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Daniel Crespo, triunfador en una alternativa que agria Morante

  • El toricantano portuense suma una oreja de cada toro y el de la Puebla enfada al público

Crespo sale a hombros de la plaza.

Crespo sale a hombros de la plaza. / FERNÁNDEZ HORTELANO

Tarde de triunfo para Daniel Crespo en su alternativa, un festejo que agrió Morante enojando al público por su actitud frente el cuarto de la suelta, y en el que Manzanares quiso pero no pudo redondear con un lote deslucido de una corrida de Núñez del Cuvillo de la que solamente se salvó el buen primero del toricantano.Daniel Crespo estuvo a la altura del acontecimiento y resolvió la papeleta saliendo a hombros con el arma de desparramar lo que le sobra: aroma y torería. Increíble que un torero de estas calidades y brillos haya estado en los últimos tiempos en el banquillo jugándose la imposible carta de Las Ventas. Vaya sistema.

Ayer en la Plaza Real -que algún día será el patio de su casa- y a las 20 horas y 19 minutos, recibía los trastos de Morante para lidiar a "Utrito", número 160 con guarismo 1 de 2014, un toro colorado del hierro de Cuvillo con 510 kilos para componer una faena de torería y calidades en la que sobresalió con la mano derecha rematando las tandas con esa torería tan cara de ver, cotizadísima por los públicos de ese rincón. Como de palo cortao.

Una faena que bajó de intensidad en su último tercio pero que hizo asomar los pañuelos con fuerza y que nos dejó a todos satisfechos con lo que es, pero esperanzados en lo que puede ser y hasta donde puede llegar. Si quiere y le dejan.

Porque esa es otra. De momento le queda saborear una tarde noche en la Plaza Real, vestido de blanco y oro, con el público respondiendo y la banda tocando el pasodoble mataderista -Puerto de Santa María puro- y salir a la calle por la puerta grande. Eso fue lo que pasó en el sexto, un toro deslucido y manso , sin entrega en la que puso mucho Crespo, desde las largas de rodillas iniciales, obteniendo la recompensa de la oreja que le aupaba a hombros.

Tarde en la que Morante enojó muchísimo al público y no le quedó más opción que abrir la puerta de la furgoneta. Salió el cuarto bis, más fuerte de cara por la conformación de las puntas y además brusco y complicadito de salida. Lo mandó masacrar en el caballo. Ahí arrancó la bronca hasta el punto de que -con un desencuentro entre el presidente y el asesor veterinario- el cambio de tercio puso fin a la escabechina. Lo demás fueron pases de castigo al toro y frases de castigo al torero que le costó atar al toro.

Eso sí, en su primero meció la verónica de ensueño y dejó un quite por chicuelinas de sensación, la pena que el toro, el de la devolución de trastos, fue descastado y molesto, tal vez descompuesto por un palo de banderilla que le entró por el puyazo.

Manzanares muy bien, por encima de su lote, pero con dos toros rajados de salida que intentó sujetar con la muleta en los medios, mechando pases entre rajada y rajada. Un torero con ganas de cumplir su contrato y unos toros de su lote que daban muy pocas opciones sin ganas de pelea.

Esas ganas del hijo del inolvidable torero, en el afán de quedar por encima de sus toros y persistir en el lucimiento fueron muy bien acogido por el público. Y es que en su primero rematró a dos manos de modo soberbio y le pidieron la oreja mientras que en su segundo, quinto de la tarde que además echaba las manitas por delante hasta lo citó a matar aguantando, con recursos y en profesional, siendo ovacionado.Como estrambote la entrada: que en un festejo como este no haya un bolón quiere decir que le toca a pagar a la nueva empresa las irresponsabilidades de la pésima política municipal que trae estos lodos. Volver a llenar una plaza cuesta mucho. Que le sea leve.

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