusión es positiva. Hay que levantarse y, como en un natural, clavar las zapatillas e ir con el corazón por delante, intentando hacer el toreo de la escuela sevillana.

-¿Le afectó la ruptura con sus apoderados -Manuel Tornay y Santi Ellauri-?

-No. Les estoy agradecido. Me enseñaron mucho y se acabó esa etapa.

-¿Hay nuevo apoderamiento?

-No. El maestro Luis de Pauloba me acompaña como amigo.

-¿Veremos un Lama de Góngora distinto?

-Tras la experiencia en México mi toreo es más clásico, más maduro. Pero no distinto. Yo no busco con mi toreo cortar orejas, sino, como dice el maestro Manzanares, "guardar en la retina".

-Objetivo para 2016.

-Quiero seguir pasito a pasito sin volver la vista atrás en ningún momento.